Fiesta de los jóvenes 2013: salir de los propios esquemas

 
“El mundo necesita una nueva humanidad…” fue una de las tantas frases que motivaron y mantuvieron en alto el deseo de llevar adelante la versión 2013 de la Fiesta de los Jóvenes que se celebró en la Mariápolis el 28 y 29 de septiembre.

Los jóvenes que participan este año de las escuelas de formación que ofrece la Mariápolis, pensadas como “una experiencia formativa en la cultura de la unidad” que busca integrar los diversos ámbitos de la vida cotidiana: estudio, trabajo, convivencia, deporte, actividades culturales y recreativas, asumieron el desafío de preparar la ya conocida Fiesta de los Jóvenes junto con el apoyo de los demás habitantes de la ciudadela, evento en el que se pone en juego todo lo que han vivido los jóvenes en el transcurso del año en esta experiencia de fraternidad.

El punto de partida.
¿Qué queremos ‘decir’ con la Fiesta a los jóvenes que vendrán?” fue quizás la pregunta fundamental que sirvió como punto de partida para la preparación del evento. Y tener la posibilidad de vivir un tiempo en un contexto distinto en el que la propuesta es “mostrar a todos cómo podría ser la sociedad si el amor recíproco fuera la ley fundamental del propio comportamiento” ha dado a los jóvenes la posibilidad de pensar de una manera crítica el tipo de sociedad y cultura en las que viven, y en medio de esta reflexión encontraron el que para ellos puede ser el mal de la sociedad contemporánea: el individualismo, manifestado en cinco puntos neurálgicos: el oportunismo (germen de la corrupción), el consumismo, el daño ambiental, la violencia (tanto explícita como camuflada) y la intencionalidad egoísta con la que muchas veces se asumen los estudios.

Hallado el problema decidieron identificarse con un lema que los impulsara a llevar adelante la iniciativa propuesta y que transmitiera toda la energía y las ganas de jugarse la vida por grandes ideales: “Sos capaz de grandes cosas… ¡Rompamos esquemas!

La preparación
Fueron dos meses en los que los jóvenes, organizados en varios grupos, asumieron la responsabilidad de organizar un evento que convocaría a muchas personas. Con espacios de tiempo ajustados entre los momentos de trabajo y de descanso se sucedieron reuniones de trabajo en las que se buscaba dar una forma concreta a ese lema que debía decir, más con los hechos que con las palabras, que el cambio es posible y que depende de cada uno.

El esfuerzo que implica el amor recíproco fue hilo conductor en los momentos de preparación teniendo en cuenta la diversidad de nacionalidades, culturas y formas de pensar que existía en los grupos. Pero mas allá de eso se buscaba una propuesta de conjunto que pudiera conciliar una pluralidad de ideas que tendían al mismo fin.

La Fiesta
Ya desde la tarde del viernes 27 comenzaron a llegar los participantes que para el sábado sumaban unos 550. El programa comenzó el sábado en la tarde con una recorrida en la que se contaba un poco la historia y, en la actualidad, cómo se llevan adelante los trabajos y las diversas actividades que se desarrollan en la Mariápolis. En seguida se dio un espacio para la participación de los jóvenes en varios talleres que sirvieron para que se conocieran entre ellos y compartieran un momento de trabajo en equipo. Después de la cena se cerró la noche con un recital por la paz en el que participaron bandas invitadas y el conjunto de la Ciudadela.

El domingo se dio inicio al evento a las diez de la mañana en el salón Civitas Dei que acogió en a mil jóvenes venidos de Uruguay, Paraguay y las distintas provincias de Argentina. La temática elegida para mostrar la problemática y ambientar la sala fue un Circo en el que sus personajes, a través de la actuación, la coreografía y las ayudas visuales, acompañadas de música, daban a entender la fuerte realidad que afronta la sociedad de hoy. Esta vez los jóvenes decidieron apostar por un programa ininterrumpido que por medio del arte diera un mensaje profundo y contundente. Uno de los momentos quizás más culminantes se dio cuando el personaje principal, que daba vida al individualismo, descubría con la ayuda de los demás que en su interior había un tesoro que podía donar a los demás, que él podía romper sus esquemas e ir al encuentro de ese mundo que esperaba su aporte.

En el centro del programa se dieron en simultánea dos momentos: por una parte la celebración de la Misa y por otra un momento de reflexión en torno a la paz y la ya conocida regla de oro: “Haz a los otros lo que quieras que te hagan a ti”

En la tarde se propuso una actividad por postas que englobaba cinco propuestas de solución para las problemáticas tratadas en la mañana.

Previo al momento conclusivo los jóvenes participaron de un flash mob en las afueras del Salón Civitas Dei, ya en la sala se vivió un momento de fiesta acompañado por el conjunto musical en el que se invitaba nuevamente a los jóvenes a apuntar alto, tal y como lo propone la canción lema de la fiesta, a confiar en la fuerza de trabajar juntos teniendo en cuenta el aporte de cada uno, a creer en que se pueden romper las barreras del individualismo para salir a transformar la sociedad desde los más diversos ambientes en los que se desenvuelven día a día los jóvenes, a luchar por una cultura del dar basada en el servicio desinteresado, por una cultura de la fraternidad y el perdón que rompa los esquemas de una humanidad acartonada y frívola que sufre, a confiar en que los grandes ideales no son una utopía, sino una realidad que se puede alcanzar haciendo de los gestos cotidianos una verdadera revolución de Amor.

El impacto
Tanto para quienes ya habían participado en ediciones anteriores de la fiesta, como para quienes participaban por primera vez, el evento generó las más diversas impresiones nacidas del compartir algunas horas este clima de reciprocidad. Aquí algunas de ellas:

“Jugarnos apostando a cosas grandes, a no dejarnos vencer por la indiferencia y el pesimismo y apuntar alto a la construcción de un mundo unido, de un mundo mejor”.

“Hola querida gente de la Mariápolis! ¿Como están? Primero que nada quería comentarles que estuve allí este fin de semana y fue una experiencia muy linda! Estoy conociendo el movimiento focolar, así que experiencias como esta me alimentan el corazón! Muchas gracias por trabajar por esto todos los años”.

“Ustedes son la prueba de que somos capaces de grandes cosas, entre esas cosas, organizar semejante fiesta con tanto compromiso, con tanto empeño y entusiasmo. Quiero agradecerles de corazón por lo vivido el finde, valió la alegría (y no la pena) haber recorrido mitad de mi país para reencontrarme con ustedes!! MUCHAS GRACIAS ESCUELA 2013!!! Les mando cariños y abrazos desde Catamarca y Tucumán!!!! VAMOS POR MÁS!!!!!”

“Escuela 2013!!! unos genios!!!! GRACIAS, GRACIAS Y MAS GRACIAS por demostrar una vez mas que SOMOS CAPACES DE GRANDES COSAS… de verdad desestructuraron los esquemas! que lindo fue volver a sentir ese “fuego” del ideal que nos transmitieron, y que a veces se nos apaga un poquito… GRACIAS!!! me fui feliz! que lindo fu volver a casa!!!!!!  ABRAZO DESDE MENDOZA!!”

“Gracias a esos mimos por salir de sus cubículos, gracias a esos payasos que a pesar de la incomprensión lograron regalar tantas sonrisas, gracias a ese bufón por transmitir con tanta pasión la Verdad! Gracias a los grupos de baile por pensar cada paso y a cada músico por cada canción. Muchas gracias también a todos los que estuvieron detrás del espectáculo, siendo soporte de semejante fiesta. Un gran abrazo a cada uno y disfruten juntos de lo que les queda del año! Vivo por ustedes.”

POR Jeyson Espejo

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