5º Congreso de Economia de Comunión – México

 
En los días 21 y 22 de agosto se realizó en la Mariapolis El Diamante el 5º Congreso EdC de México con el tema: “Caminando juntos: oportunidades y desafíos”.

EdC_Mexico_02El congreso contó con la asistencia de 70 personas, de las cuales más de 60% asisitían por la primera vez, atraídas por la EdC: empresarios, estudiantes y trabajadores que pintaron el rostro multicolor de la Economía de Comunión.

Los temas sobre gratuidad, reciprocidad, pobreza y superación de las dificultades se interrelacionaron componiendo la trama del programa y de la experiencia vivida y compartida. Tres talleres – empresarios y colaboradores; incubación de empresas e investigación – completaron esta trama de reflexión y concretización abriendo nuevos horizontes.

De hecho se camina juntos hacia a una mayor madurez de la EdC en su historia mexicana y en la historia de cada participante. Por esto también son mayores los desafíos que se presentan: consolidar las comunidades de la EdC en cada territorio del país, abrirnos cada vez más a otros empresarios, estudiosos y a la comunidad civil colaborando en manera vital en la construcción de espacios de comunión en nuestros trabajos y en nuestras empresas, pero, y este es el grande reto, abiertos a toda la sociedad, con la consciencia de que cada pequeña acción contribuye con el cambio de la economía actual, volviéndola más solidaria, más humana, de comunión.

Y además, dirigir nuestra mirada aun mas allá. Luigino Bruni, coordinador de la comisión internacional de la EdC, en un dialogo con toda la sala a través skype enfatizó que la gratuidad de la EdC evoca a la generosidad y la palabra generosidad tiene como raíz etimológica el verbo generar. Generar vida nueva. Generar requiere apertura al otro, la EdC no es un club de empresarios, tenemos que vivir proyectados hacia fuera, hacia la humanidad, por los otros.

EdC_Mexico_03Penentrar, influir en todos los campos, en dialogo y colaboración con todos los que buscan un mundo más justo, más feliz. Cuanto más hacia afuera vivamos, más vivos estaremos y mas generadores seremos. Y también… conocer, acercarse a la pobreza. No olvidar que la EdC nació
para los pobres.

De hecho, en este congreso tratamos el tema de la pobreza, de todos los tipos de pobreza, que nos llaman a intensificar la comunión como respuesta: en las relaciones, en el compartir los bienes, en el darnos a los otros. Es una cuestión de gratuidad y de reciprocidad, buscar en todas las relaciones la riqueza del otro reconociendo nuestras pobrezas. En este don reciproco todos recibimos, todos
damos.

Uno de los participantes: “Para mí fue una nueva vida en cuanto a los incentivos que hay por hacer tu trabajo que no serian los incentivos clásicos: ingreso, poder, promoción. Pero algo que te da vida, te motiva, te da energía, otro tipo de incentivo, como sentido de pertenencia, da un significado a lo
que haces, este realcionarse con las personas, el sentirte parte de algo al fomentar la comunicación, son otros tipos de incentivos que deberían reinar en las empresas”.

El congreso marcó la amplitud de la EdC, como dijo otro participante: “Fue ver como la EdC enriquece tres areas: a quien se dedica a estudiarla, a los empresarios, trabajadores y a quien quiere emprender. La EdC es el vivir , el donarse allí donde estamos, donde trabajamos, donde podemos crear una cultura diferente en base a los principios de la EdC, esto me pareció muy importante, me fascinó”. Y la vida continua… En los territorios donde la EdC ya plantó su semilla y tiende a crecer. De hecho, los encuentros por “territorio” en el final del congreso aumentaron la comunión dando la oportunidad de ver juntos los próximos pasos a dar.

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