Tiene una población de casi 8 millones de habitantes. Con una superficie de 112.492 km2, más del 80% es montañosa (colinas). En todo el territorio se encuentran dispersos distintos tipos de bosques: pinares, manglares, húmedos, secos, nublados, donde hay una gran variedad de flora y fauna. Esta bañada por muchos ríos.

El Movimiento de los Focolares llegó, se podría decir, por una circunstancia accidental: una persona que va a México en busca de literatura católica, por casualidad conoce el focolar. En junio del mismo año (1981) regresa a México junto con otras persona para participar en la Mariapolis. Y desde 1982 las focolarinas de México comienzan a visitar Honduras.

En la capital se va consolidando la vida del grupo que vive la “Palabra de Vida” y la pequeña comunidad experimenta un crecimiento importante con la llegada de la familia focolarina Turatti, que se transfirió de Italia por 10 años. Además de Tegucigalpa, se abren nuevas comunidades: con la llegada de padre Luis Gonzaga, sacerdote focolarino colombiano, se difunde el ideal de la unidad en el norte, en la ciudad industrial de San Pedro Sula.

El año 1995 marca una etapa importante: se realiza la primera Mariápolis, con 250 personas, con la presencia del Obispo Mons. Oscar Andrés Rodríguez, ahora cardenal, que los alienta a llevar el Ideal de la unidad a todos, pidiendo también varias veces a Chiara la apertura de un centro en Honduras.

Este sueño si hizo realidad en febrero de 2010 con la llegada de tres focolarinas a Tegucigalpa.

Los miembros del Movimiento en Honduras se calculan alrededor de 900 personas.

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