Da Podemos nombrar Rio+20 en LoppianoLab, o   el proyecto que está  en marcha en Bolivia o también  la Jornada de la alfabetización. Estos son solo  algunos de los frentes donde está actualmente comprometida AMU, la ONG de los Focolares.

Recorramos su historia. Cuando el Movimiento de los Focolares se difundió en Europa y en los otros continentes, se encontraba a menudo con situaciones de extrema pobreza. El amor hacia los pobres y el “hacerse uno” con las realidades locales se hizo  concreto a través de acciones sociales como escuelas, centros ambulatorios, centros sociales.

A medida que estas acciones se iban encaminando, se advertía la necesidad de contar con un instrumento que las sostuviera económicamente y  ayudase a encontrar soluciones que no fueran asistencialismo, sino que estuvieran dentro de la óptica del desarrollo y de la reciprocidad.

Es así que en 1986, se constituyó la Asociación Acción por un mundo unido (AMU). Organización No Gubernamental, reconocida por el Ministerio de Negocios del Exterior italiano para trabajar en el campo de la cooperación, de la formación y de la educación, y del desarrollo.

Hasta el día de hoy AMU ha formalizado 350 proyectos en 56 Países en las más variadas  áreas: en  la instrucción y  formación profesional, en el apoyo de necesidades primarias (alimentación, casa, salud), en la  construcción de infraestructuras, en el auxilio luego de catástrofes naturales, en el micro crédito y en las micro empresas.

Pero todo esto no es suficiente si no es acompañado por un cambio cultural que llega a todos, en el Norte y en el Sur del mundo. Por esto, junto con  los proyectos de desarrollo, AMU trabaja en la promoción de los derechos humanos. A través de  cursos de formación propone la atención a los bienes comunes, la práctica de estilos de vida sobrios y solidarios, el uso responsable de los recursos, la ciudadanía activa a nivel local y global.

En el centro de cada una de sus intervenciones, AMU trata de considerar como centro a la persona con sus derechos y sus necesidades. Lo logra aplicando la comunión como metodología, trabajando con las personas, para resolver juntos los problemas y producir cambios eficaces y sostenibles en el tiempo.

Cuando se crea entre las personas una relación en la cual cada uno tiene la posibilidad de dar y recibir-en una palabra cuando se crea la reciprocidad- entonces el proyecto alcanzó su objetivo. El que da siente  también que recibe y el que recibe siente el deseo de darse, se pasa así de la solidaridad a la fraternidad.

Muchas personas, en todas partes del mundo, están vinculadas con AMU a través del sitio web y de la revista AMU Noticias.

Donantes y beneficiados, cada uno participa y colabora según su propia sensibilidad, sus exigencias y posibilidades. Todos, sin distinción, pueden formar parte de esta red que es para AMU la riqueza más grande.

 

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