«Perdí a mi mamá, a un tío y a su esposa al inicio de la guerra de 1993. Los tres fueron asesinados por personas de nuestro barrio que conocíamos bien. Papá se trajo con nostros a nuestros primos que se quedaron huérfanos. Todos juntos éramos 14 y el papá nunca hizo diferencias entre nosotros.

Para mantenernos unidos nuestro padre decidió no descansar. Siendo la más grande, lo ayudaba para que los más pequeños no sintieran demasiado la falta de la mamá. Ante mi propuesta de hacer justicia con quien había matado a nuestra gente, papá siempre nos ayudó a perdonar y nos explicó qué significaba para él la reconciliación.

Animó a mis hermanos a hacer un “club”: una asociación de jóvenes para promover la paz y la reconciliación. Este club contribuyó mucho a apaciguar los ánimos de nuestro barrio y de nuestro Municipio.

Ahora vivo en Italia. Cuando, en primavera, llegó la noticia de que mi papá estaba en el hospital, se me ocurrió escribir a todos para pedirles que rezaran. Después fue trasladado a terapia intensiva, por lo tanto regresé rápidamente a Burundi. Llegando lo encontré muy adolorido; mis hermanos hacían todo lo que podían por él; entonces pené en su amor hacia nosotros sus hijos, al amor manifestado en tantas formas a tantas personas, incluidas aquellas que habían asesinado a nuestros parientes, en la Palabra de Vida que estábamos viviendo: “A quien tiene se le dará y tendrá en abundancia; y a quién no tiene se le quitará hasta lo que tiene” (Mt 13,12), y a Jesús en la cruz.

Un día después de mi llegada, papá partió serenamente para el Paraíso, como si me hubiese estado esperando. Después pensando en las palabras que el arzobispo dijo durante la Misa del funeral –en donde recordó sus coloquios con él sobre la reconciliación y la paz- se me confirmó, como recordaba Chiara Lubich, que el Paraíso es una casa que habitaremos allá arriba, pero que construimos ya desde esta tierra».

Maria-Goretti (Burundi)

5 Comments

  • I ask for the grace to be able to forgive not only in big situations but especially in the daily little things. Thank you for this experience.

  • Este testemunho ajuda-me a (re)situar as minhas escolhas no que é essencial…Amar a Deus e ao próximo…Bem Hajam por partilhar tão magnífico exemplo do qual percebemos também que ser Santo está ao alcance de todos, não estribados nas nossa forças e/ou virtudes, mas no Amor de Deus, porque com Deus todas as coisas são possíveis…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *