En Estocolmo se recuerda a Chiara Lubich
Los reflectores se dirigen a Suecia: país escandinavo de rigurosa tradición luterana, envestidos desde hace decenios, como toda la gran península, por una difundida secularización expresada no sólo por los mínimos porcentajes de participación en las celebraciones religiosas, sino también por un estilo de vida que parece haber arrinconado toda referencia a lo trascendente.
La experiencia del “Atrio de los gentiles” para el diálogo entre personas de fe y no creyentes –promovido por el Consejo Pontificio para la Cultura– contribuyó en estos últimos años a un conocimiento mayor que puede ser, por parte de los cristianos luteranos y católicos, corroborado y enriquecido por la práctica del Evangelio y la comunicación de los frutos que produce.
En este contexto y con esta intención encuadramos dos iniciativas promovidas por el Movimiento de los Focolares, en la celebración del 5° aniversario de Chiara Lubich.
“Que nadie se les acerque en vano, sino que cada uno encuentre en ustedes luz para su vida, calor para su corazón, sostén para sus pasos; (…). Permanezcan fieles a su carisma y sean testigos de Cristo en este mundo tan confundido, a veces cansado, sin entusiasmo”, esta fue una consigna y una exhortación que mons. Nowacki, Nuncio Apostólico de Suecia, dejó a los miembros del Movimiento de los Focolares.
En la homilía pronunciada durante la Misa que celebró el 14 de marzo pasado, en ocasión del quinto aniversario de la muerte de Chiara Lubich, la recordó como “una mujer extraordinaria que (…) incendió el mundo con la llama del amor de Cristo y descubrió en la cruz de Jesús el motivo fundamental para vivir en íntima unión con Él (…), cada día como expresión de amor a Dios y a los hermanos”.
Animada por la estima del Nuncio, dos días después, la comunidad local del Movimiento organizó en la sala de una iglesia luterana una velada cuyo título fue: “¿Qué relevancia tiene el Evangelio hoy?”, en la cual se transmitieron testimonios y experiencias de vida, relatos de actividades concretas de solidaridad, y una profundización espiritual con números artísticos.
Algunos ecos expresan muy bien el tono de esa tarde: “El lunes pensaba ir al trabajo a hacer valer mis razones, pero después de la experiencia escuchada en la sala comprendí que debo ser el primero en amar”; “comprendí que vivir el Evangelio es posible, quiero probar también yo”.
El próximo encuentro para los Focolares en Suecia: la Mariápolis en Kumla (Orebro), desde el 27 al 30 de junio.