
Bangko Kabayan: un negocio irrenunciable
Teresa Ganzon y su marido compraron en 1989 la mayoría de las acciones del Bangko Kabayan, cuando el banco tenía una sóla sucursal, mientras que ahora se ubica como uno de los más grandes bancos rurales de Filipinas.
Lideran también en la Economía de Comunión, una red internacional de más de 800 empresas comprometidas en practicar la Doctrina Social de la Iglesia. En una rueda de prensa durante su reciente viaje a Filipinas, el Papa condenó la corrupción, diciendo incluso de dar una patada “donde no llega el sol” a los funcionarios corruptos.
¿Cuáles son los principales puntos de fricción para una empresa dirigida según los principios de la Doctrina Social católica en Filipinas?
«El problema principal del que hablamos es el respeto. Pagar los impuestos es un signo de contradicción para nosotros, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas. El soborno y la corrupción están en crecimiento y lamentablemente son conductas comunes en algunas oficinas públicas, de modo que para un empresario parece que el único modo de que su propia empresa sobreviva es hacer como todos y considerar estos procedimientos como “costos normales”».
Ésta actitud es contraria a la Doctrina Social y al papa Francisco. ¿Cómo enfrentan la corrupción congénita?
«Una empresa de Economía de Comunión defiende la adhesión a un estándar ético y es consciente de que tiene una vocación para cambiar el modo como se hacen las cosas, para estar más alineada con los valores cristianos. Hace algunos años, estábamos dispuestos a dar un cierto tipo de préstamo, que, estábamos seguros, habría tenido una gran demanda e iba a dejar buenos márgenes de ganancia. Pero cuando nos encontramos delante de un burócrata del Gobierno que nos pidió un porcentaje sobre los intereses, tuvimos que pensar en otro tipo de préstamo. En Filipinas, el pago de los impuestos por parte de las empresas, grandes y pequeñas, es algo que casi no existe. Hemos recibido un premio que nos certifica como una de las primeras cinco empresas contribuyentes, en una región donde existen algunas industrias manufactureras mucho más grandes que nuestro banco»
Por lo tanto, ¿renunciaron a una oportunidad de negocio antes que ceder a la corrupción?
«Sí, pero fue entonces que descubrimos la microfinanza. Ésta nos orienta a las necesidades financieras de un segmento de la sociedad considerada “fuera del ámbito de los bancos”. Hemos desarrollado así un programa de microcrédito y descubrimos un segmento de la sociedad mucho más amplio para servir, si bien no es tan fácil como el precedente».
La crítica del Papa sobre la financia especulativa, ¿cómo fue recibida por vuestra empresa?
«Él habla de tener mayor empatía hacia las personas más necesitadas de la sociedad, y para nosotros, que estamos en el área del microcrédito, sus palabras nos ayudan a ser más determinados. Es un campo de negocios muy difícil, porque implica mucho trabajo de campo y los jóvenes, cuando solicitan trabajo en un banco, imaginan que vienen a trabajar en un ambiente muy cómodo, en una empresa con aire acondicionado. Después de algunos meses, deciden que no quieren seguir haciendo un trabajo que requiere tanto esfuerzo. Para nosotros, encontrar a las personas justas que permanezcan y amen su trabajo, precisamente por la empatía con los pobres, es un gran desafío.
No alcanzamos los estándares de eficiencia tan fácilmente, pero, si alguien quiere permanecer en el mercado, no podemos hacer otra cosa que buscar por lo menos los estándares de un buen servicio. Pero el mensaje del Papa es muy claro: el verdadero negocio al cual no podemos renunciar es el servicio vital hacia los pobres».
Fuente: Wall Street Journal
Traducción y síntesis nuestra