Jul 30, 2016 | Senza categoria
¿Qué es una Mariápolis? Es la cita más característica del Movimiento de los Focolares. Juntos, grandes y pequeños, y personas de los más variados orígenes, se reúnen durante unos días para dar vida a un laboratorio de fraternidad, a la luz de los valores universales del Evangelio. Esta experiencia original, que se repite en numerosos países del mundo, tiene por línea directriz la “regla de oro”, que nos invita a hacer a los demás lo que quisiéramos que hicieran a nosotros. Son días oportunos para experimentar que vivir lo cotidiano poniendo a la base de toda relación la escucha, la gratuidad y el don, es posible. Historia de las Mariápolis En el difícil período del posguerra, mientras las heridas infligidas a los pueblos de Europa por el segundo conflicto mundial demoran en sanarse, en verano, en las montañas del Trentino (norte de Italia) un número cada vez mayor de jóvenes, familias, trabajadores, profesionales, políticos, se une al naciente grupo del Movimiento. Se compone así la Mariápolis, un bosquejo de sociedad renovada por el amor del Evangelio. Allí se encuentran tiroleses del sur e italianos, franceses y alemanes, que ven disolverse el odio y el resentimiento. “Chóferes, estudiantes y médicos, farmacéuticos y diputados, aquí en Mariápolis están parificados. ¿De qué valen los cargos si aquí hermanos somos?”, reza una vieja canción, en boga en las primeras Mariápolis, que expresa bien el sentido de fraternidad que se respiraba y se respira aún hoy en muchos países del mundo donde se repite esta experiencia única. La nota de la internacionalidad caracteriza pronto el Movimiento, en rápida expansión primero por toda Italia, luego, a partir de 1952, en otros países europeos y, desde 1958, en los otros continentes. En 1959 fueron más de 10.000 las personas que concurrieron a Fiera di Primiero, en el Trentino, aprovechando el periodo de veraneo. Representaban a 27 países de diferentes continentes. En esa Mariápolis – y luego, en 1960, en Friburgo – Chiara Lubich, hablando de la unidad de los pueblos a grupos de diferentes países, trasladó a la relación entre naciones la ley evangélica del amor, y propuso “amar la patria de los demás como la propia”. La Mariápolis se desarrollan hoy en los cinco continentes. En base a este modelo, surgieron las “Mariápolis permanentes”, las ciudadelas del Movimiento – alrededor de veinte, en diversas etapas de desarrollo. La primera nació en 1964 en Loppiano (en proximidad de Florencia, Italia).
Jul 30, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
“¿Por qué vas a la JMJ?” “Porque espero encontrar a Jesús ”, respondió una joven que llegó a Colonia junto a un centenar de miles de jóvenes de todo el mundo. Pienso que no es la única que tiene en el corazón este deseo impetuoso: ¡encontrar a Jesús! Y es también el lema de esta Jornada Mundial de la Juventud: buscar a Cristo, encontrarlo y adorarlo. La “Jornada Mundial de la Juventud” – esta inspirada invención de nuestro amadísimo Papa Juan Pablo II – es una ocasión privilegiada para encontrar a Jesús vivo en su Iglesia, en unidad con el nuevo Papa Benedicto XVI, con los obispos y entre los jóvenes provenientes de todos los rincones de la Tierra. Encontrar a Jesús, adorarlo y después llevarlo a los demás, donde quiera que vayamos. Queridísimos jóvenes ¿Saben que existe un secreto para no perder más a este Jesús que durante los acontecimientos de la JMJ se nos presenta tan bello, tan vivo, tan fascinante? El secreto es éste: ¡es necesario amar! ¡Para amar a Dios, para permanecer en Él, para estar en la luz siempre, es necesario amar a los demás! Miren, yo les hablo desde mi experiencia de más de sesenta años, pero también desde la experiencia de un pueblo entero, esparcido por todo el planeta, de millones de hombres, mujeres y niños que ¡han elegido el amor como estilo de vida! ¡Éste es el secreto de una vida feliz, plena, interesante, siempre nueva, nunca aburrida, siempre sorprendente! Les cuento un pequeño, pero gran ejemplo: He sabido recientemente que un grupo de jóvenes en un campo de refugiados en África, donde falta casi de todo, quiere cambiar, con su amor, el campo en un Paraíso, y me cuentan experiencias concretas verdaderamente donde esto se realiza. ¿Entienden lo que significa esto? Quiere decir que ¡el amor vence todo!. Se podrían decir infinitas cosas de este amor que Jesús nos enseña con su vida, con sus palabras, con sus santos. Pero hoy me gustaría subrayar sólo dos puntos, que sin embargo son de una importancia fundamental: Es necesario amar A TODOS, sin excepciones, sin selecciones, sin preferencias, ¡como Dios hace con nosotros! Y aquí se trata de amar al amigo y al enemigo, al simpático y al antipático, al profesor y al vecino de casa, al cartero y al compañero. Amar A TODOS significa también amar a la gente que está lejos de nosotros, pero presente a través de los medios de comunicación, como las víctimas del Tsunami en el Sudeste Asiático, o los jóvenes de la JMJ, llegados desde Países pobres, a los que ustedes han ayudado con el Fondo de solidaridad. El segundo punto: es necesario SER LOS PRIMEROS EN AMAR. Normalmente, amamos cuando nos sentimos amados, se responde al amor que nos llega. ¿Y si no nos llega? No, es mucho mejor tomar nosotros la iniciativa, ser nosotros los primeros en dar un signo de amistad, de perdón, de voluntad de volver a empezar desde el inicio. Intenten amar de esta manera, experimentarán una gran libertad porque ¡ustedes son los protagonistas! Queridísimos jóvenes, ¡ánimo! Vale la pena vivir así, ustedes no están hechos para las cosas a medias, den su corazón a Aquél que sabe llenarlo. Dios necesita jóvenes así, incendiados, que no se dejan frenar por sus propios problemas, estos eternos obstáculos al amor, personas que han quemado todo en el fuego del Amor de Dios y que arrastran a los demás. ¡Qué Jesús, a quien han encontrado, permanezca siempre con ustedes! En el Amor verdadero. (Chiara Lubich, Colonia, 16 agosto 2005) Fuente: Centro Chiara Lubich