Nace con una rara enfermedad que le causará laceraciones en la piel y enormes sufrimientos. Daniela muere en el 1986 con apenas 24 años. Forma parte del grupo de las gen de su ciudad (Novara – Italia). En su diario revela el secreto que la sostiene en los momentos más difíciles: la elección de Jesús crucificado y abandonado, que la ayuda a transformar el dolor en amor.

El pasado 23 de marzo el papa Francisco ha reconocido sus virtudes heroicas, declarándola “venerable”.

El Movimiento de los Focolares se alegran con sus padres, hermanos y con cuantos han tenido el privilegio de conocerla.

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