Emprender una actividad productiva no fue fácil. Las dificultades económicas no permitían obtener una ganancia segura, hasta que llegó el momento justo, y Donatella Paolini Baldi lo logró: «El número de las colmenas de abejas y la cantidad de miel producida aumentó –cuenta- a tal punto que logró inscribirse en el registro de sociedades, sacar todos los permisos, constituir una verdadera empresita, dejar el otro trabajo y tener una pequeña ganancia como apicultora». “Miel de la playa” perfumada y aromática es el producto más vendido de su pequeña empresa, elaborada gracias a la ayuda del Ente de un parque natural regional de la Toscana: tiene una calidad especial por la que ha recibido premios. Forma parte de la Asociacíon de Productores, como proveedora de miel. Integra también el “Distrito de Economía Solidaria”: una alianza entre organizaciones, comercios mayoristas, productores y ciudadanos (consumidores), que vela por una producción y consumo sostenibles.. Se trata de una red de empresas que tienen objetivos similares; se preocupan principalmente de que la producción local tenga pocos intermediarios, de la energía renovable, en los cultivos orgánicos y proponen una serie de servicios y productos con alto contenido social y ético.
El estilo de la Economía de Comunión impregna toda la actividad de la pequeña empresa productora de miel: dando el propio aporte económico cuando –no obstante la buena producción- no fue posible pagar los sueldos (el propio y el de Pietro, un joven colaborador). O resistiendo al “canto de las sirenas” rechazando la propuesta de aprovecharse de un programa regional que permitía la exoneración de impuesto a los insumos para la apicultura. «Sufrí mucho pensando en la materia prima que podía conseguir gratis – cuenta Donatella- o más bien, a costa de la comunidad, e imaginando las críticas de mis colegas, me costó decir “no”, pero lo dije. Hablar de honestidad es fácil, pero ir contra-corriente es “duro”. Finalmente resultó que la empresa si calificaba y fue totalmente financiada. Me sentí contenta al ver que mi conducta hizo que otros apicultores (que no sabían) pudieran ser financiados, y se incorporaron gradualmente al programa ». En la “mielería” donde va a extraer la miel, la empresaria conoce a G., un obrero que trabaja allí para descontar una condena. «Aún si el responsable de la estructura, el asistente social y el abogado me habían dado tranquilidad sobre esta persona, me resultaba muy difícil pasar junto a él muchas horas de trabajo. De hecho antes de conocerlo me habían contado con lujo de detalles su trayectoria como multi-homicida. Cuando me lo encontré delante, alto y robusto, amable y servicial, este muro seguía presente entre él y yo» Hasta que un día G escucha una llamada telefónica. «Yo estaba hablando con una amiga que se desahogaba conmigo buscando comprensión y ayuda. Traté de recordarle a ella algunos comportamientos como el de vernos nuevos todas las mañanas, ver lo positivo uno en el otro. G. había comprendido bien el sentido de mis palabras, de tal modo que me agradeció. Su agradecimiento me resultó de mucha luz…..». Hay algunas puntuales intervenciones providenciales, alegres, provenientes del “socio oculto”, Dios, a quien Donatella y su ayudante Pietro se confían continuamente. «Este año que fue particularmente difícil por el frio y la intensa lluvia. Estaba comprometida la floración y por lo tanto la producción de miel. Entre los apicultores se produjo una cadena de llamadas telefónicas. En este clima, S. apicultor que con su trabajo mantiene la familia, me llama llorando. No sabe qué hacer. Está desesperado. Busca una floración importante como la del girasol, pero no sabe donde la puede encontrar. Le digo que se quede tranquilo y que tenga confianza. Me esfuerzo, busco y encuentro campos que…. limitan con 10 hectáreas de girasol. Podemos colocar las colmenas de las abejas en el terreno y ellas volarán al girasol del vecino, que está dispuesto a colaborar. No sé si tendremos una producción abundante de miel, pero el pedir y el dar tienen el mismo valor».
Aprender y crecer para superar los límites
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