¿Existe “una política que valga la pena”, en un momento histórico en el que la política se encuentra en plena crisis, a menudo identificada con el poder corrupto o con intereses particulares?
Se habló de esto en la tarde del 12 de marzo, en el marco del primero de los numerosos eventos mundiales que se llevarán a cabo en ocasión del 7° aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich (1920-2008). «Su fe sencilla y fuerte – afirma en su mensaje Sergio Mattarella, presidente de la República Italiana –, unida a una extraordinaria capacidad de comprender la modernidad aceptando los desafíos que ésta plantea, inspira la vida de millares de personas en todo el mundo, exhortando constantemente a instituciones nacionales e internacionales a promover los valores de la fraternidad y el respeto recíproco a favor del diálogo en la familia, en la comunidad, entre los pueblos».
Movimiento de los Focolares, comprometerse en política significaba responder a una vocación: «El amor de los amores», como la definió. En otras palabras se trata de un llamado, cuya respuesta «es antes que nada un acto de fraternidad. Se actúa por algo que es público, que se refiere a los demás, persiguiendo su bien como si fuera el propio». María Voce, presidente de los Focolares, inaugurando las sesiones del seminario “Chiara Lubich: la unidad y la política”, afirmó que para este fin «es indispensable partir precisamente de la unidad, la única que puede dar el justo relieve a la libertad y a la igualdad».
¿Qué significa vivir la fraternidad universal en un ambiente tan delicado? Lo testimonió Iole Mucciconi, quien desempeña un papel directivo en la Presidencia del Consejo de Ministros: «Es importante comprometerse cada mañana a hacer bien el propio trabajo hasta el fondo. Tengo siempre presentes los consejos de Chiara Lubich para vivir la fraternidad: apuntar a la honestidad de la vida, a la pureza de las costumbres, al desapego del dinero y al compartir alegrías y dolores con los hermanos».
El problema de la corrupción que, lamentablemente, permea el Estado, es muy sentido también por Raffaele Scamardì, secretario de Obras Públicas en el XII Municipio de Roma, en un momento en el que los magistrados y la fuerza pública están tratando de desarticular la red mafiosa que ha atrapado a Roma Capital. «Sin embargo, una política para los demás es posible, arreglando una calle en mal estado, escuchando a los ciudadanos y su necesidad de legalidad y trabajando con una transparencia que mantenga lejos la corrupción».
Lo confirma también Dieudonné Upira Sunguma, quien fue ministro de la Función pública de la República Democrática de Congo y que, en el transcurso de su mandato, se encontró en la necesidad de rechazar los regalos de quienes querían corromperlo.
Los jóvenes de los Focolares en el Parlamento: la tragedia de los refugiados sirios en Líbano y Jordania irrumpe, por la mañana, en el aula parlamentaria a través de las palabras de Lara y George: directas, sencillas, llenas de confianza, como es quien tiene veinte años. La guerra que destroza Siria tiene el tinte de un drama. Abraham, en cambio, arrastra la tragedia de un país desgarrado por el narcotráfico, México. La celebración del 7°aniversario de Chiara Lubich tiene las características del compromiso y en efecto en lugares de frontera, vividos políticamente por los más de 300 jóvenes de los Focolares que se dieron cita en Roma, para mostrar acciones de diálogo, solidaridad, paz, que inciden en el planeta trasversalmente.
La presidenta de la Cámara de los diputados, Laura Boldrini, interpelada sobre el rol de la política en la resolución de conflictos y en la tutela de los derechos, agradece por el valor de «acortar las distancias entre instituciones y ciudadanos» y pide «que no le crean a los que quieren cambiar el ADN de nuestro pueblo hecho de acogida y solidaridad» y además anima a los jóvenes para que se pongan «a disposición de la función pública con generosidad, para influenciar en las decisiones y las opciones», dando un servicio al país sin reducirse a las contraposiciones y a la lógica del enemigo porque «en los valores de Chiara Lubich hay una visión de sociedad y ésta es política, que no contempla hacerse a un lado».
El diálogo que surge después se abre a los temas de las heridas de nuestro tiempo: la relación con el mundo musulmán, las guerras y las epidemias africanas, las calamidades naturales del sureste asiático. El politólogo Pasquale Ferrara afirma que «el diálogo no es el arma de los débiles» y el economista Luigino Bruni, a propósito de las enormes desigualdades sociales, recuerda que «la felicidad más importante no es la nuestra sino la de los demás y por lo tanto es útil comprometernos con creatividad para resolver los problemas, encontrar los bienes que se necesitan y juntarse para hacer cosas nuevas».
Según Paolo Frizzi, el sentido comunitario de los proyectos que los jóvenes de los Focolares han puesto en marcha y que son monitoreados por el Observatorio de la fraternidad previsto por el United world project, expresa la «perspectiva antropológica y civil del carisma de la unidad que es capaz de forjar una humanidad nueva en grado de compartir acciones de vida a partir también de las diferencias, para construir cosas duraderas con el horizonte del mundo». En síntesis, “La fraternidad en camino”, título elegido para la manifestación, aspira a pasos concretos y comunes por parte de la política y de los ciudadanos.
0 comentarios