Entre los cuatro diálogos de la Iglesia Católica –en la misma Iglesia, entre Iglesias distintas, entre fieles de religiones distintas y entre personas de buena voluntad pero sin ningún credo religioso-, el primero de estos diálogos es el más típico de las regiones centroamericanas. Esto se vio aquí también en Guatemala, como lo atestigua el simple y cálido encuentro desarrollado en el Centro Mariápolis de Ciudad de Guatemala, el 24 de marzo pasado, un sábado muy soleado. A este encuentro asisten una decena de movimientos, que por lo general tienen su lugar de encuentros en “La Comisión de Movimientos Laicales y Nuevas Comunidades”, organismo de la Comisión Episcopal guatemalteca que reúne a los representantes de los movimientos y de las nuevas comunidades. Están los Neocatecumenales y los Cursillos, la Comunidad de San Egidio, la Renovación en el Espíritu, y otras comunidades carismáticas, además de grupos de inspiración dominicana y franciscana y el Movimiento de Restauración Matrimonial. Está presente el Obispo que se ocupa de esta Comisión, Mons. Victor Hugo Palma Paúl, obispo de Escuintla, en la costa del Pacífico que es una zona de muchos contrastes y pobreza. Es él quien recibe a Maria Voce y a Giancarlo Faletti, con una nota que es triple: “Primero, los Movimientos en la Iglesia Católica son una presencia mariana del Espíritu, que nacieron por la necesidad de responder a una falta de fé en la población. Segundo, respondemos así al pedido de Benedicto XVI de recibir y apoyar a las nuevas comunidades, como’ escuelas de la palabra’ y los Focolares son una de las escuelas de mayor vitalidad. Tercero, el carisma vuestro es un carisma que enciende, recibe y da calor a la vida cristiana, poniendo el acento en la unidad”.
Después de una breve y cálida presentación de los que estaban presentes, Maria Voce, se refirió a la invitación que recibió de la secretaría general de la comisión y a la forma de cómo se generó el amor por la Palabra, característica típica de los Focolares. Dijo que entre otras cosas, “Estar junto a otros movimientos y comunidades, es para nosotros no solo una alegría sino también una necesidad. Saber que cada carisma tiene una Palabra evangélica propia, específica para la humanidad, de la cual hoy existe tanta necesidad, nos dice que nos precisamos unos a otros” Y aún más: “Los carismas se reconocen porque saben abrirse a los otros carismas” Mencionó también nuestro concepto sobre la Nueva Evangelización : “También Guatemala que fue evangelizado hace tantos siglos, tiene hoy necesidad de que el cristianismo se convierta en algo más vital, que sea más formativo de la persona y que incida en la vida de las personas individuales y en la sociedad en su conjunto” Michele Zanzucchi, desde Guatemala
Sanar las heridas que encontramos en los demás
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