«Queremos asegurarles que todos los miembros del Movimiento en Egipto está bien», así nos escriben desde Egipto. «El 14 de agosto -continúan- fue una jornada muy dolorosa para el país y, especialmente, para los cristianos. Tal como se esperaba desde hacía tiempo, el gobierno decidió desalojar las plazas ocupadas y lamentablemente la reacción fue sorprendentemente violenta, no sólo contra el ejército sino también contra los cristianos. Quemaron todas las iglesias más antiguas y significativas del país, los conventos, las escuelas a cargo de religiosos y religiosas. Enseguida los musulmanes moderados se alinearon en contra de estos ataques y muchos se ofrecieron a proteger ellos mismos las iglesias. Pero muchos cristianos, agradecidos, respondieron que no pusieran en peligros sus vidas porque los muros se pueden reconstruir, pasada la violencia, juntos. «La Iglesia Copta está dando un fuerte testimonio: el Papa Tawadros pidió a los fieles que no respondan de ningún modo a los actos violentos y dijo: “¿Quemarán las iglesias? Rezaremos en las mezquitas. ¿Quemarán las mezquitas? Rezaremos en las iglesias. ¿Quemarán ambas? Rezaremos juntos en las calles, porque somos todos egipcios”. «A. M. de Assiut, una ciudad muy afectada, dijo: “Las iglesias se han trnansformado en incensarios que llegan hasta el cielo para pedir a Dios que tenga misericordia de su pueblo y haga milagros”. «Se proclamó un mes de emergencia y, en muchas ciudades hay toque de queda, de las 7.00 de la noche a las 6.00 de la mañana. Ciertamente la situación se gravísima y vivimos momentos de incertidumbre, pero nos sentimos sostenidos por la fe segura en el amor de Dios, fe presente no sólo en nosotros sino en todos los egipcios, cristianos y musulmanes. «Sentimos fuerte el apoyo a través de la oración de todo el Movimiento en el mundo y, en la fiesta de la Asunción, le confiamos a María nuestro pueblo que tanto la ama. Radicados en la vida del Evangelio que nos lleva a amar a todos y a amarnos entre nosotros en el momento presente, ofrecemos este gran dolor para reforzar la esperanza en una paz estable no sólo aquí sino en todo Medio Oriente».
Sanar las heridas que encontramos en los demás
Sanar las heridas que encontramos en los demás
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