Movimiento de los Focolares

Argentina: un Sabbat especial

Ene 17, 2016

En la jornada del Judaísmo, que en Italia y en algunos países precede a la semana de oración por la unidad de los cristianos, un testimonio de diálogo y vida que se desarrolla en la Mariápolis Lía, entre cristianos y judíos.

judios-encendido-velas«Queremos dar testimonio de una experiencia transformadora que hemos vivido, del 11 al 13 de diciembre de 2015 con algunos miembros de la comunidad judía Bet-El y los habitantes de la ciudadela de los Focolares, rezando los unos por los otros», escriben la rabina argentina Silvina Chemen, Carlos Becaría y Nanni Espinosa de la ciudadela Lía. Un Sabbat especial. «Empezamos amasando juntos el pan ritual –cuenta Silvina-; después, hemos (participado) compartido el momento en el que se encienden las candelas del Janucá, y recordamos el histórico pacto celebrado entre Chiara Lubich y los judíos de Buenos Aires, en 1998. Bajo los árboles, cantando juntos, esperamos el atardecer para recibir las estrellas que anuncian la llegada del Sabbat; y así, abrazados, entramos en el salón que estaba transformado en una sinagoga para la ocasión. Rezamos juntos las vísperas del Sabbat y el sábado compartimos la oración de la mañana y la lectura del libro de la Torá. Fue un momento sagrado. Mariapoli Lia_bComunión y diálogo. «En la tarde, un momento igualmente importante para los judíos –cuenta Carlos- participar en la celebración de la Misa, que se anticipó para responder a su deseo de participar. En la oración de los fieles hubo una en especial, que pedía la paz y el diálogo entre nosotros (Comunidad Bet-El y Focolares) que nos conmovió a todos. Este sentimiento de unidad continuó durante toda la tarde en un workshop sobre el diálogo, con la participación de todos los jóvenes cristianos que asisten a las escuelas de la ciudadela. Compartimos preguntas, dudas, expectativas sobre el diálogo y sobre nuestras distintas tradiciones, con libertad y profundidad. Concluimos elaborando juntos los adornos para el árbol de Navidad que contenían escritos nuestros deseos». Despedida del Sabbat. «Nuevamente nos reunimos todos al aire libre –cuenta Nanni-, para encender las candelas los unos de los otros hasta formar un círculo de luz; el sonido del cuerno de Shofar, como explica la Biblia, acompañaba el rito porque era todavía un momento sagrado». No es sólo rezando, sino que también compartimos los talentos artísticos en «una velada llena de alegría, de armonía, donde nuevamente Chiara Lubich estaba presente a través de una pintura de Sofía, de la comunidad de Bet-El, que ofreció como regalo a la ciudadela. Ella participó también el año pasado y se sintió interpelada por el mensaje y la figura de Chiara», agrega Carlos. El domingo recorrimos la ciudadela. «Después de haber profundizado en algunos puntos de la historia y de la espiritualidad del Movimiento – dice Nanni –, participaron en la visita a los distintos sectores de la ciudadela y la conclusión se realizó en el Auditorio Vittorio Sabbione. Tenía un nuevo espesor la lectura del Antiguo Testamento y la presencia de Dios en medio nuestro. Los que quedamos en la ciudadela no somos los mismos de hace tres días, y los que regresan a Buenos Aires parten con la alegría de haber encontrado otros hermanos. Y la confirmación de lo que vivimos fue la expresión de una participante judía: “Es la tercera vez que vengo a la ciudadela Mariápolis Lía. Cada vez regreso con el deseo de volver. Hoy, en cambio, siento que soy parte de esta experiencia, esta ciudadela hace parte de mí y yo de ella”. ¡La cita para el próximo año ya quedó fijada!». Gustavo Clariá

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