Su impresión al término de estos días en Asís y en Roma. Una impresión muy positiva. Mi pensamiento va sobre todo a Juan Pablo II y a Chiara Lubich por su amplia perspectiva en el campo del diálogo. Ellos entendieron que valía la pena invertir en personas y estructuras para llevar adelante el discurso del diálogo. Me refiero, en especial a los organismos que trabajan en esto: los distintos Consejos Pontificios (para la Unidad de los cristianos, para el Diálogo Interreligioso, para la Cultura, para la Justicia y la Paz, y dentro de la Iglesia) y a los Centros que se ocupan de los varios diálogos en el seno de nuestro Movimiento. Se pusieron de relieve todas las relaciones que se han construido en estos años. Ésta me parece que es la novedad con respecto a los encuentros realizados en el pasado. En estos años cada uno ha hecho mucho, aunque allí podía parecer poco, con respecto al resultado obtenido. En síntesis, me parece que llegamos al punto donde existen auténticas relaciones de amor recíproco. Algunos pequeños hechos significativos que todos hemos notado. Cuando al Patriarca Bartolomé se le cayó el librito, el Primado de la Iglesia de Inglaterra, el Dr. Rowan Williams,se inclinó a recogerlo: el Papa a menudo sonreía y se dirigía a uno y al otro. Perecen pequeñas cosas, pero son actos que todos notan y dan testimonio. Después, la presencia de personas de otras convicciones no religiosas. Ésta es realmente una novedad de sustancial importancia, sobre todo por la forma como la presentó el Papa en el sentido de búsqueda de la verdad común. Subrayó que la verdad nos trasciende a todos y que nadie puede decir que la posee completamente. Fue muy bello como él lo presentó. Ésta es claramente una novedad. Asís 2011 no ha sido sólo un encuentro de fraternidad y paz, para construir algo bello, ha sido también un elevarse en una búsqueda que va más allá de esto. Junto a Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Edigio y a Julián Carrón, actual responsable de Comunión y Liberación, fueron invitados a viajar en el tren del Papa con las delegaciones oficiales. ¿Es un reconocimiento significativo para los Movimientos y, en especial, de los laicos en el diálogo? Muchos cardenales y obispos vinieron a agradecerme por las relaciones delicadas y discretas que construimos con las personas de las distintas religiones. Era, por lo tanto, un reconocimiento por lo que nuestro Movimiento y los Movimientos en general hacen en el campo del diálogo. Sentí un gran aprecio también por la forma como los laicos conocen las situaciones concretas y los distintos contextos y tradiciones de las religiones y de los creyentes. Los laicos viven más fácilmente el contacto cotidiano con quienes siguen otros credos, y por lo tanto conocen aspectos vitales y tradicionales. Esto puede ayudar también a la Iglesia institucional a moverse en las relaciones con los fieles de otras religiones. No todos pueden conocer a todos y todo. Un ejemplo. Me encontré durante el almuerzo con un representante de la delegación sikhs, que no tenía ningún reparo de decir a todos que conoce el focolar y participa en los encuentros que promueve. Y como él, muchos otros. Las relaciones que los Movimientos han construido con estos líderes religiosos se ponían en evidencia de forma espontánea. Me parece que la jerarquía de la Iglesia quedó muy contenta y agradecida. A cargo del enviado Roberto Catalano
Anunciar el amor mutuo
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