Ene 26, 2023 | Sin categorizar
Uno de los sufrimientos más grandes del ser humano es sentir la propia impotencia ante los hechos de la vida, aceptar que no podemos hacer nada. Ser instrumentos en las manos de Dios quiere decir, por lo tanto, ponerse a disposición, redescubrir el propio valor al dejar hacer a Otro; aprender el arte de confiar y confiarse. Prudencia Como responsable de un departamento de la empresa en la que trabajo, un día noté que un colega, que por lo general es muy sereno, tenía una actitud agresiva. Lo invité a conversar y me confió los problemas que tenía con su esposa, que se había vuelto tan violenta que había llegado a golpearlo. Pretendía que él le diera cada vez más dinero. Este era el motivo por el que estaba haciendo horas extra. A partir de ese momento este colega empezó a llamarme por teléfono fuera del horario laboral cada vez que las cosas iban mal, seguro de encontrar en mí una escucha desinteresada. Pero cuando me di cuenta de que me había vuelto para él una especie de refugio, advertí, por prudencia cristiana, la necesidad de hablar al respecto con mi esposo. Y precisamente él, después de ayudarme a entender que para ese hombre podía representar no solo una amiga sino el ideal de mujer, propuso una idea que terminó siendo un éxito; invité a la familia del colega con la excusa de un cumpleaños. Después de que nos confiamos a Dios y gracias al clima que se creó a través de juegos y de los comentarios simpáticos de nuestros hijos, se instauró una relación con la otra pareja que hace esperar que se logre un cambio en la situación. (G.T. – Portugal) Adiós, bici. Desde hace algún tiempo había tenido que guardar en el garaje a mi amada bicicleta, compañera de tantos paseos y viajes. El hecho es que el uso de lentes multifocales me había obligado a moverme a pie. A decir verdad me costaba un poco, la bici me resultaba muy útil, porque en la cesta podía llevar las compras y ahora las tenía que llevar a mano. Por suerte vivo en un pequeño centro donde todos los lugares quedan cerca. Sin embargo descubrí una ventaja de prescindir de las dos ruedas, además de evitar las caídas, tan desastrosas cuando se llega a cierta edad. Ir a pie ofrece la posibilidad de encontrar a muchas personas, de intercambiar dos palabras… y siempre hay algo triste o alegre que compartir. En fin, todo es expresión del amor de Dios, si nos disponemos a hacer su voluntad. Mejor tratar de llegar al Paraíso sin la bicicleta que moverme más velozmente… ¿y hacia dónde? (Marianna – Italia)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, año IX – n.1 – enero-febrero 2023)
Ene 25, 2023 | Sin categorizar
Un nuevo paso para conocerse y para caminar juntos. Como conclusión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, desde Bari (Italia), una experiencia de sinodalidad, diálogo y cercanía entre hermanos de varias Iglesias. Desde hace algunos años mi esposo Giulio y yo participamos en diálogo ecuménico en el ámbito de la Diócesis, como representantes del Movimiento de los Focolares junto a otros Movimientos. Hace algún tiempo nos llegó una carta del Cardenal Kock, Prefecto del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos, y del Cardenal Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, sobre la necesidad de involucrar a los hermanos de otras Iglesias en las Mesas Sinodales, que son pequeños grupos organizados para elaborar reflexiones y propuestas pertinentes para el camino de nuestra Iglesia diocesana precisamente con motivo del Sínodo que inició en octubre del 2021. Aprovechando la ocasión fui a visitar al Padre Alfredo, quien es el delegado de nuestro Obispo para el diálogo ecuménico e interreligioso, y lo invité a considerar la posibilidad, él después de un tiempo, me contactó para invitarme a participar en un curso para facilitadores de las Mesas Sinodales organizado por la Diócesis, que fue muy interesante. Un segundo paso fue empezar a planificar nuestro encuentro con nuestros hermanos cristianos, y después concretarlo poco a poco, buscamos una sala apropiada, involucramos en la preparación a amigos de otros Movimientos, cada uno conocía a alguna persona de otras Iglesias, que a su vez se convirtieron en facilitadores para otros. Fijamos la fecha y desde la mañana fuimos, junto con mi familia, a preparar la sala para que fuera acogedora, preparamos 6 mesas con manteles coloridos, carteles, marcadores de colores, pero también chocolatitos, bebidas, vasos, etc. No sabíamos cuántas personas iban a venir por lo que pensamos que era mejor exagerar, así que pusimos 6 sillas por mesa. A primera hora de la tarde llegaron nuestros invitados, al final éramos 38 personas de 9 Iglesias distintas y tuvimos que agregar dos sillas. Fue una experiencia bellísima en donde entramos como extraños y salimos como hermanos, con el deseo de conocernos cada vez más para después poder rezar juntos y vivir la caridad fraterna. Había un gran entusiasmo por el descubrimiento de poder estar juntos con la alegría de ser un solo Pueblo de Dios.
Rita y Giulio Seller
Ene 24, 2023 | Sin categorizar
Construir la unidad más allá de los prejuicios seculares, la desconfianza y las divisiones, generando, día a día, un diálogo que se ha convertido en estilo de vida. Esta es la cotidianidad de la comunidad de los Focolares en Gran Bretaña, cuyos miembros pertenecen a varias Iglesias cristianas. https://www.youtube.com/watch?v=SZYuI1QytTs&list=PL9YsVtizqrYs-fUrfOgSZ2X2vhoedLwCI&index=2
Ene 18, 2023 | Sin categorizar
Se ha lanzado la primera edición del premio anual promovido por la Fundación Chiara Badano ¿Te gusta ayudar concretamente a los demás? ¿Tienes la idea de crear un proyecto de solidaridad y no ves la hora de encaminarlo? Pues bien, hay una iniciativa que podría interesarete. El 20 de octubre de 2022, en coincidencia con el aniversario del nacimiento de la Beata Chiara Luce Badano, la Fundación que mantiene viva su memoria ha establecido la primera edición del Premio Solidarity. Es un evento anual para promover proyectos de solidaridad en todas partes del mundo. Desde que era una niña, Chiara Luce mostró su pasión por los más necesitados, los más débiles, los marginados de la sociedad; especialmente ancianos y niños. Por ello la Fundación Chiara Badano ha decidido instituir este premio. De hecho, el objetivo es sostener e incentivar proyectos para la promoción de acciones positivas dirigidas a los estratos más débiles de la población (ancianos, personas con discapacidades, inmigrantes…) y acciones orientadas a enfrentar la explotación y la violencia ejercida sobre mujeres y niños, atender a las nuevas pobrezas y para la salvaguarda del planeta. El premio detectará cada año un proyecto innovador en específicas temáticas de relieve social, con el objeto de difundir sus contenidos y hacer de ellos un patrimonio común. La finalidad será sostener el proyecto a través de un aporte económico de dos mil euros, incentivarlo a través de una comunicación eficaz en las redes sociales y abrirlo a nuevas formas de apoyo. Pueden adherir a este premio organizaciones y grupos, incluso informales, compuestos en su mayoría por jóvenes por debajo de los 30 años, con un proyecto que promueva y sostenga la cultura y la práctica de la solidaridad. La fecha límite para la presentación de los proyectos (20 de enero de 2023) se ha prorrogado al 20 de febrero. Para tener mayores informaciones, se puede recurrir al anuncio del concurso. Además, la Fundación Chiara Badano promueve también el Premio Art, una iniciativa para dar a los jóvenes la posibilidad de expresar –a través de talentos artísticos– en qué medida el estilo de vida de Chiara Luce los ha entusiasmado e inspirado. En marzo de 2023 saldrá el anuncio para su sexta edición. www.chiarabadano.org
Lorenzo Russo
Ene 17, 2023 | Sin categorizar
Aprender a hacer el bien quiere decir poseer un alfabeto que nos permite captar la voluntad de Dios en nuestra vida e ir al encuentro del otro. Es un abecedario hecho de gestos, y la justicia no es otra cosa que el tesoro precioso que hay que buscar, la joya deseada y la meta de nuestras acciones. El accidente Volvía a mi casa a la hora del almuerzo cuando el coche que circulaba delante se salió del carril y luego volcó. Me detuve y bajé del coche para prestar ayuda. Gracias a que otras personas con ánimo de socorrer llegaron, los desafortunados, ensangrentados, pudieron ser rescatados del interior del vehículo. Se trataba de una anciana señora, un hombre joven y un niño. Por termor a quedar implicados en el accidente nadie tomó la iniciativa de llevarlos al hospital. Por lo tanto, ¡me tocaba a mí! Soy muy emotivo y en algunas ocasiones ver sangre me había provocado una pérdida de conciencia. Pero esta vez tenía que ser valiente y actuar. En la guardia de los primeros auxilios, para ingresar a los pacientes, exigían una suma de dinero que en ese momento no tenía. Es cierto que podía hacer un cheque, pero era un riesgo… No obstante, no podía abandonarlos. Entonces firmé un cheque y tras asegurarme de que los heridos estuvieran bien atendidos (como el buen samaritano), seguí mi camino. Me sentía liviano, como después de haber dado un examen. Había superado el obstáculo de mi emotividad, pero sobre todo había sido una ayuda a mis hermanos en un momento crucial. Experimenté la verdadera alegría del Evangelio. (Marciano – Argentina) Volver a nacer La adolescencia rebelde de uno de nuestros hijos, su depresión, los ataques de pánico, las amistades destructivas y las adicciones habían abierto una gran herida en nuestra familia. En mi interior crecía un torrente de rabia, de sentimientos hostiles y, por la suma de todas esas emociones, me comportaba de manera negativa en la relación con mi esposo y mis otros hijos. Como madre, consciente de haber fracasado, me fui encerrando cada vez más dentro de mí. Una amiga muy querida me vio en ese estado, y me aconsejó hablar con un sacerdote. La gracia me llegó justamente durante esa charla. Como si Dios hubiera roto las espesas paredes del corazón en donde estaban escondidas mis lágrimas, lloré mucho. Descargué con fuerza todas las cosas terribles que le habían pasado a nuestro hijo en todos esos años. Ese día la liturgia nos recordaba una frase de Ezequiel que confirmaba mi regreso a la vida: “Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (Ezequiel 36, 26). En la oración volví a encontrar la paz para poder ser para mis hijos un punto seguro. (W.Z. – Polonia) Perdón Una persona conocida había recibido un mensaje de su hermano; le anunciaba la muerte improvisa de la esposa y le pedía que fuera a verlo. Ella, en realidad, nunca había tenido una buena relación con su cuñada, especialmente a partir del momento en que le había impedido a su esposo ir a ver a su madre moribunda. Incluso algunas amigas le decían que estaba bien no ir a acompañar a su hermano, que no se había portado bien con toda la familia. La mujer, que a su manera era muy religiosa, empezó a rezar por su cuñada, hacía celebrar misas de sufragio… pero no se movía, pues no conseguía perdonar a su hermano. ¿Cómo convencerla de la incongruencia de su cristianismo? Justamente ese mes la Palabra de vida se centraba en el amor recíproco. Como para ayudarla, le llevé la hojita con el comentario que explicaba cómo vivir ese mandamiento evangélico. Después de algunos días la vi llegar a mi casa muy sonriente: me quería contar que tras haber leído esa hojita no había podido resistir, y había ido a ver a su hermano, reconciliándose con él. (D.P. – Brasil)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año IX – número de enero-febrero de 2023)