Mar 10, 2015 | Focolare Worldwide
Sor Benedetta, o como la llamábamos todos amigablemente, “Sister Bene”, era conocida por todos en la Iglesia tailandesa: por los sacerdotes, las religiosas, los obispos, los laicos desde el norte al sur del país. También la conocían bien algunos monjes budistas que acostumbran visitar el focolar. Benedetta era una mujer a la que cualquiera podía acercársele y conocerla, sin temor y con delicadeza. Sabía recibir a las personas y se podía acudir a ella en cualquier momento. Un problema, grande o pequeño, una necesidad urgente, una cosa linda para compartir, Ella no se asustaba por nada, conocía bien el alma de los hombres y de las mujeres y los sabía amar. Un obispo, una vez dijo que Sor Benedetta era “una religiosa de oro y de plata” por todo el dinero que sabía encontrar para los pobres. Cuando se iba al extremo norte de Tailandia era una especie de “obligación” pasar por su casa y “charlar un poco”, como decía ella. Se alegraba con todas las noticas de “su gran familia”, como le gustaba llamar al Movimiento y devolvía esta vida a muchas otras personas. A menudo encontrábamos en las Mariápolis a personas que llegaban porque ella les había hablado del espíritu de la unidad, o a alguien llegaba al focolar porque Sister Bene se lo había nombrado. En fin, Benedetta era una verdadera “madre espiritual” que dio mucha vida sobrenatural a mucha gente que estuvo presente en su funeral, al cual asistieron obispos, sacerdotes y un numerosísimo “pueblo de Dios”. La iglesia de Wien Pa Pao, situada al lado del convento donde ella vivía, estaba repleta ese día.
Sister Bene, nombre de Benedetta Carnovali, nacida en 1925, fue una columna para el Movimiento. Muchos de los miembros que componen hoy la comunidad de los Focolares en Tailandia se acercaron al Movimiento porque lo conocieron personalmente por ella (también budistas). “Una verdadera religiosa y una verdadera focolarina”, como fue definida por alguien. Una religiosa “fuera de lo común”, siempre en movimiento para llevar algo a alguien y al mismo tiempo “quieta” amando personalmente a quien encontraba. Era una amiga que te llamaba para saludarte por el cumpleaños, aunque cada año su voz se hacía cada vez más débil, pero no se debilitaba su fuerza interior. Cuando alguien se acercaba a ella nunca tenía la impresión de molestarla. Parecía que te estaba esperando y que no tenía otra cosa que hacer. Aunque en realidad no era así, basta considerar, por ejemplo, todas las adopciones “a distancia” que llevó adelante personalmente, hasta sus últimos días. Sister Bene, conoció la espiritualidad de la unidad por un religioso, en el año 1963, y desde ese momento dio su vida para que muchos en Myanmar, donde estaba en ese momento, y luego en Tailandia (después que todos los religiosos fueron expulsados por el régimen), pudiesen conocer y comenzar a vivir este camino de la unidad. Cuando se trasladó a Tailandia, continuó profundizando su amistad con los Focolares. Cuando, raramente, tenía la posibilidad de poder pasar algunos días con nosotros, se alimentaba ávidamente de los pensamientos de Chiara Lubich. Como todos aquellos que de verdad siguen a Dios, Sor Benedetta también tuvo su noche, “la tempestad” por seguir a Jesús, y la enfrentó como verdadera discípula de Jesús, con una caridad heroica. Estaba profundamente unida a Vale Ronchetti, una de las primeras focolarinas, y fue adelante, en medio de muchas incomprensiones: “¿Cómo es posible que una religiosa forme parte de un movimiento laico?”, le preguntaban a menudo. También vivió otras pequeñas y grandes “persecuciones” humanamente absurdas. Sin embargo, seguramente y misteriosamente, Dios se sirvió también de estas dificultades para que Sor Benedetta fuera cada vez más religiosa, cada vez más “hija espiritual de Chiara” (como ella a menudo decía) y se convirtiera en una apóstol de la unidad que – a juzgar por los frutos que proporcionó – no se compara con nadie del sudeste asiático. Nos deja una herencia de caridad, de dulzura, de ternura y de gran fuerza, de amor y de servicio a los últimos: a la gente de la tribu Akha, por ejemplo. Nos deja esa sonrisa típica de alguien que experimenta que es posible transformar el dolor en Amor y convierte esta actitud en su motivo de vida. Sor Benedetta “voló” al cielo a la edad de 90 años, después de haber escuchado la canción que a ella le gustaba mucho: “Sólo gracias”. Murió extenuada pero serena, como siempre vivió, en la paz porque estaba segura de que “aquellos brazos” que la recibieron de niña (ella era huérfana de padres) y que la llevaron adelante en su vida de religiosa, la estaban esperando para darle el último abrazo en el último tramo de viaje; el más importante. Una mujer maravillosa que testimonia que también hoy podemos hacernos santos. Luigi Butori
Mar 10, 2015 | Focolare Worldwide
«El camino para llegar a un mundo en paz es largo. Emprenderlo exige valentía, y no vacilar frente al sufrimiento, al dolor y a la derrota». Así se expresa Val Fajardo, un joven de los Focolares, al finalizar los 5 días .del “Proyecto Unidos por la Paz 2015”, realizado a mediados de febrero en la ciudadela “Mariápolis Pace”, en Tagaytay City (Filipinas).
La conferencia, promovida por YSEALI (Young Southeast Asian Leaders Iniciative) –que se ocupa de fortalecer en los jóvenes el desarrollo del liderazgo y los desafíos del Sudeste asiático-, con la colaboración del Movimiento de los Focolares, reunió a 30 jóvenes líderes de Tailandia, Filipinas e Indonesia para dialogar sobre los conflictos religiosos y culturales en la región ASEAN (Asociación de las naciones de Asia sudoriental) y compartir experiencias positivas aptas para mitigarlos.
Los delegados pertenecían a diversos ambientes y provenían de distintos lugares –blogueros de moda, asesores presidenciales, profesores, periodistas, estudiantes, responsables de ONG y trabajadores sociales- todos comprometidos en trabajar por la paz. El grupo trató de entrar en la comprensión de las causas de los conflictos para dejarse guiar luego por la óptica del diálogo interreligioso e intercultural. A partir de este punto pasaron al análisis del paradigma de la fraternidad, que conduce a la unidad y a la reciprocidad y pone en evidencia el poder del trabajo colectivo, todos componentes esenciales en la construcción de la paz.
Impulsados por la urgente necesidad de paz en el mundo, los jóvenes delegados trabajaron intensamente en propuestas de proyectos que promuevan la resolución de conflictos o ayuden a mitigarlos, y que se puedan trabajar simultáneamente en sus propios países: “Peace Attack” es el nombre del programa en Indonesia; “Youth Leaders for Peace Camp” el de Tailandia; y “Peace for real” el de Filipinas. Los varios talleres mostraron la fuerza, la creatividad y el compromiso de cada participante. En todos se veía la exigencia de involucrar a jóvenes y adultos, cada uno como constructor protagonista de paz. «La construcción de un mundo unido implica necesariamente que dejemos nuestras comodidades para salir a la luz pública. Pero no estamos solos en el esfuerzo. Hay otros con quienes podemos compartir estos objetivos. Llegó el momento de comprometernos todos juntos».
Nikko Yumul, de los Focolares, es uno de los coordinadores del programa y afirma; «Los jóvenes están una fase de la vida donde resulta muy atractivo realizar proyectos, incluso los más grandes. Por esto, la construcción de la paz caerá en ellos como una chispa que se convertirá en un incendio. Es sólo cuestión de tiempo»
Como conclusión se inauguró un “Parque de la Paz”, como símbolo del proyecto 2015, y los delegados plantaron árboles en una escuela pública cercana a la Mariápolis Pace. En el centro del parque estaba el “Dado del amor”, que en cada uno de sus lados tiene escrita una frase para construir la paz. En la inauguración estuvieron presentes algunas autoridades civiles locales, directores de liceos, profesores y estudiantes.
Al Movimiento de los Focolares se le pidió que actúe como aliado de este proyecto hasta septiembre de 2015. Se instituyó a su vez, un comité que tiene por objetivo proyectar el contenido del programa y seleccionar los recursos humanos adecuados, en la convicción de que perseguir el objetivo de la fraternidad universal es el camino para resolver los conflictos.
Fuente: New City Press Filipinas
Mar 9, 2015 | Focolare Worldwide
«En tiempos de odio y de temor agradezco a Dios porque nos ha elegido para hacernos conocer una espiritualidad como la de Chiara Lubich, capaz de hacer gustar a la humanidad la paz y la verdadera alegría de la unidad. Aquí en Loppiano estamos experimentando un anticipo de cómo será la vida del Reino de Dios».
Son las palabras de una de las seis estudiantes musulmanas iraníes que están transcurriendo un mes en Loppiano, participando en la vida de la ciudadela las 24 horas. «Una experiencia nueva para todos nosotros –afirma Rita Moussallem, co-responsable, con Roberto Catalano, del Centro del Diálogo Interreligioso de los Focolares- un signo profético, portador de esperanza que nos dice que es el amor el que vence».
Las estudiantes provienen del seminario femenino de Jami’at al-Zahra de la ciudad de Qum (Irán), a unos 200 Km de Teherán, la capital. Se trata de un centro académico de excelencia para el Islam chiita. Es el más grande del mundo con alrededor de 6.000 estudiantes, de las cuales unas mil provienen de otros países.
Por la presencia de importantes santuarios, Qum es una de las ciudades santas chiitas, meta de decenas de miles de peregrinos cada año y sede de numerosas universidades; se calcula la presencia de alrededor de 100.000 estudiantes.
Esta visita es el fruto de la relación fraterna y de diálogo iniciada desde hace varios años entre el Centro del Diálogo Interreligioso de los Focolares y el Dr. Mohammad Ali Shomali, docente de la sección internacional del seminario femenino de Qum, fundador y director del Instituto Internacional de Estudios Islámicos (siempre en Qum), además de ser miembro de los Consejos de varias instituciones académicas. Actualmente reside en Londres y es quien dirige Centro Islámico de Gran Bretaña. «En abril pasado fuimos con algunos focolarinos a Qum, por invitación del Dr. Shomali – explica Roberto Catalano – para visitar los distintos institutos universitarios y profundizar el conocimiento recíproco. Esa fue la ocasión en la que se empezó a concretar la posibilidad de que un grupo de estudiantes hiciera la experiencia de la espiritualidad de la unidad».
El Dr. Shomali, su esposa y las estudiantes visitaron las distintas escuelas y ambientes de trabajo de Loppiano, conocieron las experiencias de sus habitantes y se sumergieron en la vida y las actividades de la ciudadela. Fue relevante el momento del encuentro del Dr. Shomali con los docentes y estudiantes del Instituto Universitario Sophia. Haciendo referencia al término que le da nombre al Instituto, subrayó cómo el concepto de sabiduría significa mucho más que conocimiento: «Podemos escuchar palabras que reflejan el conocimiento de muchos, pero la sabiduría sólo puede venir de Dios».
Ahora para las estudiantes la experiencia continua, mediante la profundización de la espiritualidad de la unidad y de sus aspectos concretos.
Mar 7, 2015 | Focolare Worldwide
Mar 7, 2015 | Focolare Worldwide
Mar 5, 2015 | Focolare Worldwide

«Lamentablemente siguen llegando noticias dramáticas desde Siria y desde Iraq, relacionadas con la violencia, los secuestros de personas y abusos hacia los cristianos y otros grupos. Queremos asegurar a todos los que están sufriendo estas situaciones que no los olvidamos, sino que les estamos cerca y rezamos con insistencia para que lo más pronto posible termine la intolerable brutalidad de la que son víctimas». Así dijo el papa Francisco en su último afligido llamado, en la audiencia del domingo 1º de marzo. La multitud que colmaba la Plaza S. Pedro se recogió en profunda oración durante un minuto, recordando a estos dos dos martirizados países de Medio Oriente.
Desde Siria nos escriben: «Muchos ya se han resignado ante la idea de que la guerra es un hecho y que dejó de ser noticia el centenar de personas que mueren cada día. La gente está en el límite de sus fuerzas y el invierno es frío y largo. No hay gasoil, ni electricidad, ni agua. Los disparos de mortero continúan sembrando muerte en las grandes ciudades, mientras que las batallas se perpetran en las periferias y en los pueblos. La economía está por los suelos y muchas familias han perdido el trabajo. La salida legal del país está casi cerrada. Un obispo sirio dijo que nuestro pueblo ha sido humillado y herido en su dignidad»
</aLas comunidades de los Focolares en Siria, a pesar de todo el mal que se expande, siguen creyendo «que aquí puede existir un futuro mejor. Continúan encontrando la fuerza en la vida del Evangelio, incluso con testimonios muy valientes». Saben que no están solos, sino que forman parte de una gran familia exparcida en el mundo, que reza por ellos y trabaja por la paz. «Sin embargo, el cansancio, luego de 4 años de guerra, y la perspectiva de un futuro oscuro para el país, pesa mucho. Y son tantos los que tratan de emigrar para terminar con esta situación infernal».
En este contexto, el 23 de febrero pasado, los focolarinos volvieron a Aleppo. Escriben: «Después de 3 meses de ausencia, volvimos a constituir nuestro focolar en Aleppo, con Sami nuestro focolarino casado que vive en el litoral con su familia. Él también lo constituye y viene a quedarse con nosotros una vez al mes. Estar aquí es un desafío, porque somos conscientes de que sólo Jesús presente en medio nuestro, por el amor recíproco, es fuente de esperanza y de alivio para la comunidad y para la gente que nos rodea».
«Durante nuestro viaje hacia Aleppo –concluyen- nos quedamos una semana en Damasco, en la casa de las focolarinas, que sostuvieron la comunidad en nuestra ausencia; y otra semana en la comunidad de Kfarbo en el centro del país. Existe una gran alegría por nuestro regreso: ¡ahora la familia está completa! Estamos todos muy agradecidos por las oraciones de todos los que en el mundo nos sostienen en esta dura prueba».