El segundo día está repleto de novedades. Con sus foros y talleres, en total unos 117, y 10 actividades ecológicas, sociales, interculturales e interreligiosas, al pueblo del Genfest se le ofrece una oportunidad única, pasar de la teoría a la práctica en menos de 24 horas. “Learning by doing” , aprender haciendo, es uno de los pilares de la moderna pedagogía profesional. Y es justo ésto lo que los jóvenes están experimentando en estas horas: una escuela de cambio personal y social, la superación de las vallas y los muros no sólo como argumento de discusión y motivo para compartir buenas prácticas, sino también para pasar a la acción y experimentar en el campo, en un contexto “glocal”, como el filipino, con ideas, proyectos y realizaciones procedentes de todo el mundo. Los jóvenes se inscribieron en los talleres desde hace varios meses. Las expectativas son altas. Un chico protugués dice:: «Estoy yendo al foro que se llama “¡Quiero ayudar! Cómo dejar de lado el efecto espectador”. El título es intrigante y además, es así como me siento a veces: un espectador impotente delante de una situación que me supera: la desocupación, el racismo, el sentido de impotencia frente a los desafíos de la vida y en las relaciones humanas. Quisiera lograr superar la sensación de que es demasiado, que no puedo hacer nada para que las cosas cambien”. Un grupo de jóvenes de Cebú participa al forum, muy numeroso por su asistencia “Alimentar la naturaleza”. Kim Atienza, famoso presentador filipino y divulgador de temáticas ambientales, alienta a los jóvenes a conocer a fondo la naturaleza, el ciclo de la vida y sus procesos y les enseña estilos de vida y de producción sustentables. Es posible también hacer una “full immersion” en la cultura asiática, con talleres de origami y cocina fusion, o asistir a laboratorios dedicados al conocimiento y al trabajo sobre sí mismos: como manejar el estrés, los miedos, el cuidado de los demás. Son muchos los espacios dedicados a la economía social, civil y de comunión, a la arquitectura, al lenguaje del cine. No falta la política, pero «esa política que da esperanza». Una chica de Burundi: «Yo estuve en el taller que trataba la corrupción. Estuvimos profundizando las diversas formas de corrupción y los instrumentos para combatirla. Viniendo de un continente donde la corrupción es una plaga, ¿qué fue lo que me dio esperanza? El hecho de que somos jóvenes de todo el mundo para derribar también este muro» Durante la tarde, los jóvenes pasaron a la fase dos de la jornada, “Hands4Humanity”, manos para la humanidad. Les proponen diez actividades de solidaridad, acogida y recalificación urbana en diversos lugares de Manila, para experimentar pequeños gestos que puedan cambiar, lentamente pero de forma irreversible, la realidad circundante, y ofrecer propuestas para la realización de iniciativas “ad hoc”, al regreso en sus ciudades. La elección es amplia: desde el servicio en el comedor a los niños del Centro Social de Bukas Palad, a actividades de limpieza de las calles y otras áreas urbanas, la visita a hospitales, a los ancianos, a los sordomudos, hasta el teatro callejero y el intercambio cultural con las comunidades musulmanas e hindúes. En Tramo Street, en el cordón periférico de Manila, un nutrido grupo de jóvenes procedentes de Australia, Brasil, Europa, además de diversos filipinos, pintan y limpian, junto con la gente del lugar. Un joven californiano explica: «Nunca se me hubiera ocurrido hacer algo por una ciudad que no es la mía, y a donde, tal vez, no vuelva, pero estoy contento, es más, quiero conocer más la ciudad de Manila. Al principio pensaba que no me importaba nada, pero ahora no es más así». «La idea de que el Genfest sea un laboratorio de aprendizaje y experimentación de técnicas de transformación humana y comunitaria es una elección de impacto, sea para los jóvenes como para la ciudad», explica Tina Bonifacio, emprendedora y coordinadora de los forum. «El intento es el de hacer una experiencia real de superación de los límites, sean físicos que mentales. Cada persona, cultura, porción del mundo, tiene siempre algo que dar y compartir con los demás» «Una jornada intensa, pues, para los jóvenes presentes en Manila. Pero no terminó aún: se concluirá esta noche con el concierto internacional donde muchos se exhibirán con canciones y performances. Serán la música y el arte los que relaten otro tramo de “beyond all borders”.
Finalmente aquí estamos: el Genfest ha iniciado hoy en Manila, en el World Trade Centre. Es la cita más importante, pero más de otros veinte Genfest nacionales se han llevado a cabo o están realizándose en los cinco continentes. El programa, con canciones, coreografías, experiencias, tiene como enfoque la superación de todo tipo de barrera, “Beyond all borders”. Un slogan corajudo, escogido por los mismos protagonistas como respuesta a las distintas formas de división que hoy se experimentan por todas partes, pero también ha sido el motor de las acciones realizadas en estos años de preparación. Desde las primeras fases, el Genfest tuvo la fisonomía de un evento “en colaboración”: cada participante ha sido un protagonista. La primera mañana, que acaba de terminar, empezó con un vídeo de las distintas locations y acciones del “pre” Genfest, que se llevó a cabo en veinte lugares diferentes del Sudeste asiático, desde el 28 de junio hasta el 5 de julio, en donde centenares de jóvenes desarrollaron acciones de solidaridad y servicio a comunidades y proyectos. El micrófono entonces pasó a los presentadores y a los “vloggers”, que acompañarán a los participantes a lo largo de todo el programa. Para los nacidos antes de la mitad de la década de 1990, aclaramos que los vloggers y los influencers son figuras mediáticas que tienen un gran seguimiento en los medios de comunicación social por parte de adolescentes y jóvenes. En los últimos meses, Louis de Burundi, Maria Clara de Brasil y Ceska de Filipinas son parte de esas figuras por el número día a día creciente de seguidores de sus perfiles Instagram y Facebook. Lo que ha caracterizado esta primera jornada han sido los testimonios de fuerte impacto. Como el de Josef Capacio de San Diego (USA) y Noé Herrera de Mexicali (México). En un tiempo de desequilibrios políticos y sociales y de todo tipo de divisiones, decidieron promover la paz justamente a lo largo del muro que divide las dos naciones. El trabajo conjunto de jóvenes estadounidenses y mexicanos – cuenta Noé – permitió descubrir que los valores, los objetivos y la visión del mundo, aun vistos desde fronteras opuestas, no son tan distintos. «Somos todos iguales y puedo amar a su país como al mío». Luego, tenemos la historia de Jean Paul Muhanuzi, de Burundi, y Egide Nduwayezu, de Ruanda. Es la narración de una amistad verdadera que creció en situaciones dramáticas: tras un atentado que ambos sufrieron, pero que dejó a Jean Paul por el suelo con una grave lesión en la espina dorsal, Egide lo dejó todo para sostenerlo durante la fase de rehabilitación que siguió a la operación de la columna vertebral. La superación de barreras, en su caso, llevó al descubrimiento de la belleza de los respectivos pueblos, etnias y tribus. Jaime Zayas, de El Salvador, lanzó desde el escenario la idea de cambiar el “metro cuadrado” de cada uno, como él mismo experimentó en su propio país, en un contexto de violencia urbana y desconfianza generalizada. El esfuerzo fue ser constructor de paz: «Sabemos que nuestro país tiene problemas complejos, pero podemos cambiar en lo cotidiano viviendo relaciones que se fundan en la reciprocidad». Tommaso Carriere, italiano, es co-fundador de la Asociación “Non dalla Guerra”, un proyecto para formar a las personas a la paz, mostrándoles qué es la guerra, cómo nace y cómo se desarrolla. «Contamos lo que hemos visto en países afectados por la guerra y cómo los conflictos destruyen la sociedad, minando la esperanza y la posibilidad de construir un futuro mejor». Desde 2014 la asociacióm promueve campamentos de verano en Jordania, en donde chicos europeos visitan campamentos de refugiados e interactúan con quienes sufren las consecuencias de la guerra. Las voces de esta primera jornada en Manila cuentan itinerarios de vida y proyectos, “fragmentos de fraternidad”, pequeños pasos que acercan a personas y pueblos y alimentan la esperanza.
El Papa Francisco estará en Bari (Italia), el sábado 7 de julio, para el encuentro ecuménico de reflexión y oración con los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Medio Oriente. El Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, presentaron el evento en la Sala de Prensa de la Santa Sede. “La idea de un encuentro como el que tendrá lugar en Bari tiene tiempo y ha surgido de varias personas –comentó el Cardenal Sandri- distintas Iglesias o Patriarcas refrieron directamente al Santo Padre. En Bari van a rezar con el Papa francisco, Bartolomé I, Patriarca ecuménico de Constantinopla y Tawadros II, Patriarca de la Iglesia Copto-ortodossa di Alessandria”. El evento tiene en sí mismo un gran valor ecuménico y no tiene precedentes en el historia del ecumenismo, tendrá dos momentos; la oración en la rivera del mar, junto con los fieles, y el momento de reflexión y escucha recíprocas, entre el Santo Padre y los Jefes de las Iglesias y Comunidades Eclesiales de Medio Oriente, donde cada uno llevará su propio punto de vista, observaciones y propuestas. La ciudad de Bari ha sido definida como “ventana hacia el Oriente” porque custodia la antigua tumba de San Nicolás, a quien veneran los católicos y los ortodoxos.
Hablar de Spiga Dorata significa relatar la historia de un gran deseo de entregarse a los más pobres. Un deseo que se convirtió en una maravillosa locura empresarial. Se trata de un proyecto que, en el transcurso del tiempo, ha producido cada vez más y su contabilidad llega hoy a números importantes. Desafiando los obstáculos y amenazas de un lugar frecuentemente hostil como el de la periferia metropolitana de Brasil. La iniciativa es pionera del proyecto de EdC que Chiara Lubich lanzó justamente en San Pablo en 1991, aunque los primeros intentos de vender panificados en la calle se remontan a 1988. Inmediatamente encarnan la visión, los valores y el entusiasmo por este nuevo modo revolucionario de plantear la Economía. «Era un período de fuerte crisis – relata Adriana Valle, italiana que vive en Brasil desde hace 38 años y es responsable de la actividad-, los recursos económicos eran limitados, se sentía el peso de la inflación y de la desocupación. En este escenario, un grupo de jóvenes, uniendo sus competencias individuales, intentaron desarrollar una pequeña producción de panificados y, con una cesta en la mano se pusieron a venderlos por las aceras que están fuera de la actual Mariápolis Ginetta, cerca de Vargem Grande Paulista». Después de un par de puntos de ventas improvisados, se interrumpió la producción, pero para su sorpresa varios automóviles que pasaban por la ruta, seguían deteniéndose a preguntar por las “chicas del pan y de la sonrisa”. Decidieron en ese momento, continuar con la actividad acogiendo y dando trabajo a madres y jóvenes, proporcionándoles una formación y un ingreso económico. No tenían aún claras ideas empresariales, sin embargo los clientes iban aumentando, la cordialidad detrás del mostrador atraía a la gente. En 1994, la actividad se trasladó del punto de venta en la calle a un pequeño espacio cerrado, mientras estaba en construcción el Polo Industrial EdC cerca de la ciudadela. Se creó un segundo punto de venta del otro lado de la ruta, cerca de una “favela”: el objetivo era ofrecer a los habitantes de la favela, la posibilidad de comprar pan sin el peligro de cruzar la ruta rápida. Las dos actividades siguieron adelante con el nombre – dado por la misma Chiara Lubich – de Spiga Dorata I y II, que recuerda el grano de trigo maduro que brilla con el sol. El deseo es ofrecer una mirada fraternal, luz, armonía; un ambiente en el que la persona se sienta recibida y aliviada. Mientras la actividad continúa, algunos destruyen “a priori” la idea de la empresa basándose sólo en los números limitados del comienzo (“con media bolsa de harina no se llega a ningún lado”), pero hay otros que en cambio, creen y forman parte del desarrollo del proyecto. Como por ejemplo, dos empresarios, que, asombrados por el gran trabajo llevado adelante, a pesar de contar con un espacio tan reducido por su estructura, colaboran financieramente. Dan así la posibilidad de evitar los despidos y de reestructurar las instalaciones, ofreciendo un lugar más digno para los clientes y ampliando la oferta con otros productos de calidad. Son numerosas las anécdotas vividas tras esos mostradores: hay quien viene desde lejos para sentir esa energía positiva que encuentran detrás del café, y quien, gracias a una sonrisa, encuentran el deseo de recomenzar. Sin embargo, no faltan las dificultades. En ese ambiente de periferia los comercios sufren asaltos. En uno de los últimos sucedió que delante de la pistola que la apuntaba con la intención de llevarse el dinero de la caja, Adriana tuvo el valor de dialogar con los rapiñeros. Demostró sincera preocupación por su destino, una vez que estuvieran fuera del local. El gesto de respeto y empatía fue tan eficaz que los muchachos se quitaron la máscara y soltaron el arma. Después de ese episodio, no hubo más asaltos. Los locales, hoy, tienen una planilla de 20 empleados fijos y 15 jóvenes que se alternan. Amasan 10 bolsas de harina por día y tienen de 1200 a 1500 clientes. Los fines de semana ofrecen, a quienes tienen mayor poder adquisitivo, una variedad de panes especiales, platillos precocidos, confitería para las fiestas, helado artesanal, garantizando siempre precios accesibles para los clientes cotidianos más pobres. Además de crear puestos de trabajo e irradiar amor auténtico, la misión esencial de Spiga Dorata es la de crear vínculos cercanos entre diversas categorías sociales donde el pobre se siente parte de la familia y los de mayor bienestar económico vuelven, colaboran y agradecen por tener la posibilidad no sólo de dar, sino ¡de recibir! Fuente: EdC online
Insistir sobre la importancia del diálogo, ¿no es una concesión al relativismo de hecho, donde son suficientes los buenos modales y se dejan de lado los valores fundamentales de la actividad política? «El Movimiento políticos por la UNidad (MPPU) no es un partido, sino que es un espacio de diálogo en el Parlamento y en las ciudades, entre todas las orientaciones políticas. Propone una reflexión sobre el alma de la representación parlamentaria, para salir de la crisis mediante formas de democracia participativa y deliberativa. El instrumento es el “pacto elegidos-electores”. No se trata sólo de buenos modales. La fraternidad es un método experimentado que nos hace libres e iguales en nuestra diversidad. Es posible volver a descubrir el alma de la política, yendo más allá del pragmatismo sin ideales, para ponerse al servicio del bien común con “el amor de los amores”, como nos enseñó la fundadora de los Focolares, Chiara Lubich. Queremos encaminar un ciclo de diálogos sobre temas elevados y concretos mediante argumentaciones y sin caer en la insoportable tendencia actual, que llega al insulto y al choque frontal». ¿Dónde se está corriendo el riesgo, no sólo ocurre en Italia, de perder el alma de la democracia hoy? La democracia representativa está en crisis debido al predomino de la finanza globalizada sobre la economía real y sobre la misma política. Los partidos débiles son fácilmente condicionados por los grupos de presión. El final de las ideologías coincide frecuentemente con la pobreza de los ideales. Es necesario dar una robusta inyección de participación popular que esté en grado de comprometer a los ciudadanos y a los partidos en temas como el trabajo, la justicia social, la paz y el desarme, en la lucha contra el juego de azar, la desintegración de las mafias y la corrupción, que valore el bien común y los grandes recursos culturales y ambientales del país. El Pacto elegidos-electores, que se establecido entre varios parlamentarios e intendentes, puede acercar a los ciudadanos a las instituciones y dar un alma a la democracia representativa enriquecida por aquellaparticipativa y deliberativa. El MPPU ha estado atento a la realidad, no disertando sobre temas conflictivos. ¿Cuáles son las urgencias que ustedes quieren enfrentar hoy? «El Movimiento Político Por la Unidad es un espacio fraterno de encuentro entre personas en primer lugar, comprometidas en casi todos los partidos. Y esto no es un problema, sino una riqueza única. En la pasada legislatura dimos prioridad a los derechos sociales y civiles. Ahora consideramos urgente enfrentar el tema del trabajo para los jóvenes, de la lucha contra la pobreza, la economía para el desarme que pasa por la necesaria reconversión a fines civiles (de fábricas que producen armas), dado que estamos en un país que en su Constitución «repudia la guerra». La integración, además de la acogida a los emigrantes regulares y de sus hijos, sin olvidar la importancia de la seguridad y la legalidad» ¿Existen algunas propuestas concretas que ustedes piensan que pueden llevar adelante? «El MPPU debe facilitar, junto al trabajo en el aula parlamentaria y de las comisiones, las propuestas concretas de los talleres parlamentarios de encuentro entre culturas políticas distintas, con estudiosos y representantes competentes de la sociedad civil. Podemos alentar un ciclo de diálogos en la legislatura sobre un plano ideal y concreto al mismo tiempo». Fuente:MPPU online
Estamos en plena cuenta atrás para el GenFest 2018 (manifestación juvenil del Movimiento de los Focolares). Junto a los jóvenes que participarán en el Genfest en Manila y a los que seguirán por streaming dicho evento desde todo el mundo, queremos ser una “Wave of Love”, una ola de amor que atraviese las barreras de nuestras relaciones, de las incomprensiones, de los grandes desafíos de la humanidad. Aquí tienen, en exclusiva para ustedes, un pequeño adelanto de lo que el Gen Verde cantará en el Genfest y… ¡hasta muy pronto! https://www.youtube.com/watch?v=Mh75HR_YI1g&list=UUuSTi05GBlACXtCu4zEY7FQ