Giancarlo Faletti in Mexico
Joana es una adolescente de largo cabello negro. Canta una canción típica –Esta es Colombia, viajero-, que evoca la belleza del País. Giancarlo Faletti recién llegado de México se encuentra ahora en esta tierra con costa sobre los dos océanos. Visita una significativa iniciativa que le da la bienvenida. Una decena de niños y niñas con vestimenta de papel coloreado danza con paso seguro, en la salita repleta de lugareños que llegaron para saludar al copresidente de los Focolares.
Los Chircales es un barrio de la periferia sur de Bogotá. Es una extensión de casitas rojas desordenadas, de color ladrillo que dan el nombre al lugar. Todo alrededor se percibe como un panorama difícil, con calles rotas, las paredes en ruina. Es en este contexto que tiene su sede el Centro social Unidad.
Todo comenzó en 1977. Un grupito de jóvenes de la ciudad tomó en sus manos el audaz desafío lanzado en ese año por Chiara Lubich: Morir por la propia gente. Llegaron aquí, al territorio de la parroquia del padre Luis y comenzaron a jugar con los niños. Encontraron la humanidad herida pero profunda de dos chircaleros, Gabrielina y Macedonio, que mezclaban la arcilla para producir ladrillos, esos ladrillos que sirvieron para edificar la gran metrópolis de Bogotá
Gracias a la generosa disposición de estos jóvenes, nacieron una cantidad de emprendimientos sociales para este barrio olvidado por todos, pero no olvidado por la Providencia. Instalaron un consultorio médico y otro de dentista, una boutique muy bonita que arregla y vende vestidos a precios accesibles, ofrecieron apoyo escolar a los niños del barrio. La misma municipalidad de Bogotá se dio cuenta de la voluntad de estos jóvenes que querían rescatar el barrio y se ocupó de proveer el abastecimiento de agua corriente, del saneamiento, de las alcantarillas, del servicio eléctrico.
Gabrielina y Macedonio dan testimonio de una esperanza transformada en realidad. Hoy el analfabetismo y el alcoholismo han desaparecido de la mayoría de los habitantes. Ellos son un ejemplo y se han convertido, por la dignidad rescatada, en puntos de referencia y líderes escuchados.
El Centro social Unidad se jacta de ser una sede más que digna, en la cual se desarrollan programas educativos para las diversas edades con una sala equipada con computadoras. 75 estudiantes se benefician del sostén a distancia coordinado por la Asociación Familias Nuevas. Se realizan con regularidad cursos de recuperación para 70 escolares flojos en el estudio y las actividades recreativas ocupan a otros 120 jóvenes.
Hace unos años una docente conoció la iniciativa y quiso aportar profesionalmente ayuda a las madres. Se desarrolló aquí un rol fundamental, apareció una figura poco usual: la mamá comunitaria. Actualmente son 15 y cada una cuida 14 niños, una especie de nido y refugio en el que inician educando a los ciudadanos del mañana.
El tiempo pasó al galope: “Encontré una gran página de historia sagrada –comenta Giancarlo Faletti-, encontré el Evangelio vivo. Le comunicaré a la presidente Maria Voce el precioso tesoro que son ustedes para el barrio y la ciudad” Los abrazos no terminan nunca. ¡Y se comprende!
Alberto Lo Presti y Paolo Lòriga
Las imágenes que se suceden en la pantalla deberían narrarnos el caso judicial de Manuel Mena. Pero nos da trabajo reconocer su rostro. Ha apenas pasado la puerta de la cárcel, finalmente libre y alrededor de él se estrechan abrazos de sus familiares y las lágrimas y los gritos de alegría crean un conmovedor juego de intermitencias. Miguel había sido arrestado y condenado injustamente a los 17 años y algunos errores de procedimiento y de investigación le habían hecho sufrir la injusticia.
Su caso es uno de los últimos tratados por el “Proyecto Inocencia”, una iniciativa que está en la vanguardia en América Latina, surgida de la fraternidad en el 2007 en la universidad Manuela Beltrán de Bogotá por obra de Juan Carlos Cárdenas y otros, que inspirados en el ideal de la unidad, orientaron un servicio gratuito al departamento académico jurídico sobre los hechos de injusticia. La innovadora acción constituía una piecita del mosaico que se ha ido componiendo el pasado 4 de abril en la universidad Beltrán con aportes de Venezuela, Ecuador, Perú, mostrando un verdadero interés de los demás 400 presentes, entre ellos políticos, académicos, artistas y exponentes de varias Iglesias cristianas. El simposio internacional –promovido sobre el tema “El diálogo con la cultura. Camino hacia la fraternidad” del Movimiento de los Focolares de los Países implicados-, no tenía la intención de conducir un reconocimiento de las iniciativas existentes, sino más bien individualizar los rasgos relevantes de un diálogo que se puede reproducir en otros contextos. Miguel Niño, coordinador de los trabajos, presentó el diálogo como categoría cultural y dimensión existencial que nos dirigen hacia Chiara Lubich y mostró declinaciones y niveles, desde el interpersonal al multiétnico, desde el intercultural al de los conocimientos. Hay suficiente material para intuir las razones y los desafíos que la cultura de la fraternidad debe hoy enfrentar en la Hispanoamérica. Y la necesidad y fecundidad de encuentros como este, fue subrayado por Giancarlo Faletti, copresidente de los Focolares, llevando el saludo de la presidente Maria Voce, que siguió los trabajos por conexión telemática. Que se trate de una frontera rica de futuro surgió también de la creciente influencia operada por la Cátedra libre Chiara Lubich, fundada por el rector, profesor Lombardi, de la universidad católica de Maracaibo, Venezuela. Los ámbitos de incidencia se refieren ya a los culturales y artísticos, económicos y sociales, éticos y pedagógicos, con un despliegue hacia otras nueve universidades y asociaciones de carácter cultural Universidades e instituciones públicas de varios Países siguen con atención también las otras iniciativas presentadas en el simposio, que van desde el desafío multiétnico e intercultural –desafío muy abierto en el conjunto de tipos humanos del continente latinoamericano-, hasta la recalificación de ambientes urbanos, desde la promoción de la cultura de la unidad hasta la búsqueda de factores éticos de desarrollo cultural En resumen, un cuadro de escenarios apasionantes, que extraen origen y linfa cultural del principio de la fraternidad universal, de la cual habló, al principio del simposio, Alberto Lo Presti, politólogo italiano. El mostró la actualidad de ese principio para la cultura contemporánea. “Las transformaciones del mundo global –indicó-, ponen en luz la interdependencia y el común destino de los pueblos. Y es por esto que tienen necesidad de la cultura de la fraternidad, capaz de representar con eficacia las metas hacia la cual la historia está corriendo” Paolo Lóriga, enviado
“Esta es Colombia, mi pueblo: negro, mestizo, indio, el que te da la mano, esperanza del pueblo Americano”, con las notas de esta canción tradicional un grupo festivo de jóvenes, niños y adultos acompañado de bombo y guitarra recibe a Giancarlo Faletti, copresidente del Movimiento de los focolares. Es la primera vez, desde que el Movimiento está presente en Colombia, que reciben la visita del copresidente, mientras que María Voce se encuentra en otro país de América Latina, en Guatemala. “Pero la sentimos muy presente –dicen-, y recibiendo a Giancarlo nos parece que recibimos también a ella”. S
on las 20:30 cuando las puertas automáticas del aeropuerto “El Dorado” de Bogotá se abren para dejar pasar al copresidente y la comitiva que lo acompaña. Es un momento de gran fiesta y emoción para los miembros de la comunidad de los Focolares de Colombia, pero también para la gran cantidad de personas que viajaron para esta ocasión desde Costa Rica, Panamá, Venezuela, Perú y Ecuador. Un sonoro aplauso acompañado del grito al unísono y en italiano “Benvenuto”, suena en el aeropuerto llamando la atención de los ocasionales pasajeros curiosos de tanta efusión colectiva. La alegría aumenta cuando Giancarlo Faletti se pone la “ruana” blanca –vestimenta típica colombiana- que lo ayudará a cubrirse del frío de Bogotá. Es el primer y breve saludo, que anuncia días importantes plenos de alegría. “Giancarlo nos saludó con una gran sonrisa” – cuenta uno de los presentes, mientras lo acompañan hacia la casa que lo alojará en estos días. “Nos dejó en un maravilloso clima de amor y unidad” – cuenta otro del grupo de los anfitriones. Una atmósfera de alegría profunda que quedará durante toda su estadía en la tierra colombiana.
Tengo 21 años y asisto al 3er año de medicina. Conocí el Movimiento gracias a los Jóvenes por un Mundo Unido que eran compañeros de clase en el liceo. Apenas sentí la necesidad de profundizar en mi espiritualidad y en mis ideales le pedí consejo a un amigo gen. Me gustaba el movimiento y sentía un gran deseo de amar concretamente pero tenía miedo de no poderme acercar al Ideal de la Unidad porque estaba alejado de la religión. Mis amigos enseguida me tranquilizaron pues hay ideales que van más allá de la religión. No me gusta que me llamen ateo, porque hoy en día el ateísmo está siendo considerado en feroz oposición a la Iglesia y a las religiones. Yo en cambio trato de tener respeto delante de cada persona y cada cosa, por esto prefiero que me llamen “no creyente”. Vivir cada momento amando es lo que me hace sentir un verdadero Gen, brillar lo más que puedo, de forma que alguien quede impresionado de mi luz. Vivir en medio de tanta gente que está siempre pronta a amar, me llevó a comprender que no se necesita ser héroe para salvar vidas. Si se ama en el momento presente en cualquier lugar, las personas cambian. Un pequeño gesto de amabilidad puede despertar la sonrisa en alguien, y puede desatar una serie de acontecimientos positivos en cadena, se crea una porción de mundo unido. Un día, cuando estaba de excursión en la montaña, un señor decidió unirse a nuestra comitiva porque sufría de vértigo y tenía miedo de bajar con la aerosilla. A pesar de que sus zapatos estaban rotos decidí cambiarle los zapatos continuando yo con un pie descalzo y el otro con un zapato roto. … Cuando una acción es impulsada por el amor desinteresado y vivida con cotidianidad, a nosotros tal vez no nos cambie el día pero a muchos otros sí. Mi elección de vivir como Gen, como joven que vive este Ideal no es tan simple: cada día trato de hacer lo que es justo. A menudo sin embargo, me encuentro en dificultades en el intercambiar mis ideas o conceptos con fundamentos religiosos que no comparto plenamente o no logro comprender, o simplemente me resulta difícil amar concretamente en el momento presente. A todas las personas que tienen dudas de fe o piensan que ser no creyente quiera decir estar marcado en la vida, quisiera decirles que no es así. Sobre todo aquí, en este ambiente , me he sentido siempre recibido como en una familia, al máximo…. Se arriesga de tener que hablar en un palco como lo estoy haciendo yo ahora. A. O. – Italia (Testimonio contado en ocasión del evento “Chiara Lubich y las nuevas generaciones” – Castelgandolfo, 11 de marzo 2012)
¡Estos jóvenes! Llevaron al co-presidente Faletti al jardín de afuera de la sala del encuentro, lo vendaron y le pusieron en la mano un palo para golpear una olla de barro con siete rayos que estaba colgada por un largo cable tironeado por dos jóvenes, uno de cada lado. Es un juego de antigua tradición maya, asumido por el cristianismo con nuevo significado.
Y aquí está Giancarlo dando prueba de habilidad y de fe (no ve nada) para lograr golpear los siete vicios capitales (los rayos) y romper la piñata, haciendo que bajen sobre los presentes las gracias del Cielo, simbolizadas por fruta y caramelos. Empresa que no es fácil porque el blanco al que debe pegar, es levantado y bajado por los cuatro “bandidos” colocados en el extremo de la cuerda. Alegría final y reparto de las exquisiteces entre los 180 jóvenes del Movimiento que lograron llegar a la ciudadela “El diamante” desde todas las regiones de México.
El encuentro había comenzado tres horas antes, con un recibimiento musical de gran ritmo, y un cartel colgado en la sala “Y nosotros hemos creído en el amor”. Una frase del Evangelio que hizo propia la fundadora de los Focolares, en el alba del Movimiento, y convertida en hecho comunitario de fe y fundamento de toda iniciativa.
Estos jóvenes han recogido el testimonio y el desafío demostrándolo con los argumentos que han querido enfrentar al ilustre huésped, sin ningún temor reverencial.
La violencia en las ciudades, la imponente y condicionante presencia del narcotráfico, la disgregación social, la tibieza de muchos coetáneos en luchar por grandes ideales, la competencia por el éxito a toda costa, la relación de súbdito ante la autoridad, incluidos los padres, han sido los temas enfrentados. También se habló de las parejas gay, de la cultura libertaria imperante, del condicionamiento que imponen los mass media en manos de pocos.
En las respuestas de Faletti los jóvenes apreciaron lo concreto de cada indicación. Inclusive al final, les dijo que no sean alumnos de la televisión, ni de Internet, sino más bien comprometerse a poseer la cultura que nace del carisma de la unidad, una luz para los temas de actualidad y para los tradicionales.
“Los desafíos modernos –pronosticó al atento auditorio–, nos dan más trabajo, exigen conocimiento interdisciplinario y profundizaciones continuas, pero esto es parte de la vida de Jesús en el 2012. Es fundamental comprender juntos y hasta el fondo, lo que estamos viviendo como hijos de Chiara y porqué lo estamos viviendo. En este compromiso pueden aprovechar toda la competencia y disponibilidad de los expertos del Movimiento”
Parecía que había terminado. Pero el co-presidente pide de nuevo la palabra, se refiere al Mensaje de Benedicto XVI para la jornada mundial de la juventud, en la cual habla de Chiara Luce Badano y resalta el testimonio de esta joven de la Liguria, fallecida por un tumor en 1990, y beatificada en el 2010. Faletti la conoció personalmente: “Chiara Luce hablará al corazón de cada uno, les contará sobre su relación con Chiara Lubich y sobre la espiritualidad del carisma de la unidad que la condujo en esta época a la santidad”
El desafío propuesto por el papa de ser testimonios de la alegría no es fácil de aceptar en un México atravesado por la violencia, condicionado por la abrumadora presencia del narcotráfico, pero también influido por una cultura fuertemente libertaria. Aquí nace el compromiso de estrecharse cada vez más en un vínculo de amistad con Chiara Badano y proponerla a muchos coetáneos como referencia, interlocutora modelo.
Paolo Lóriga, enviado