Vác
Mira el video «Nací en Santa Maria de Catamarca, en una región a los pies de los Andes, rica de la cultura aborigen pero muy pobre. Soy descendiente de los aborígenes calchaquíes, casada y madre de 7 hijos. Por 12 años me formé en la Escuela Aurora. Allí, además de leer, escribir y tejer, he aprendido a vivir la espiritualidad de la unidad. En el 2003, frente a la desocupación devastadora comencé una hilandería para abastecer el taller de tejido de la escuela. No fue fácil convencer a las mujeres de mi tierra, desde siempre discriminadas, a retomar este trabajo, que por muchos años fue causa de explotación, además que tenían que atravesar el río y hacer varios kilómetros para llegar a la hilandería.
No teníamos medios. Poco a poco cada una fue poniendo a disposición lo que tenía: un uso, algunos kilos de lana o la propia habilidad en este arte tradicional. Quedaba todavía el problema de las ruecas que son costosas. Un día tuve que hacer dedo,(auto stop) le confío al conductor mi preocupación, él me dice que sabía hacer máquinas para hilar: “¿nos las puedes hacer?” le digo. Y él: “Si, me pagarán cuando puedan”. Otros obstáculos no faltan: perdemos el local donde trabajamos y la más experta entre nosotras decide dejarnos. Con todo lo que nos pasa, no será que tenemos que rendirnos?” es la pregunta de una de nosotras que expresa la duda de todas. Durante el traslado encontramos una imagen de la Virgen. Me parece muy significativo y propongo a las demás que hagamos un pacto: trabajar cada día amándonos concretamente las unas a las otras.
Poco después recibimos una donación con lo cual podemos adquirir un lugar e instrumentos de trabajo. Así nació el taller Tinku Kamayu que significa: “reunidas para trabajar”. Al comienzo éramos 8 hilanderas, hoy después de 2 años somos 18 con una producción en crecimiento.
Hoy siento que soy parte de un gran proyecto que me compromete junto a muchas personas Calchaquíes. Hemos reencontrado nuestra identidad y con ella la esperanza, el crecimiento cultural, la posibilidad de trabajo para nosotros y para otros y toda la riqueza de nuestro pueblo recuperando nuestros orígenes Ahora nos sentimos importantes, no humilladas sino valoradas y podemos expresar nuestro pensamiento abiertamente».
En este momento en el cual también las universidades están afectadas por esta crisis cultural, económica y social, ¿qué es lo que los ha impulsado a empezar este proyecto y cuál es la novedad de Sophia?” pregunta Giorgia, italiana, representante de los estudiantes, al Presidente del IUS, el teólogo Piero Coda. Es portavoz de la pregunta de numerosos estudiantes, jóvenes interesados y futuros aspirantes a la Universidad, presentes en Loppiano, o en conexión vía Internet desde los cuatro ángulos del globo terráqueo, en el primer “IUS Open Day” del pasado 1º de marzo. Una novedad, ¿cuál? Conjugar una rigurosa formación científica con la Sabiduría –de aquí el nombre Sophia-, entendida como mirada interdisciplinaria, que llega a las raíces de la revelación cristiana. Es ésta la novedad y la misión de este Instituto Universitario (IUS) que tiene como objetivo el formar hombres y mujeres capaces de redescubrir el destino de la humanidad, expresa el presidente Piero Coda en el video entrevista transmitido en vivo. Hasta hoy son casi 150 los estudiantes que han asistido y siguen los cursos del IUS, de los cuales unos treinta ya se han graduado. La experiencia de Sophia comenzó hace unos años con la escuela de verano (summer school) –recuerda el Prof. Coda-, y el objetivo era relacionar disciplinas distintas bajo la luz del carisma de Chiara Lubich para superar la fragmentación que se advierte entre estas disciplinas. Hoy el Instituto llegó a su cuarto año de vida y propone una formación que lleve a superar la “esquizofrenia” que se nota entre la formación académica y los desafíos sociales, políticos y económicos del mundo actual”
Son varias las novedades en la formación presentadas por los profesores Judith Povilus, vice-rectora del IUS, Antonio Maria Baggio, docente de filosofía política, Alessandro Clemessia, teólogo y Giuseppe Argiolas, economista. A partir del próximo setiembre, la maestría en “Fundamentos y perspectivas de una cultura de la unidad” se articulará en cuatro áreas de especialización: estudios políticos, ontología trinitaria, economía y gerencia, y finalmente en “cultura de la unidad”. Esta última está dirigida a estudiantes que provienen de cualquier área de especialización, abiertos a la construcción de un mundo nuevo y que priorizan la dimensión de las relaciones humanas. He aquí lo que dicen algunos estudiantes de Sophia que provienen de distintos Países de los cinco continentes: Metta, tailandesa de religión budista, estudiante en un ambiente de inspiración cristiana: Para mi el estudio aquí es principalmente una relación de fraternidad y esta relación es el lenguaje que nos une a todos, estudiantes y docentes, aún en nuestra diversidad, una dimensión que encuentro también en mi religión” Marco, italiano, graduado en Ciencias Motoras, asiste al primer año del IUS: “En lo que respecta a mis perspectivas futuras, mi elección de asistir a Sophia, nació del deseo –no tanto de profundizar en una disciplina específica sino de la exigencia de recibir una formación que me permita lo más posible ampliar mis horizontes culturales y cognoscitivos para poder enfrentar un mundo que ahora no me ofrece certezas y por esto exige que yo tome la iniciativa”.