Movimiento de los Focolares
Asís 2011: la presencia de los Focolares

Asís 2011: la presencia de los Focolares

«Una inspiración –afirma la presidente de los Focolares, María Voce, en el Osservatore Romano – que dará seguramente una nueva aceleración y profundidad en el vivir las propias convicciones religiosas al servicio de la paz. Urgente precisamente hoy, cuando, paradójicamente, se difunde el temor hacia la religión, que por naturaleza es fuente vital de paz, imputándole la causa principal de muchos conflictos, tensiones, fobias, intolerancia y persecuciones por motivos religiosos que pululan en el mundo». Las delegaciones, numerosas y de alto nivel, partirán desde Roma, en tren, la misma mañana del 27 de octubre, junto con el Papa. En el tren Frecciargento junto a los líderes de todas las principales religiones del mundo, estará presente también María Voce, en representación de un Movimiento que –fundado sobre el carisma de la unidad de Chiara Lubich- desde sus orígenes se ha moldeado esencialmente para el diálogo. El Movimiento cuenta dentro de sus miembros con cristianos de 350 Iglesias y comunidades eclesiales. Por su expansión universal, hoy en día mantiene un diálogo abierto con todas las principales religiones del mundo, no sólo con algunos seguidores o líderes religiosos, sino también con líderes y seguidores de vastos movimientos: como el Movimiento budista Rissho Kosei-kai que cuenta con seis millones de adherentes (Japón), o el Movimiento de los afroamericanos (USA) o varios Movimientos de inspiración gandhiana del sur de India. Son miles los seguidores de otras religiones que viven, en la medida de lo posible, el espíritu del Movimiento y se comprometen a colaborar con sus fines. El diálogo se ha abierto también a personas sin una fe religiosa como agnósticos, indiferentes y ateos. Este diálogo nace a partir del encuentro entre personas creyentes y personas sin una referencia religiosa, pero unidas por el deseo de colaborar para que se recomponga en fraternidad la familia humana. Desde este punto de vista es emblemático el hecho que Benedicto XVI quiso también invitar a Asís a un grupo de no creyentes que “a pesar de no profesar una religión, están en el camino de la búsqueda de la verdad y advierten la común responsabilidad en pro de la justicia y de la paz en este mundo nuestro”. Son cuatro los invitados que aceptaron la invitación de Benedicto XVI. Son filósofos, historiadores, profesores de varias partes del mundo. Entre ellos está también Walter Baier: un economista austríaco, coordinador de la red “Transform!”, un foro de investigación europeo que reúne revistas y “think tanks” de izquierda. Es miembro del Partido Comunista Austríaco además de colaborar en el “Centro internacional para el díálogo con personas de convicciones no religiosas” del Movimiento de los Focolares. Así se vislumbra el horizonte. “Una ciudad-mundo sin murallas se perfila en el horizonte, rica de esperanza”. Así se entrevé el evento de Asís 2011. “Hoy – afirma todavía María Voce – el diálogo entre las religiones no puede limitarse a los líderes, a los expertos. Debe convertirse en un diálogo del pueblo, un diálogo de la vida, que se vuelve cada vez más indispensable para la pacífica convivencia en nuestras ciudades y países, más teniendo que vivir cara a cara con musulmanes y budistas, hindúes y sijs. Es una crónica por descubrir y quizás por inventar, sin dejarnos amedrentar por el ruido que causan hechos de violencia e intolerancia. Es el testimonio cotidiano el que abre los caminos”. Seguimos y rezamos desde ya por esta gran cita de Asís del próximo octubre. A la espera de las nuevas sorpresas que nos reservará el Espíritu Santo”.

Asís 2011: la presencia de los Focolares

Costa de Marfil: la fuerza de una comunidad unida

Glolé es un pueblo de Costa de Marfil de aproximadamente 1000 habitantes, está situado a 30 km de Man. La población está compuesta en su mayoría por agricultores, muchos de ellos sin ningún tipo de instrucción. La comunidad del Movimiento nació de la Palabra de vida puesta en práctica, primero por una persona, y luego por un grupo que ha ido creciendo siempre más. Actualmente, unas sesenta personas del pueblo se organizan en grupos para realizar muchas acciones en vista del bien común. Gilbert cuenta: “Las iniciativas concretas florecen de la Palabra de Vida vivida. No podíamos sólo escucharla para luego quedarnos con los brazos cruzados. Cada vez que un forastero venía al pueblo, alguno de nosotros le cedía la propia cama y dormía en el piso. Un día decidimos juntos construir monolocales de hospedaje. Nosotros mismos fabricamos los ladrillos y levantamos las paredes entre cantos de alegría. Actualmente tenemos 12 monolocales. Está en vías de construcción uno más, cerca de la calle asfaltada, para que pueda pernoctar quien no logre hacer el trayecto durante el día hasta Man (7 km a pie y 30 en carro), y poder llegar al hospital más cercano. Se trata de construcciones muy sencillas. Una vez tuvimos que llevar al hospital a una parturienta en una carretilla. Esto nos motivó a hacer algo nuevo: un pequeño “reparto maternidad” con lo indispensable para casos de emergencia, con algunas parteras, y útil también para las campañas de vacunación. El personal trabaja allí gratuitamente y, en cambio, recibe dones de la comunidad. Teníamos también un grave problema por la mortalidad infantil causada por la desnutrición, no tanto debido a la negligencia, sino por la falta de instrucción de las madres. Un proverbio de nuestra tradición dice que “el niño pertenece a la comunidad”. Así que, con la ayuda del “Centro Nutricional” que tenemos en Man, nos organizamos para dar formación a las madres. Cuando un grupo de ellas se forma, el mismo se ocupa de la formación de las otras mamás. Nos dimos cuenta que si estamos unidos, podemos hacer mucho. Logramos incluso cambiar algunas prácticas culturales del pueblo, que no eran conformes con la dignidad humana. En el ámbito agrícola, instauramos un “Banco del arroz” que consiste en un granero de reserva al servicio de todos, para los tiempos de penuria. Son más de 100 las familias que colaboran y que se benefician con este banco. Muchos pueblos de los alrededores han querido adoptar esta práctica. Gracias al don de una hectárea de pantano, ofrecido por una persona de la comunidad, pudimos cultivar un campo de arroz que ayuda a 12 pueblos. Se trata de un campo comunitario. Lo recaudado sirve para financiar la formación sanitaria, los costos para transportar a los niños al hospital, y para otros proyectos como la escolaridad de los niños que se recuperan de la desnutrición. Además, producimos el aceite rojo de palma para solventar nuestras necesidades. Lo que nos queda lo guardamos como depósito en vista de los períodos difíciles o lo vendemos cuando el precio es ventajoso. Recibimos como regalo un panel solar, muy útil para el “pequeño reparto maternidad” y un tractor que sirve, tanto para algunos trabajos agrícolas, como para transportar a los enfermos hasta la calle asfaltada. Todos estos dones los recibimos sólo con la condición de que sirvan para hacer crecer la fraternidad entre nosotros. La comunidad de Glolé ha hecho de la fraternidad su fuerza, y no quiere perderla. De hecho, la comunidad fue capaz de rechazar una donación considerable de dinero que amenazaba con traer la división. Durante una reciente visita pastoral del obispo, nos presentamos a él de esta manera: “Aquí en Glolé, gracias al espíritu de fraternidad, cristianos, animistas y musulmanes, vivimos todos en armonía.” [nggallery id=75]

Asís 2011: la presencia de los Focolares

Editorial: vivir la espiritualidad de la unidad en los Estados Unidos

Dos historias, la del Focolar y la de los Estados Unidos. En Trento, en un refugio antiaéreo en 1944, Chiara Lubich y otras jóvenes mujeres redescubren como meta de sus vidas ese pasaje del Evangelio: “Que todos sean uno” (Jn. 17, 21), 150 años antes, los fundadores de los Estados Unidos escriben en la bandera “E pluribus unum”, de muchos uno. Las dos frases indican una tensión fundamental: tener en cuenta las diversidades, aspirando a la unidad. La introducción del volumen “Focolare: living a Spirituality of Unity in the United States”, Thomas Masters, Amy Uelmen – New City Press (NY 2011), nos presenta enseguida seis cuadros de jóvenes que ponen en práctica la espiritualidad. Como Rebecca, de Ohio, quien se sintió animada por la espiritualidad de la unidad a decidirse a prestar un servicio voluntario de ayuda a Sierra Leona. O Nick, quien creció en Baltimore, en Maryland, y después de terminar una maestría en asuntos internacionales se encontró en la situación de tener que confrontar su elección a favor del diálogo y la relación con los demás, con un ambiente fuertemente competitivo como el de la especialización universitaria. Elisabeth una auténtica campeona de natación. Gracias a una jornada deportiva organizada en su ciudad Indiana, encontró el focolar: “Cuando estos muchachos que conocían el Focolar vinieron a mi escuela, me impresionó el tipo de interacción que había entre ellos. La variedad de culturas –para mí que crecí en la Indiana rural- esto provocó un fuerte impacto. Sentí que todo el mundo estaba en mi jardín”. “No era fácil explicar a mis amigos quienes eran estas personas, la mayor parte de origen europeo, dónde íbamos y qué hacíamos” – cuenta Keith, crecida en un barrio negro de Nueva York. Pero con ellos todo era especial, me sentía atraída. Hacía las mismas cosas que en casa con mis amigos: deporte, juegos, pero había un clima distinto, tratábamos de querernos”. La ciudadela de los Focolares en Hyde Park, Nueva York – Mariápolis Luminosa – ofrece  programas veraniegos de formación para adolescentes. Naomi, una chica de dieciséis años de  Chicago, cuenta: “Antes de ir a la Luminosa era la típica adolescente: escuela, amigos, compras, diversión. Me resultaba difícil pensar en los demás. Bien, todo esto cambió. Volviendo a casa, empecé a compartir mis cosas, tendía la cama en la mañana, trataba de preparar al menos una vez al día la comida, escuchaba a mi hermanito de 8 años, en la escuela trataba de ser sociable con todos, ya no iba a las tiendas donde una camiseta costaba 100 dólares. Trataba de hacer todo por Dios, de hacer que fuera feliz. Entonces mi mamá se preguntó qué había sucedido”. Por último David, de Nueva York, conoció el Focolar durante la JMJ del 2002 en Toronto. Para él ha significado no encerrarse en prácticas “devocionales”, sino tratar de poner en primer lugar el amor a Dios y al prójimo. “Redescubriendo así mi fe, sentí el llamado del Espíritu Santo a ser sacerdote, y ahora estoy en el seminario”. Las seis experiencias reportadas sugieren que la espiritualidad de los Focolares puede ser mejor entendida mediante el ejemplo de quienes tratan de ponerla en práctica. A partir de la vida de Chiara Lubich y de aquellos primeros que se unieron a su camino, sigue el ejemplo de estadounidenses jóvenes, adultos, familias, este libro cuenta una experiencia compartida de vidas transformadas – en forma única, como es única cada persona, y al mismo tiempo igual- por la luz del amor de Dios.

Asís 2011: la presencia de los Focolares

Jóvenes en Tokio: concierto de solidaridad por Fukushima

Esta invitación lanzada por Jóvenes por un Mundo Unido (JMU) de Japón, el domingo 9 de octubre en Tokio, durante el concierto “The Power of Smile” (la fuerza de la sonrisa), para recordar el grave tsunami que ha golpeado las costas del norte del país. «La idea del concierto – cuentan – nos vino al constatar cuanto el sisma ha movilizado y asustado a la gente. Con “The Power of Smile”, hemos querido donar a nuestros amigos un momento de serenidad que después pudieran llevar a todos». El mensaje lanzado a los 170 participantes y resumido en el estribillo de la canción conclusiva decía “Con la potencia de mi sonrisa quiero creer en la posibilidad de amar este país”. «En estos meses –continúan- muchos grupos de JMU del mundo se han prodigado en mil modos para hacernos llegar su solidaridad y estas acciones nos han animado a hacer nosotros mismos algo concreto. Apenas, se verificó el desastre, el 11 de marzo, hemos organizado una recogida de fondos en el metro de Tokio, algo inusual para nuestra cultura, pero que ha despertado un fuerte espíritu de solidaridad y altruismo en muchos viajeros. Sucesivamente, algunos de nosotros estuvimos en el distrito de Fukushima durante algunos días, calentando a los refugiados con una taza de café y nuestra escucha». Al final, con un unos cuatro grupos que se alternaban en el palco, el esperado concierto. «Antes de iniciar nos reunimos en un círculo y nos prometimos que aunque sintiéramos que nuestra organización había dejado muchos “agujeros”, aquello que deseábamos quedase en todos fuera la luz de nuestra unidad. Poco a poco, mientras el espectáculo iba adelante –recuerda uno de los presentadores- ¡veía las caras ante mí cambiar!» Muy distinto de los conciertos tradicionales, lo que los Jóvenes por un Mundo Unido de Tokio habían preparado fue un café-concierto, con los grupos sobre el palco que interactuaban continuamente con el público y la posibilidad para todos de poder relajarse, encontrarse y conocerse ante una taza de café y un trozo de tarta. Al final del concierto, algunos de los participantes escribían: “Quería ir a hacer voluntariado a Fukushima, pero no pude. ¡Qué alegría haber descubierto que donando mi sonrisa a todos puedo hacer algo concreto para serenar nuestra sociedad!”, “¡No me esperaba tantas sonrisas!, ¡me han llenado de amor!”, “¡Dar una sonrisa es una potencia que vence todo!”; “¡También tú, también yo… todos juntos creamos la posibilidad de amar este país!”. [nggallery id=73]

Asís 2011: la presencia de los Focolares

Sophia y la vida de la Palabra

«La inauguración del nuevo año del Instituto Universitario Sophia, que llega a su cuarto año de vida, constituye indudablemente una ocasión oportuna para detenerse a considerar brevemente el trecho de camino recorrido hasta ahora, en vista de lo que todavía nos espera. Los resultados académicos alcanzados son un dato alentador. Son una expresión muy elocuente los trabajos de tesis que han completado el itinerario de varios estudiantes. De hecho, son el fruto no sólo de un compromiso intelectual llevado adelante con seriedad y competencia, sino también de una experiencia con características únicas. Según el espíritu del Carisma de la Unidad que anima al Instituto, esta experiencia conjuga pensamiento y vida concreta, la preeminencia del estudio junto a la valoración de las relaciones que se construyen y alimentan en el seno de toda la Comunidad académica. Todo ello nos permite mirar al futuro de Sophia con un optimismo realista, es decir con la mirada de quien, a pesar de estar consciente de las inevitables dificultades del camino, persigue seguro un designio de luz que se le manifiesta y ya ve realizarse, si bien en ciernes. Y para que este designio que Sophia encierra se realice cada vez más plenamente, este año deseo enfocar la atención de ustedes en uno de los puntos fundamentales alrededor del cual se desarrolla la experiencia de Sophia: la vida de la Palabra, invitándolos a dejarse impregnar profundamente por ella, es decir por la forma de pensar, de querer, de amar de Jesús. Vivir la Palabra, dejarse vivir por la Palabra: a esto nos exhortaba Chiara Lubich, reconociendo en ello una condición indispensable para acceder a un nuevo tipo de ser y a una nueva forma de conocer. De hecho, sólo una persona transformada por la Palabra puede alcanzar una verdadera conversión de su propia mente. Puede convertirse en transmisor creíble de la verdad no sólo anunciada sino vivida. Puede incidir eficazmente en los distintos contextos sociales y culturales donde tendrá que trabajar, introduciendo el  germen fecundo de la vida del Evangelio. De todo ello, gracias al aporte de cada uno de ustedes, Sophia puede convertirse cada vez más en una auténtica testigo. Éste es el augurio que sentidamente les dirijo». María Voce


Flicker photostream

Asís 2011: la presencia de los Focolares

Inaugurado el IV año académico del Instituto Universitario Sophia (IUS)

«Esperanzas y dudas. Son estos los sentimientos que tenemos en el corazón cuanto llegamos al IUS”, cuenta Gabriel Almeida, representante de los estudiantes. Sophia es para nosotros la respuesta a un llamado personal de Dios dirigido a cada uno, que se encuentra con la historia de tantos, dispuestos a ser cada vez mejor una comunidad itinerante deseosa de construir, no sin esfuerzo, la civilización del amor». Se respira un clima de cambio, de crecimiento, de novedad al inicio de este IV° año académico del IUS, en cuya inauguración, el 17 de octubre en Loppiano, participaron alrededor de mil personas estre docentes, estudiantes y amigos de toda Italia; después estaban presentes los alcaldes de la región Toscana, personalidades políticas y religiosas, además de varios profesores provenientes de varios institutos europeos con los que Sophia está estableciendo fructíferas relaciones académicas. «Sophia es una realidad joven como fundación –afirmó Mons. Betori, Gran Canciller del Instituto y Arzobispo de Florencia, en su saludo de apertura,- pero ha encontrado amplio espacio dentro del mundo académico, (…) en donde ha podido llevar una nueva propuesta en el contexto cultural actual bajo el emblema del diálogo y la comunión». «Dirijo a ustedes la misma exhortación del Papa al Seminario de Friburgo: “Nosotros somos Iglesia. ¡Seámoslo! Seámoslo precisamente al abrirnos e ir más allá de nosotros mismos para ser junto a los demás”». Los resultados alcanzados por Sophia en estos primeros cuatro años de vida resultan alentadores: son 83 los estudiantes ordinarios inscritos hasta ahora para el curso de la Maestría, de los cuales 34 este año. 33 ya presentaron su trabajo de tesis y obtuvieron el título académico en “Fundamentos y perspectivas de una cultura de la unidad”. 15 se inscribieron para hacer el doctorado, mientras que otros 7 provienen de maestrías en otras instituciones académicas y están consiguiendo los créditos necesarios para acceder al doctorado. Hay que evidenciar otros 31 estudiantes no ordinarios para quienes se están preparando planes de estudio personalizados. Y son precisamente los resultados académicos lo que constituye el dato más alentador del IUS, como subrayó María Voce, vice Gran Canciller y presidente de los Focolares: «Cada vez que firmo un certificado, siento la alegría de decir que hay otro que llegó a absorber los principios de esta cultura de la unidad para llevarla al mundo». «Lo que se ha construido hasta ahora nos permite mirar al futuro de Sophia con un optimismo realista». Y fijó en la vida de la Palabra evangélica el punto fundamental sobre el cual desarrollar también la experiencia de Sophia: «Les invito a dejarse impregnar profundamente por ella, es decir por la forma de pensar, de querer, de amar de Jesús». Al ilustrar los desafíos y las perspectivas para el futuro de esta comunidad académica, el rector Piero Coda explicó que es necesaria una reevaluación del plan de estudios, para hacer que los títulos respondan más adecuadamente al nivel científico y sean más valorados en el plano académico y profesional. “Por eso están en vías de elaboración tres nuevos cursos de especialización en Ciencias Políticas, Economía y gerencia, Ontología trinitaria”. Un amplio espacio interno del Instituto será dedicado al estudio de las Ciencias Sociales, gracias a la institución de la cátedra en Fundamentos de estudios sociales” y a un próximo congreso en colaboración con la Universidad de Trento. Vera Araujo, socióloga brasileña, en la instalación oficial, afirmó su convicción de que “No ha habido nunca un período mejor que éste para el sociólogo”. “También nosotros queremos decir una palabra sobre la posibilidad de encontrar nuevos paradigmas y modelos: (…) las persona, la fraternidad, la comunión, el amor-ágape, la unidad. No son sólo conceptos o paradigmas, sino herramientas para agregar al equipo de trabajo de quienes están en el ámbito social ». Reflexiones que tienen el gusto de un impulso y de un augurio no sólo para la nueva sociología, sino también, y quizás sobre todo- para la aventura académica de Sophia, llamada a irrigar la sociedad con una nueva cultura. [nggallery id=72] Altre foto: Flickr photostream