Movimiento de los Focolares
Proyecto Ratan, Brasil

Proyecto Ratan, Brasil

“Me llamo Sandra, soy empresaria desde los 30 años; actualmente, propietaria y directora de tres empresas del campo artesanal. Trabajo como diseñadora con fibras tropicales de la Amazonia, y desarrollo una investigación en esa zona. Fui siempre sensible a las necesidades de las personas menos favorecidas. Diría que forma parte de mi naturaleza dedicarme a aquellos que tienen mayormente necesidad de ayuda y de solidaridad. Ya desde muy joven trabajé con los detenidos en una cárcel, después, como directora de una empresa. Siempre traté de transmitir mis conocimientos para la promoción de otras personas, ofreciendo una formación profesional y oportunidades de trabajo. En 1999, una tragedia familiar cambió completamente mi vida. En un momento, la “isla” maravillosa en la cual vivía se derrumbó. De golpe, me faltó la tierra debajo de los pies. Estaba desesperada. En ese momento de gran sufrimiento, se profundizó la relación con algunas amigas del focolar, que había conocido tres años antes. Encontré un gran apoyo de parte de ellas y de a poco comencé a levantarme nuevamente. Habiendo conocido la experiencia de Chiara Lubich, sentí que un reflejo de su luz me daba la esperanza de encontrar una salida al final de aquel túnel. Comprendí que era un ejemplo que me contagiaba. Así, tuve fuerza para comenzar de nuevo. En el 2009 participé del Congreso del Diálogo con personas de convicciones no religiosas en la Mariápolis Ginetta, la ciudadela de los Focolares que está cerca de San Pablo. Me sentí motivada y comencé a colaborar concretamente con ellos. Se dio la posibilidad de abrir un curso para realizar trabajos hechos a mano con fibra de coco y de palmas de “buriti”, plantas originarias de Brasil. Viniendo de una familia de artesanos especialistas en el uso de fibras vegetales, traté de desarrollar un trabajo que, además de valorizar la mano de obra, pueda garantizar la conservación del ambiente. Nació el proyecto Ratan. Actualmente, nuestro taller trabaja tres veces por semana y a él asiste un grupo de ocho jóvenes. Lo lleva adelante una ejecutiva de la empresa y yo hago la supervisión y la orientación en los diseños. Son productos que sirven para la decoración, como vasijas, cajitas, etc., en las que se utiliza la técnica del tejido de hilos. A fin del año pasado, vivimos una tarde cultural, con la presentación de los trabajos y la venta de algunas piezas. Este año ya comenzó una segunda etapa, con una ampliación en la gama de trabajos. Siendo un curso profesional, los jóvenes podrán inserirse después en el mercado laboral. Las inscripciones siguen en aumento. Esta actividad es un don para mí. Comprendo que también yo recibo, y, a veces, mucho más que ellos. Siento una alegría enorme en el poder colaborar. Desde que comencé a dedicarme a esto renací, y mientras viva quiero seguir trabajando por esta causa.” S.G.

Proyecto Ratan, Brasil

Papa Benedicto a los jóvenes de la JMJ

Miles de jóvenes de todo el mundo se han dado cita en Madrid en ocasión de la JMJ 2011.

El Santo Padre ha elegido como título y argumento para profundizar durante estos días una frase del apóstol Pablo: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7). Retomamos algunos pasajes de su Mensaje, fechado el 6 de agosto del año pasado, y que vale realmente la pena de leerlo integralmente.

«…Nuestra mirada se dirige ahora a la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Madrid, en el mes de agosto de 2011. Ya en 1989, algunos meses antes de la histórica caída del Muro de Berlín, la peregrinación de los jóvenes hizo un alto en España, en Santiago de Compostela. (…) quisiera que todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros.

(…) Muchos manifiestan la aspiración de construir relaciones auténticas de amistad, de conocer el verdadero amor, de fundar una familia unida, de adquirir una estabilidad personal y una seguridad real, que puedan garantizar un futuro sereno y feliz… Sí, la cuestión del lugar de trabajo, y con ello la de tener el porvenir asegurado, es un problema grande y apremiante, pero al mismo tiempo la juventud sigue siendo la edad en la que se busca una vida más grande. Al pensar en mis años de entonces, sencillamente, no queríamos perdernos en la mediocridad de la vida aburguesada. Queríamos lo que era grande, nuevo. Queríamos encontrar la vida misma en su inmensidad y belleza… Desear algo más que la cotidianidad regular de un empleo seguro y sentir el anhelo de lo que es realmente grande forma parte del ser joven. ¿Se trata sólo de un sueño vacío que se desvanece cuando uno se hace adulto? No, el hombre en verdad está creado para lo que es grande, para el infinito. Cualquier otra cosa es insuficiente. San Agustín tenía razón: nuestro corazón está inquieto, hasta que no descansa en Ti. El deseo de la vida más grande es un signo de que Él nos ha creado, de que llevamos su “huella”. Dios es vida, y cada criatura tiende a la vida; en un modo único y especial, la persona humana, hecha a imagen de Dios, aspira al amor, a la alegría y a la paz.

(…) Vosotros sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es vital tener raíces y bases sólidas. Esto es verdad, especialmente hoy, cuando muchos no tienen puntos de referencia estables para construir su vida, sintiéndose así profundamente inseguros. El relativismo que se ha difundido, y para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento. Vosotros, jóvenes, tenéis el derecho de recibir de las generaciones que os preceden puntos firmes para hacer vuestras opciones y construir vuestra vida, del mismo modo que una planta pequeña necesita un apoyo sólido hasta que crezcan sus raíces, para convertirse en un árbol robusto, capaz de dar fruto.

Para poner de relieve la importancia de la fe en la vida de los creyentes, quisiera detenerme en tres términos que san Pablo utiliza en: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2, 7). Aquí podemos distinguir tres imágenes: “arraigado” evoca el árbol y las raíces que lo alimentan; “edificado” se refiere a la construcción; “firme” alude al crecimiento de la fuerza física o moral. Se trata de imágenes muy elocuentes.

(…) Queridos amigos, construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que “cavó y ahondó”. Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos.

(…) “La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado” (Catecismo de la Iglesia Católica, 150). Así podréis adquirir una fe madura, sólida, que no se funda únicamente en un sentimiento religioso o en un vago recuerdo del catecismo de vuestra infancia. Podréis conocer a Dios y vivir auténticamente de Él, como el apóstol Tomás, cuando profesó abiertamente su fe en Jesús: «¡Señor mío y Dios mío!».

(…) “Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros” (Catecismo de la Iglesia Católica, 166).

(…) La victoria que nace de la fe es la del amor. Cuántos cristianos han sido y son un testimonio vivo de la fuerza de la fe que se expresa en la caridad. Han sido artífices de paz, promotores de justicia, animadores de un mundo más humano, un mundo según Dios; se han comprometido en diferentes ámbitos de la vida social, con competencia y profesionalidad, contribuyendo eficazmente al bien de todos. La caridad que brota de la fe les ha llevado a dar un testimonio muy concreto, con la palabra y las obras. Cristo no es un bien sólo para nosotros mismos, sino que es el bien más precioso que tenemos que compartir con los demás. En la era de la globalización, sed testigos de la esperanza cristiana en el mundo entero: … si creéis, si sabéis vivir y dar cada día testimonio de vuestra fe, seréis un instrumento que ayudará a otros jóvenes como vosotros a encontrar el sentido y la alegría de la vida, que nace del encuentro con Cristo.

(…) La elección de creer en Cristo y de seguirle no es fácil. Se ve obstaculizada por nuestras infidelidades personales y por muchas voces que nos sugieren vías más fáciles. No os desaniméis, buscad más bien el apoyo de la comunidad cristiana… Queridos jóvenes, la Iglesia cuenta con vosotros!

BENEDICTUS  PP. XVI

Vaticano, 6 de agosto de 2010

Proyecto Ratan, Brasil

IV Simposio Internacional de Diálogo Judeo-Cristiano

“Es un honor para nosotros – dicen los promotores del simposio – que Argentina haya sido elegida como país organizador, y en particular la ‘ciudadela Lia Brunet’ (a 250 km de Buenos Aires), punto de encuentro anual de judíos y cristianos”. El simposio será precedido por una serie de actividades, a comenzar por la “Jornada de la Paz”, que se celebrará el 21 de agosto, siempre en la ciudadela de los Focolares. Estas Jornadas se realizan desde el año 1997 y se fueron sucediendo con creciente participación de miembros de las comunidades judías y cristianas de Argentina y también del Uruguay. Cada Jornada presenta un lema que es desarrollado por representantes judíos y cristianos, con espacios de reflexión, testimonios, diálogo y recreación. Es una de las expresiones de los vínculos que establece el Movimiento de los Focolares con integrantes de la comunidad judía de Argentina. La segunda actividad, destinada a los adolescentes, se desarrollará en forma paralela a la “Jornada de la Paz”, con el título “Conocí gente que quiere un mundo unido… ven a conocerla tú también”. La propuesta está organizada por los movimientos Chicos y Jóvenes por un Mundo Unido de los Focolares y el Centro Ana Frank, Argentina. Los adolescentes y jóvenes de ambas instituciones en estos últimos meses están participando activamente en la construcción de esta jornada. Será un programa muy dinámico que contará con: talleres, juegos, debates, paneles de intercambio, muestras. Objetivo: promover la integración en la diversidad cultural, social, política y religiosa; el respeto por el otro, con todo lo que implica; y el abordaje de problemáticas juveniles que hacen a todo tipo de violencia, discriminación y exclusión. Tiene como destinatarios a adolescentes y jóvenes provenientes de Argentina y otros países como Chile, Uruguay, México, Estados Unidos, Italia, Jerusalén, entre otros. La serie de eventos culminarán con el IV Simposio Internacional de Diálogo Judeo-Cristiano, desde el 21 al 25 de agosto, con el auspicio del Ministerio de Culto argentino. Previstas las intervenciones de académicos judíos y cristianos de varias partes del mundo que profundizarán sobre el argumento elegido para esta edición: “Identidad y Diálogo: una experiencia que continúa”. El cierre está previsto en la Cancillería argentina.

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Eslovenia: religiosos de todo el mundo con María Voce

Al final de su visita a la comunidad de Eslovenia, María Voce y Giancarlo Faletti se encontraron con las secretarías de los religiosos, adherentes al Movimiento de los Focolares y reunidas para su tradicional encuentro de agosto, que ya desde el año pasado tiene lugar en esta nación. Eran setenta religiosos: seis de Asia, siete de África, cinco de Brasil, uno de Canadá; el resto de casi todos los países de Europa. Es la tercera vez que la Presidente de los Focolares se reúne con los dirigentes de esta consistente parte del Movimiento y por lo tanto el conocimiento es cada vez más profundo, sencillo y familiar. Se reunieron en el “Centro Mariápolis Spes” (Upanje, Eslovenia), reconstruido con buen gusto y fantasía a partir del antiguo edificio del correo, cuando todavía se usaban caballos. Tanto que el establo se transformó en un comedor de ladrillo ¡que daría envidia tantos restaurantes típicos! El encuentro empezó con una serie de experiencias de algunos religiosos que pusieron en evidencia los efectos positivos de su relación con el Movimiento y los frutos de la espiritualidad de la unidad vivida por ellos, en especial entre los jóvenes y en la comunión entre ellos y con otros religiosos. Las preguntas que dirigieron a la presidente y al co-presidente de los Focolares, se referían a las varias situaciones de la vida religiosa hoy. “¿Cómo nos puede ayudar ante estos retos la espiritualidad de la unidad?”, “Después de tres años de la partida de Chiara, ¿a qué punto estamos?”, preguntan. La respuesta de María Voce no se hizo esperar: “Siento que tengo que agradecer a Dios porque está actuando. Nuestra tarea consiste en actualizar el mensaje de Chiara Lubich. Miremos atrás sólo para ir a las raíces de lo que tenemos que hacer hoy”. Sobre las nuevas generaciones: “Dejar la iniciativa a los jóvenes, en unidad entre la primera y la segunda generación”. Un misionero, proveniente de África, hizo presente las dificultades de la reinserción: “No hay novedad más grande que Jesús, que nos pide un don cada vez mayor, a cada momento –subrayó María Voce- Él no pierde el encanto, el atractivo, pero es necesario vivir con radicalidad y concretamente”. Se concluyó con un compromiso para llevar adelante juntos: “Que la comunión sea cada vez más efectiva, afectiva, explícita, sin reservas”. La Eucaristía selló este deseo común. De C. Donegana [nggallery id=60]

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Congreso Panafricano de los Sacerdotes de los Focolares

110 sacerdotes, provenientes de 20 países africanos, se reunieron en Nairobi del 27 de julio al 4 de agosto para la “Panafrican Conference of Focolare Priests”. “En la Iglesia Familia de Dios: un camino para los sacerdotes hoy” es el título del encuentro. Con reflexiones, talleres y plenarias se afrontaron algunos de los desafíos más álgidos para la Iglesia en el Continente. ¿Qué tienen en común estos sacerdotes, de tan distinta extracción, llegados a la ciudadela de los Focolares “Piero Pasolini”, en los alrededores de Nairobi (Kenia)? Contribuir al redescubrimiento y a la actuación del designio de Dios sobre este continente, a la luz de la propuesta evangélica del Movimiento, presente en tierra africana desde hace casi cincuenta años. «Deseo de corazón que la presencia del Resucitado en medio de ustedes pueda ser una luz para entender cómo Jesús desea al sacerdote en nuestros días y cuál puede ser su servicio a la Iglesia de África, tan amada por todos nosotros y que tanto puede dar al mundo entero», escribió María Voce, presidente del Movimiento, en un mensaje enviado para la inauguración de la Conferencia. El Congreso expresó con la vida las grandes potencialidades de los sacerdotes africanos. Lo subrayó también la edad promedio de los presentes -35 años más o menos- muchos de los cuales ya con encargos de responsabilidad. En África, definida por alguno de los mismos participantes como el “África de las crisis”, la realidad de la familia, tan fundamental en la cultura social y eclesial africana, ha asumido nueva luz e intensidad desde la óptica del amor recíproco y de la unidad del Evangelio. El descubrimiento de Jesús crucificado y abandonado, como clave de la reconciliación y la paz, llevó a no sentir que fuese utopía este reto, a entrar dentro de las heridas y a sentirse protagonistas de un camino de renovación y de comunión que tiene como medida el amor sin medida de Cristo. Todo se desarrolló según un ritmo de escucha e intercambio, con meditaciones y reflexiones, momentos de comunión y de estudio en grupos y plenarias para comunicar y tratar de integrar dicha visión en una propuesta cultural y vital para la Iglesia en África. Todo enriquecido con experiencias de vida ya en acto “donadas –como escribió uno de los participantes- bajo la forma de narraciones ciertamente no científicas y sin embargo con un estilo familiar, ordenado, que llevaba a meditar”. Se renovó así la conciencia del llamado, a redescubrirse en el fondo del corazón como hombres de Dios llamados a evangelizar África con las armas del espíritu del amor y de la unidad. Con la capacidad de ir contra la corriente, como subrayó durante su intervención en el Congreso, el Nuncio Apostólico de Kenia, Mons. Paul Alain Lebeaupin. Mientras que el Arzobispo de Mombasa, Boniface Lele, invitó a los presentes a tener una gran apertura y a ayudarse recíprocamente entre sacerdotes, para ser, con toda la humanidad, coherentes servidores de la “Familia de Dios”. Las naciones de proveniencia iban desde el Atlántico hasta el Mar Índico, abrazando la parte central y austral de África: Guinea-Bissau, Burkina Faso, Costa de Marfil, Sierra Leona, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, República Centroafricana, Gabón, República Democrática del Congo, Angola, Zambia, Sudáfrica, Kenia, Tanzania, Uganda, Ruanda, Burundi y Madagascar. A cargo del Centro Sacerdotal de los Focolares

Proyecto Ratan, Brasil

Iglesia, formar a los formadores

En la sugestiva Abadía de Vallombrosa (Italia), del 17 al 30 de julio pasados, se concluyó la segunda parte del itinerario de estudios iniciado el año pasado y frecuentado por 24 formadores de seminarios de 13 naciones (Paquistán, India, Corea, China, Venezuela, Uruguay, Argentina, Brasil, Polonia, Austria, Suiza, Portugal, Italia). Un “taller abierto” que sorprendió a los participantes, día tras día, por la riqueza de estímulos y contenidos. Teniendo como hilo conductor del curso el trinomio oración-vida-pensamiento, se realizó un trabajo de mucha colaboración entre los participantes y los relatores que intervinieron. Ante los profundos cambios que afectan la vida de la persona en el mundo moderno –pensamos en la gran influencia de la revolución digital- se vuelve necesario una constante actualización también por parte de los formadores ya sea por lo que respecta a la temática, que por lo que se refiere al enfoque educativo de los candidatos al ministerio. Ya en la Novo millennio ineunte (n. 43) Juan Pablo II invitaba a la Iglesia a convertirse en “casa y escuela de comunión”, también refiriéndose a los “lugares donde se forman los ministros del altar”. Y es para responder a esta expectativa, que los sacerdotes del Movimiento de los Focolares desde hace algunos años promueven este Curso teológico-pastoral para los Educadores de los seminarios, a los que la Congregación para la Educación Católica (organismo de la Santa Sede al servicio de los seminarios de todo el mundo), expresó su pleno apoyo y aprecio desde su primera edición. Fue el mismo subsecretario de la Congregación, Mons. Vincenzo Zani, quien dio inicio a las sesiones de trabajo de este año con un discurso programático sobre “La dimensión comunitaria de la formación”. El Curso se articula en cuadro semanas presenciales en un bienio. El primer año se presentan las bases del paradigma de comunión aplicado a la delicada tarea de la formación de los futuros sacerdotes. En el segundo, se pasa a la realidad concreta de los varios y complejos aspectos de la formación, subdividiéndola en siete grandes áreas que se refieren: al don de sí y la comunión, el diálogo y el testimonio, la oración, la vida como cuerpo místico, la animación de la comunidad, el estudio y, finalmente, la comunicación al servicio de la comunión. Es por el intercambio de estas áreas que se puede constituir un válido enfoque para una formación no fragmentada sino unitaria del seminarista, integral y armoniosa. El estudio de cada una se desarrolló mediante una ponencia de apertura, algunos talleres para profundizar los temas relacionados e identificar las líneas formativas de aplicación concreta y una plenaria para compartir el trabajo elaborado por cada grupo. Fue importante el aporte de expertos en el campo teológico, pedagógico y de otras ciencias humanas, junto a la contribución de cada uno de los participantes a partir de su propia competencia y experiencia como formador. A partir de este año el curso está acreditado por el Instituto Universitario Sophia de Loppiano, por lo que los participantes, previa presentación de un trabajo final, obtienen créditos formativos. El interés suscitado y la necesidad de “formación para los formadores” hacen que se prevea la prosecución en los siguientes años.