Sep 1, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Desde Centro y Suramérica hasta Europa, desde África a Medio Oriente, se realizaron 50 campos de trabajo para construir “con la cabeza, las manos y el corazón”, hombres abiertos e inclusivos. Hombres-mundo deseosos de regalar a los demás las propias riquezas abriéndose al mismo tiempo a las de los demás. Cada tres años, los Chicos por la Unidad del Movimiento de los Focolares promueven una serie de talleres internacionales para formarse en la cultura de la fraternidad en una dimensión mundial, como antídoto a la división, a la intolerancia, a la propagación de la división y del odio. Eran dos las fases de cada campo: la primera para aprender a conocer y respetar la patria de los demás como la propia. La segunda para realizar acciones solidarias concretas, especialmente en las periferias más marginadas y con las personas más “descartadas”: inmigrantes, personas sin techo, huérfanos, enfermos, gitanos. En Lituania los chicos que participaron en el programa, en el que estuvo también un grupo procedente de Suiza, fueron a un hospital para personas discapacitadas y enfermos mentales, y lograron involucrar incluso a un joven que por lo general es reacio a todo estímulo. En Skofia Loka, en Eslovenia, (pequeño Estado en el corazón de Europa), el objetivo era involucrar a las personas que viven en la calle. En Bratislava, los muchachos alemanes y eslovacos se dedicaron a la limpieza de las orillas del Danubio y recogieron seis quintales de basura. Pero también se realizaron conciertos, “flash mob”, festivales en varias plazas del Este de Europa, que despertaron el interés y la curiosidad de los medios de comunicación. En Faro, algunos jóvenes fueron entrevistados por la televisión, nacional. En la ciudadela croata el Foro fue un microcosmos internacional: 280 chicos de 22 naciones (con 12 traducciones), entre ellos Palestina, Israel, Líbano, Jordania, Siria y Venezuela. «Cuando hablé con los jóvenes de Venezuela – dijo– una chica de Tierra Santa- comprendí que en todos los países existen problemas. Nosotros estamos en guerra, pero por lo menos tenemos algo para comer. En Venezuela ni siquiera esto. Ante esta realidad, llevé una canasta y propuse que pusiéramos en común lo que teníamos». Otra: «De ahora en adelante, cuando me pregunten cuántos hermanos tengo, ¡diré 280!». Un grupo de chicas que llegaba en el vuelo de USA, perdió sus valijas, que fueron reencontradas después de algunos días. Mientras tanto, acostumbradas a tener de todo, experimentaron lo que significa depender del amor (y de la ropa) de los demás. También esto ha sido un don. En Serbia, el Campo se realizó en Cardak, a una hora de auto desde Belgrado. Los chicos fueron alojados en una estructura del Estado en una zona boscosa, donde anteriormente habían pasado un centenar de prófugos que huían de los Balcanes: un símbolo de la belleza y el dolor en el atormentado recorrido de unidad entre los pueblos, iglesias, religiones. También ellos experimentaron la diversidad de religión (eran cristianos y musulmanes) y de confesiones (entre ellos había católicos, ortodoxos, luteranos, reformados, anglicanos), y algunos no se identificaban con ningún credo, pero todos se sintieron profundamente integrados.
En Paztún, en la zona Maya Kaquchikel, de Guatemala, se realizó el Campo de Centroamérica en el que participaron 160 jóvenes de Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala y un grupo de la etnia Quiché de Santa Lucía Utatlán. La tala indiscriminada de los bosques, una verdadera llaga en el país, los impulsó a plantar miles de abetos (donados por la Alcaldía) en una hectárea de territorio público. En el Cono Sur, el Hombre Mundo asumió los colores del intercambio solidario, con acciones a favor del conocimiento recíproco y la valoración de la riqueza del pueblo sudamericano. En el Campo de Cunaco, en Chile, se realizaron talleres didácticos y recreativos y acciones de solidaridad. En Paraguay se hicieron seminarios, visitas a las comunidades guaraníes de Ita y una jornada junto con los jóvenes del Barrio San Miguel donde realizaron murales y talleres de arte. En Uruguay, los jóvenes se reunieron en Nueva Vida, el centro social animado por los Focolares en una zona periférica de Montevideo, realizaron actividades para los niños, talleres, torneos deportivos y juegos. En Argentina compartieron la vida de sus coetáneos de la isla Margarita, cerca del Tigre, localidad al norte de Buenos Aires, en el delta del Río de la Plata. En Italia, el calor y el clima bochornoso no disminuyeron el entusiasmo en muchas ciudades. En la capital el Campo se desarrolló en Corviale, dentro de un barrio dormitorio donde el deterioro y la degradación son el marco de historias de violencia y pobreza. Se dedicaron a la limpieza de un área verde que se usa para descargar la basura, a fin de que renazca ese espacio como lugar para que los niños puedan jugar. Éstos son solo algunos ejemplos de los 50 Campos de trabajo que se realizaron en distintos países por millares de jóvenes, todos ingenieros y obreros especializados en la proyección y construcción más importante: la de un mundo unido.
Ago 31, 2017 | Focolare Worldwide
Óbidos, en la orilla izquierda del Río Amazonas, a casi 1.100 kilómetros (por río) de la capital. Belén, es una ciudad de casi 50 mil habitantes. Hay un único hospital, dirigido por los frailes Franciscanos de la Divina Providencia, absolutamente insuficiente para atender los casos más graves. Después de un llamado de la Conferencia Episcopal brasileña, un nutrido grupo de médicos, enfermeros y gente común, desde hace algunos años, durante las vacaciones, viaja para atender y estar cerca de la población, especialmente de las comunidades ribereñas. Es el conocido Proyecto Amazonas. Llegaron en julio a Óbidos. Los “misioneros” de este año, unas cuarenta personas procedentes de varias partes de Brasil, después de una preparación de varios meses y el envío – por vía aérea y fluvial- de 15 containers con medicinas, material odontológico y juguetes, recogidos durante el reciente Run4Unity de Belén. Allí encontraron la colaboración y la hospitalidad de las familias del lugar. Empezando por el intendente, quien alojó a cuatro personas, puso a disposición un barco y un ómnibus con el cual dirigirse tanto a las comunidades del interior como a las “ribeirinhas” (son tres comunidades que no reciben nunca atención médica y casi nunca van a la ciudad) y contrató a una cocinera para los días de permanencia en el lugar. La primera comunidad que encontraron (2000 personas) vive en un área al lado de un “lixao” (basural). Allí el grupo se quedó durante tres días. Mucho más que los números (8 días, 611 consultas médicas y 221 consultas odontológicas) hablan los comentarios de los protagonistas, los médicos y la gente del lugar. Una señora, que fue atendida por un fuerte dolor de cabeza volvió los días siguientes para respirar una atmósfera que ella definió como “de paraíso”. Al final de la consulta el dolor de cabeza había casi desaparecido. Eliane vino desde de San Pablo: «Antes de venir me informé en internet. Pero aquí viví algo muy distinto, una lección que llevaré conmigo para toda la vida. Después del trauma vivido –se refería a la reciente pérdida de su esposo- pensaba que sería indiferente a cualquier otro dolor. Sin embargo ahora tengo muchas ideas y un ¡gran deseo de ayudar!”,
Tiago es un joven de Óbidos que por segunda vez participa en el Proyecto. No podía comprarse un par de lentes, por lo cual se organizó una colecta: «Viendo tanta generosidad siento el deseo de ¡hacer algo también yo!» Ana Carla (médico) dijo: «Me di cuenta de que nuestra situación ¡no es la peor! Escuchar que varias madres cuentan que sus hijos nunca fueron atendidos por un médico me hizo pensar: tal vez no logro resolver el problema, pero puedo amar, escuchar, dar alivio, una medicina. Es ya algo. No estoy cansada, mi cansancio se produce al preguntar “¿Qué come tu hijo? Y escuchar que me responden: “harina”». Amanda es estudiante de medicina: «Ahora veo la medicina con una mirada distinta: primero está el enfermo y no simplemente su enfermedad. No se puede permanecer tranquilos solo recetando una medicina; debemos curar a la persona». Ereh es un joven de Óbidos: «Para nosotros es difícil vivir en esta situación. Mateus y yo hacemos voluntariado con los niños». Solange (Belén) dijo: «Cuando escuché hablar del Proyecto, me resultó interesante y pedí a mi familia que me permitieran participar. Recibí solo críticas, pero cuando llegué allí encontré un ambiente de familia que no me esperaba. Ver a los jóvenes, que en el mes de julio, renuncian a las vacaciones me sorprendió». También Marcos es estudiante de medicina: «Me encontré ante la imposibilidad de resolver situaciones graves. No tenía los elementos para curar sino solamente para aliviar. Debemos tener el coraje de ensuciarnos las manos y ayudar a los jóvenes que están encerrados dentro de sus ciudades. No sólo la droga atormenta, sino también otros vicios como permanecer encerrados en sí mismos, en el propio egoísmo»- Víctor (Santarém): «Agradezco en nombre del Amazonas a todos ustedes que dejaron su zona para venir a nuestra periferia». El Proyecto continúa ahora con la difusión y colecta de materiales útiles y dinero, para que el próximo año se pueda trabajar más y mejor.
Ago 30, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Habitar un lugar en solo dos semanas. Un lugar que, además, es lejísimo – geográficamente y culturalmente – de tu propio país de origen. Es el reto de Habitandando: construir puentes inéditos entre Italia y Colombia. Un país celebrado por su arte, historia y cultura; el otro, un pueblo joven y contrastado, cuyas riquezas y desigualdades se reflejan también en su territorio – donde se encuentran megalópolis e inmensas regiones vírgenes. ¿Cómo se construye en quince días un puente entre Italia y Colombia? ¿Cómo se logra habitar un lugar, o sea conocerlo como si fuera tu propia casa? “El viaje como método, el territorio como aula” es el secreto el marco que acompaña cada workshop, aunque cada año cambien los lugares visitados en Italia y el tema que los une. Conocer un lugar haciendo experiencia directa, usándolo para generar y testar ideas. Y también este año las experiencias han sido las más diferentes: cruzar varias veces en carro la Italia central, atentos al cambio de los paisajes entre la costa y la montaña; vivir Piazza del Campo en Siena para observar cómo funciona hace siglos un perfecto espacio público; caminar por kilómetros en el centro de Roma, observando como una época histórica se adjunta a las otras en las mil capas que componen la ciudad; explorar Tor Bella Monaca, barrio en la periferia romana en donde proyectos de arquitectura fracasados se añaden a un frágil tejido social.
Cada etapa del viaje se enfoca en un tema específico: por ejemplo, las campañas de Toscana explican territorio y paisaje, la Costa de Amalfi muestra antiguo y moderno, los pueblos afectados por terremotos en la Italia central muestra la relación entre memoria y catástrofe. Tener el territorio como aula permite observar cada tema en primera persona, pero no es solo una manera para ir más allá de las explicaciones sencillas de guías turísticos y manuales escolásticos. Es la ocasión para construir tú mismo, de manera incremental, los conocimientos sobre un especifico lugar. Los participantes en el viaje tienen que ejercitar en maneras diferentes sus miradas sobre los lugares visitados: escribiendo textos con destinatarios diferentes, tomando fotografías que respondan a varios registros comunicativos, desarrollando sus propias explicaciones sobre específicos contextos y fenómenos. Después de unos días, las primeras reacciones dejan espacio a pensamientos más profundos. El ejemplo más interesante tal vez es Tor Bella Monaca, el barrio en la periferia romana: el escepticismo inicial (¿“Este sería un barrio pobre y degradado? ¡Ojalá fueran así los barrios pobres de Colombia!”) es remplazado por dudas y los pensamientos que estas generan (“Tal vez la situación es más compleja de lo que aparece, hemos encontrado unos niños que nos dijeron «Nosotros parecemos lindos, pero en verdad somos asquerosos»”). En los participantes, las miradas perdidas de los primeros días desaparecen y dejan espacio a una actitud diferente, que establece relaciones con los lugares visitados y de una manera los desafía. La tensión entre memoria e innovación, el tema de las dos semanas, sale también de los comentario que acompañan la conclusión del viaje. Para un estudiante colombiano, Italia lleva consigo las trazas de siglos de historia, pero tal vez no sabe cómo manejar tanto patrimonio, no entiende como esto pueda enfrentar de nuevas formas las exigencias contemporáneas del hábitat. Estas reflexiones nacen en los últimos días del viaje, en Montefalcone Appennino, en el workshop Il varco (La brecha). Sólo es el primer brote de un pensamiento que se desarraiga de Colombia para echar nuevas raíces también en Italia. Los resultados de este dialogo que acaba de empezar podrían ser los más diferentes, pero por ahora muestran lo que puede generar la simple decisión de estudiar el hábitat saliendo de las clases, andando en el territorio, habitándolo en movimiento: habitar un lugar no es solo conocerlo, sino también empezar a imaginarlo como algo diferente de lo que ya es. Por Diálogos en Arquitectura
Ago 29, 2017 | Focolare Worldwide
Nuevo florecimiento Como cristianos, mi esposa y yo, habíamos decidido adoptar dos hermanitas. Lamentablemente, debido a malas amistades, ambas terminaron en la droga. A partir de entonces empezó para nosotros un calvario: abortos, hijos no deseados, problemas con la justicia. Nos comprometimos a ser para ellas, todavía más que antes, un espacio de acogida y de paz. Ahora la más grande se está recuperando y además de su niña, quiere hacerse cargo, con nosotros, también del niño de su hermana, que todavía está en el túnel de la droga. Nosotros somos espectadores de un delicadísimo reflorecimiento. (M e D. H. – Suiza) El inocente absuelto Como profesión soy abogado. Desde hace varios meses asumí la defensa de un sudanés acusado de ser un traficante de personas y además de formar parte de una banda de delincuentes. Había sido encontrado timoneando una balsa que transportaba 119 inmigrantes, entre los cuales mujeres y niños. En las conversaciones sostenidas con él en la cárcel había entendido que se trataba de un prófugo como los otros pero, que habiendo sido abandonados por el “coyote”, había tenido el valor de ponerse a conducir la barca a pesar de su inexperiencia, con tal de salvarse a sí mismo y a los demás. Lamentablemente no le habían creído. Haciéndome cargo del sufrimiento de este joven, me propuse demostrar su inocencia más allá del hecho de que por indigencia no me habría podido pagar. Cierto, habría podido aprovechar el patrocinio del Estado, el cual no siempre hace los pagos o, si los hace, no son adecuados. Pero él era mi hermano. Durante el proceso hice todo lo que estaba a mi alcance para defenderlo. Hasta lograr que fuera absuelto. (S. –Italia) La “conjura” «Como otros veces, papá había tomado más de lo debido y había tensión en casa. Como nadie hablaba, me animé, y mirándolo a los ojos, le expresé el dolor y la inestabilidad que nos provocaba su debilidad. Después de mí, también mis hermanos intervinieron. Las cosas cambiaron; en la familia nació una especie de conjura y ahora papá hace todo lo posible para mantener su propósito de no beber. Hacer como si nada no era una solución: para ayudarlo fue necesario decirle, por amor, la verdad. Y juntos lo logramos». (N.N. – América del Sur) Reconocer un hijo Entre más tiempo pasa más crece mi agradecimiento hacia mi mamá. Después de que papá nos abandonó, ella siguió trabajando duramente para que no nos faltara nada a nosotros, sus cuatro hijos. Un día fue al funeral de un cuñado y regresó a la casa con un niño de ocho meses en los brazos. Su hermana no estaba en condiciones de hacerse cargo. Así crecimos. Pienso que el bien que ahora anima a las familias de nosotros hijos es fruto de la grandeza de nuestra madre, que no pensó en sí misma sino que siempre se ha donado. (C. A. – Polonia)
Ago 28, 2017 | Focolare Worldwide
Los 55 jóvenes empresarios provenían de países muy distintos entre ellos (República Democrática del Congo, Angola Uganda, Nigeria, Costa de Marfil, Camerún, Burkina-Faso, Madagascar, Benín y Holanda). Todos estaban deseosos de ponerse a prueba mediante 30 proyectos empresariales innovadores. Los acompañó un equipo internacional de “tutores” (7 africanos, 5 europeos y una sudamericana). Ha sido el primer StartUp Lab 2017 africano y tuvo lugar en junio pasado en Fontem, en el corazón de la jungla de Camerún. Cinco días de estudio para aprender y profundizar la temática empresarial vinculada a los valores de la Economía de Comunión y cómo la han vivido tantos empresarios de varias latitudes. La idea de la semana de incubación de proyectos había nacido 2 años antes. En Nairobi, en el 2015, durante la Asamblea Internacional de la EdC, algunos jóvenes habían compartido con la primera generación de empresarios el sueño de realizar algunos proyectos. Su energía, capacidad y motivación tenían que ser sostenidas. Así fue como se lanzó la propuesta de realizar, dos años después, una actividad de incubación dedicada a ellos. En junio del 2017, en el StartUp Lab de la ciudadela Mafua Ndem de Fontem algunos de estos sueños han empezado a encaminarse como actividades productivas.
Inicia el taller. Anouk Grevin, docente francesa de la Universidad Polytech de Nantes y del curso de especialización en Economía y Gerencia del Instituto Universitario Sophia presenta los valores de la Economía de Comunión. La argentina Florencia Locascio, experta en comunicaciones sociales explica la técnica del “elevator pitch”, que permite describir la propia idea empresarial a un potencial cliente o patrocinador en forma clara, sintética y eficaz, en un tiempo muy breve, el correspondiente a un viaje en un ascensor. Locascio forma parte de EoC IIN (Economy of Communion International Incubating Network) para la incubación de nuevas empresas con el espíritu de la comunión y de la solidaridad. Pierre Chevalier, empresario francés realiza un taller dedicado a la investigación de ideas más innovadoras y al análisis de los proyectos, Sin olvidar el esfuerzo necesario para sostenerlos. Como la parte sumergida de un iceberg que sostiene en forma invisible la superficie, “La ilusión del iceberg” Expresa de la mejor forma la vida y el compromiso de un empresario en donde el éxito se realiza a costa de grandes sacrificios, trabajo, fe y creatividad.
La profundización en términos como presupuesto, budget (“budget de gestión, flujo de caja y plan de amortización”), ventas, costos de producción, Balance financiero fue confiado a Giampietro Parolin, docente de estrategia empresarial en el IUS. Los ejercicios prácticos sobre costos y producción ayudaron a comprender el componente financiero con especial referencia al cálculo y a la previsión de las ventas, a los costos de producción y a los balances. Markus Ressl, consultor de Ressolution y empresario de la EdC, Analizó con los jóvenes empresarios en la teoría y en la práctica, distintos modelos de negociación. Finalmente examinaron los procesos y el funcionamiento de una empresa EdC. El último día, nuevamente con Locascio, se dedicó a las estrategias de comunicación: el nombre de la empresa, la marca, el lema y el uso de los medios de comunicación diversificados según el target de la clientela. Una imagen-símbolo fue entregada junto a los certificados de participación, durante la conclusión del taller, simbolizada en red de personas protagonistas de un nuevo modo de hacer la economía, estrechadas alrededor de la ciudadela Mafua Ndem. Con los brazos levantados y vinculados a través de una cuerdecita, como símbolo del pacto de reciprocidad. Quizás es el inicio de una nueva historia para estos jóvenes startup.
Ago 24, 2017 | Focolare Worldwide
Después del terremoto del año pasado en Italia central, muchos se movilizaron para estar cerca de cuantos se vieron afectados por esta tragedia. Una catástrofe de tales consecuencias, de hecho, pone a dura prueba no sólo las casas, sino todo el tejido social y la capacidad de resistencia personal y familiar, dejando una huella en toda una generación. El Movimiento de los Focolares cuenta con un organismo estable que colabora con dos organizaciones sin fines de lucro: AMU, AFN y con otras asociaciones (AIPEC, B&F Foundation, Abbraccio Planetario, Dialoghi in Architettura y las comunidades del Movimiento in Italia) que, para hacer frente a las emergencias, ofrecen competencias y organización para orientar las ayudas hacia acciones eficaces. «El primer objetivo que nos planteamos fue el de activar una modalidad de vínculo y conocimiento recíproco entre las varias iniciativas para ayudarnos a mantener la atención sobre lo sucedido y no olvidar a estas personas –explica Cesare Borin, de la “Coordinación emergencias” de los Focolares- Las ayudas económicas que llegaron desde el primer momento, representaron solo una de las muchas formas, a través de las cuales se concreta la solidaridad en la que se involucraron muchas personas del Movimiento, para estar cerca de quien lo perdió todo en esta situación dramática». El proyecto está compuesto por dos acciones complementarias:
“RImPRESA Empresas”, que consiste en dotar de materia prima, maquinaria y pequeñas infraestructuras a empresas y, donde es posible, reforzar entre las empresas prácticas y procesos positivos inspirados en los principios éticos de la economía civil, favoreciendo así la colaboración con otras empresas del territorio nacional. En el ámbito de esta fase de planificación, se identificaron y visitaron 60 pequeñas empresas de las 4 regiones involucradas y actualmente se está concluyendo la provisión de equipos y material para sostener 25 empresas agrícolas y artesanales, seleccionadas en base a una evaluación conjunta con la protección civil; La segunda acción del proyecto: “RImPRESA GAS” promueve la adquisición de los productos de las empresas afectadas por el sismo a través de la creación de Grupos de Adquisición Solidaria (GAS), favoreciendo el restablecimiento del turismo local. Actualmente las empresas sobre todo del sector alimenticio son 13, alrededor de 90 las inscripciones totales, para un total de 17.000 euros en pedidos. La respuesta a las necesidades de las personas ha sido inmediata, como por ejemplo, la de algunas familias de Amatrice que habían pedido un camión de láminas (chapas). De igual forma en marzo se entregaron 10 cargamentos para otras tantas familias de Amatrice y sus alrededores, con un costo total de 19.000 euros. En colaboración con la Cáritas Italiana se está organizando además, para finales de agosto de 2017, un campamento de verano con sede en a Torrita di Amatrice. Las actividades se mantendrán durante los meses de julio y agosto, y prevén la animación de un centro de verano para los niños, actividades lúdicas y recreativas para los chicos de los alrededores y la animación del centro para ancianos de Borbona. «Las personas de estas bellísimas tierras –concluye Borín- no nos piden que les reconstruyamos la casa, sino que nos piden con fuerza: “¡no nos dejen solos!”. Entre las lecciones aprendidas podríamos agregar la importancia de no marginar o sofocar el aporte de la sociedad civil. Junto a la intervención competente de las organizaciones de emergencia del Estado, tenemos necesidad de una más vasta y programada inclusión de los agentes sociales activos, precisamente por su capacidad de activar la cadena de fraternidad. Y esto, como nos hace intuir nuestra pequeña experiencia, quizás logrará que sea más eficaz el trabajo de las instituciones y la capacidad de reiniciar procesos productivos». Contactos: emergenzaterremoto.italia@focolare.org