Nov 12, 2006 | Focolare Worldwide
Durante casi 11 años fui fiscal, especializada en antinarcóticos, en Colombia. Tuve que seguir numerosos casos contra el crimen organizado, con el 98%, de resultados positivos. Siempre fui consciente que, cada delito toca la vida de un hombre, de una familia, y que por lo tanto exigen respeto, amor, consideración; a pesar de la gravedad, penalmente relevante, de los actos cometidos. Me sentía feliz en una tarea que me daba la posibilidad de hacer una experiencia continua con Dios, y realizada, personal y profesionalmente, además de tener una cierta seguridad económica. Contaba, también con un excelente equipo de trabajo: expertos investigadores con grandes valores humanos y profesionales. Pero la corrupción trataba de infiltrarse, más que nunca, en todos los ambientes públicos de la justicia. Mi actuar radical y recto arrastraba a todo el grupo de trabajo; por esto las investigaciones se realizaban con pleno respeto de la ley. Un día “tocamos” a alguien que se consideraba intocable. El ofrecimiento no se hizo esperar: varios millones, que podrían dar serenidad a nivel económico. No podía, ni quería ceder, pero tampoco podía seguir como si nada hubiera pasado. Desde ese momento muchas cosas cambiaron para mí; en el trabajo, en la familia y en la vida cotidiana. Frente al rechazo de la oferta, llegaron numerosas amenazas, presiones por parte de los superiores y finalmente la carta de despido, junto con uno de mis mejores investigadores que, como yo, no había cedido a la corrupción. Probé mucha amargura en el corazón, desconfianza y desilusión. Vivía sola con mis dos hijos porque mi esposo me había abandonado. Mirando a mis hijos, indefensos, pensé que todo lo que Dios permite es para nuestra santificación. Sentía que estaba pagando el precio por permanecer en el camino justo. De acuerdo con ellos nos propusimos reducir todos los gastos. Estábamos serenos porque teníamos la certeza del amor inmenso de Dios. Pedí a Dios la fuerza necesaria para perdonar a quienes me obligaban a cambiar el tenor de vida que había tenido hasta ese momento. Esforzándome en vivir “una amnistía completa en el corazón”, encontré la verdadera felicidad y la fuerza para recomenzar. Con el dinero que quedaba de la liquidación y algunos ahorros, compré una buseta escolar. Mi primer turno, como conductor, iniciaba a las 4:45 de la mañana para transportar niños a diferentes colegios. Me costaba pasar por los lugares donde sabía que podía encontrarme con mis antiguos colegas o superiores. Rápidamente circuló la noticia que la “fiscal”, llamada la “dama de hierro”, trabajaba como conductor” algunas burlas y comentarios desagradables llegaron a mis oídos. Después de casi un año, un profesional que conocía, me pidió que le colaborara en la preparación de un trabajo para la Oficina de la ONU contra las drogas. Esto me permitió entrar nuevamente en el campo de mi especialización, aún con una mínima retribución, colaborando con personas de toda América Latina y del Caribe. El Organismo internacional apreció mi profesionalidad y seriedad y me asumió con un sueldo digno. Ahora estoy también capacitando a mis colegas de la Fiscalía. Al comienzo, conociendo el modo poco correcto de actuar de algunos y las apreciaciones hacia mí, tenía temor de enfrentarlos. Le pedí a la Virgen que me diera la humildad necesaria para olvidar el pasado y no juzgar. No ha sido fácil pero siento muy fuerte el amor de Dios por mí y por mi familia. (D. L. – Colombia)
Oct 30, 2006 | Focolare Worldwide

El Card. Antonelli: “La Economía de Comunión, no es para nada utópica” El arzobispo de Florencia, el Cardenal Ennio Antonelli, intervino en la inauguración del primer Polígono europeo de empresas de Economía de Comunión, que surge en las cercanías de la ciudadela internacional de Loppiano, en las colinas toscanas, cerca de Florencia. Empezó citando al Papa: Benedicto XVI quien ha dicho en más de una ocasión que la historia es guiada por minorías creativas. “Esta tarde participamos a un evento importante de una minoría creativa”. Puso en evidencia las raíces de la misma: el amor del Evangelio, un amor que “no se refiere sólo a los individuos, ni es limosna o voluntariado, sino que se refiere a la cultura, las estructuras y los dinamismos de la sociedad. Es el criterio de transformación del mundo” como afirma el Concilio. “Me parece –agregó- que esta tarde comprendemos mejor qué significa todo esto”. Y definió la idea de la Economía de comunión “nada utópica”, aunque “ciertamente exige grandes energías espirituales, grandes motivaciones, es tan fascinante que puede contagiar a tantas otras empresas”. El Presidente Prodi: “Lo que se está inaugurando tiene un papel ejemplar en la sociedad”. “En toda sociedad, para ir adelante tenemos necesidad de ejemplos”. Así dijo el Presidente del Consejo italiano quien intervino de sorpresa en la ceremonia inaugural. El Presidente Prodi dijo estar agradecido por ésta realización, por el esfuerzo de ser transparentes en los balances, por el respeto de la ley, y por el libre compartir de utilidades para activar una red de solidaridad”. Y rebatió que: “Toda sociedad tiene necesidad de ejemplos, porque de lo contrario se reseca, y todo se vuelve un modelo repetitivo. Aquí en cambio hay un ejemplo. Aquí hay algo más, al que no todos están llamados, pero que es un signo de un progreso en la convivencia humana”. El Polígono hace visible una vía económica que tiende a sanar las diferencias entre ricos y pobres. Llegando al Polígono impresiona la original construcción que se extiende sobre 9600 metros cuadrados, pero que no parece un galpón industrial. Son 5621 los accionistas. También pensionados, amas de casa, estudiantes se han visto involucrados: mediante la difundida membresía que constituye la EdC spa, que permite a los accionistas el sentirse protagonistas de un proyecto que tiene un respiro mundial. Una empresa nada fácil, la de transferir el propio negocio o crear nuevas filiales, como se puso en evidencia mediante flash de las experiencias de estos empresarios. Me fascina –se dijo- venir al polígono, para ser una comunidad de empresas que se abre al territorio, que se hace visible para dar su aporte ético al mundo de la economía, al sueño de colmar la diferencia entre ricos y pobres. El prof. Zamagni: “Para hacer reflorecer la empresa, es necesario centrar todo en la persona”. “La finalidad de estas empresas –dijo Cecilia Manzo, presidente de la EdC spa que administra y promueve el Polígono- suscita la coparticipación de los empleados en la administración empresarial”. Es precisamente este último aspecto el que ha sido subrayado por el prof. Zamagni, docente de Economía Política en la Universidad de Bolonia. “Hoy día, en ésta época post-industrial –dijo- el factor estratégico ya no es la máquina, ni el capital, es la persona humana. Si queremos que la empresa vuelva a florecer, es necesario centrar todo en la persona. Más que los incentivos son importantes las motivaciones de quien trabaja”. Es lo que sucede en las empresas de la EdC: los mismos empleados comparten los fines por los que nació la empresa. Una idea genial que ha aparecido con anticipación”. Chiara Lubich – La consigna de un lema: “Dios actúa siempre” En un mensaje de la fundadora de los Focolares, a quien se debe, hace quince años, el lanzamiento de la Economía de Comunión, ha auspiciado que el Polígono sea “una respuesta concreta a los problemas económicos de hoy”. Le dio además un lema: “Dios actúa siempre”, escrito en una placa realizada por el escultor Benedetto Pietrogrande, que fue develada el día de la inauguración. “Es para recordarnos del valor que Dios da al trabajo, al ingenio creativo del hombre”. Precisó después otro aspecto de este proyecto: el ser “parte constitutiva” de las ciudadelas del Movimiento, llamadas a ser “un boceto de una sociedad nueva basada en el Evangelio”.
Oct 13, 2006 | Focolare Worldwide
Paraguay tiene una historia rica, con grandes potencialidades. Es un mosaico compuesto por las diferencias entre desarrollo y miseria, campo y ciudad. Mi historia personal atravesó diversos momentos: al comienzo la pasión por la humanidad. Mi primer trabajo a los 14 años, después los corredores de la Universidad y el encuentro con los gen, luego las marchas contra la dictadura y los primeros pasos en la política de partido. A continuación la segunda etapa, la de la “desilusión”: las traiciones, las incoherencias, mi propia incapacidad en la actividad política. La sensación de no poder hacer nada para cambiar verdaderamente las cosas. La tercera etapa, fundamental, ha sido la de la “elección”, la elección de amar siempre que me impulsaba hacia una política activa, entendida como medio de transformación de la sociedad. En el 2000, después de un trabajoso proceso, con un grupo de amigos que ya estaban comprometidos en el ámbito del desarrollo sostenible, he constituido una organización. Nació de esta manera la “Fundación Yvy Porậ” (tierra hermosa) que, en seis años de vida, promovió el desarrollo de decenas de proyectos en Paraguay, sosteniendo a comunidades de pequeños empresarios, campesinos, artesanos e indígenas, en centros urbanos y rurales. Sin embargo yo no me sentía satisfecho. Deseaba hacer algo más. De esta forma, junto a otros políticos, me comprometí en la preparación del Encuentro latinoamericano de intendentes que tuvo lugar en Rosario, Argentina, promovido por el Movimiento Político por la unidad. Nos parecía la ocasión justa para presentar a la sociedad paraguaya la fraternidad como doctrina política. Recurrimos al elenco de los intendentes para invitarlos a esta manifestación. Por las respuestas y la adhesión obtenida nos dijimos: ¡“Es un Paraguay nuevo, un país resucitado, que trabaja en silencio y nosotros queremos ponerlo en luz”! Y justamente esta realidad fue subrayada por un diario de gran difusión nacional, que así tituló una página dedicada a este encuentro: “El otro Paraguay”. En este encuentro participaron más de 1000 políticos, – de diversos Países de Latino América – de los cuales 119 son intendentes, 168 asesores y miembros de consejos comunales, parlamentarios, funcionarios locales y nacionales. Contagiados por el espíritu de este encuentro, los 16 intendentes de Paraguay que participaron, propusieron a otros intendentes un proyecto de colaboración entre varios Municipios. En ocasión de la “Jornada de la amistad en Paraguay”, el 30 de julio de 2005, establecieron un Protocolo de entendimiento y de colaboración fraterna para sostener y promover un intercambio de políticas de desarrollo local. Este acuerdo, sin precedentes en Paraguay, fue firmado por 22 Municipios. Después de estos encuentros hemos dado vida a reuniones periódicas de profundización de la doctrina de la fraternidad entre políticos y estamos construyendo una escuela paraguaya de formación cívica y política para jóvenes.