Oct 2, 2016 | Focolare Worldwide
En el concurso – promovido por la Asociación Ciudades para la Fraternidad – pueden participar todas las entidades de administración local, de cualquier parte del mundo. Los proyectos e iniciativas pueden concursar si:
- instituyen y/o difunden, a nivel local, pero también nacional e internacional, prácticas de fraternidad universal, según las distintas acepciones de significado de dicho principio;
- estimulan a los ciudadanos para que se comprometan a favor del bien común y a participar en la vida de la comunidad civil,
- favorecen el desarrollo de una cultura de la ciudadanía activa e incluyente.
El proyecto debe ser representativo de un estilo de administración y no de un episodio aislado y cada vez más consciente del valor del principio de la fraternidad universal. Las administraciones públicas y demás sujetos sociales, económicos, culturales, pueden tanto auto-postularse, o indicar proyectos de otras personas. Todas las postulaciones deben ser enviadas antes del 10 de enero de 2017 a la Presidencia de la Asociación “Ciudades para la Fraternidad”, c/o Municipio de Castel Gandolfo, Piazza Libertà, 7 00040 Castel Gandolfo (Rm). Descargar la convocatoria en italiano Para más informaciones: http://www.cittaperlafraternita.org/
Oct 1, 2016 | Focolare Worldwide
Sep 30, 2016 | Focolare Worldwide

© CSC Audiovisivi – Caris Mendes
Los nueve Fon representaban a sus respectivos pueblos de Fontem, Nwametaw, Nwangong, Essoh Attah, Akum, Lewoh, Nkar, personalidades de Bamenda y Douala; estaban acompañados por Mafuas (Reinas), dos Alcaldes y Personalidades Notables de sus reinos. El motivo de su viaje, además de celebrar el Jubileo de la Misericordia con el papa Francisco, era el de agradecer a Dios por el 50º aniversario del primer encuentro que hubo en Fontem entre el pueblo Bangwa y el Movimiento de los Focolares. En especial querían agradecer a “Mafua Ndem Chiara Lubich” (reina enviada por Dios). Es así como el pueblo Bangwa acostumbra nombrar a Chiara, por todo lo que hizo por su pueblo. Fue ella con los Focolares, en efecto, la que dio respuesta a su oración, cuando en los comienzos de los años ’60, la endémica enfermedad del sueño y otras enfermedades tropicales provocaban una mortandad infantil del 90%, amenazando con la extinción de la población. Hoy existe en Fontem la ciudadela que lleva el nombre de la fundadora de los Focolares y estas enfermedades casi han desaparecido, gracias a la intervención de los médicos y los enfermeros del Movimiento. La peregrinación comenzó con la audiencia pública con el papa Francisco, en la Plaza de San Pedro y la visita a la tumba de San Pedro y de los papas. Después hicieron una visita turística a la ciudad eterna. 
© CSC Audiovisivi – Caris Mendes
«Mi preciso deber es el de continuar enseñando a mi pueblo este espíritu que cambió a mi pueblo”- dijo el Fon de Akum, vice presidente de los Fon amigos de los Focolares, durante la visita a la ciudadela internacional de Loppiano, la segunda etapa de su peregrinación. En aquella ocasión, el asesor regional de la Cooperación internacional, a la paz y a la reconciliación, el Sr. Massimo Toschi, recordó la primera vez que estuvo en Fontem, hace diez años: “En diciembre celebraremos el cincuentenario de Fontem y veremos allí, luminoso, el rostro de una iglesia “hospital de campo”, como la definió el papa Francisco. El 24 de septiembre, se desarrolló la tercera etapa, con la visita a Trento, la ciudad natal de Chiara, y de los lugares donde ella vivió y comenzó durante la segunda guerra mundial, el Movimiento de los Focolares. En esa oportunidad, se produjo el encuentro con algunos habitantes, representantes de las Instituciones, el alcalde y el arzobispo de Trento. En la última etapa visitaron el centro internacional del Movimiento en Rocca di Papa (Roma), donde Chiara Lubich vivió durante muchos años y donde está sepultada. El Fon de Fonjumentaw recordó la última visita de Chiara a Fontem, acaecida en el 2000, cuando propuso hacer un pacto: prometerse recíprocamente amarse como Jesús lo habría hecho. “Éste era el testamento de Chiara –explicó- su legado no sólo para nuestros pueblos. Después de ese pacto no seguimos siendos las mismas personas. Por lo tanto los invito hoy a hacer lo mismo entre nosotros, los que estamos aquí presentes para toda la humanidad”. 
Foto: SIF Loppiano
Durante la cena de despedida, se intercambiaron saludos, agradecimientos y algunos Fon y Mafuas ofrecieron algunos regalos a los Focolares. El de Essoh Attah, recordó un proverbio de su pueblo que afirma que ningún bangwa naufragará mientras exista uno del valle (otra tribu). Y quiso parafrasearlo refiriéndolo a Chiara: “Mientras exista ella y su gente, nadie de nosotros naufragará”. Un periodista de Bamenda que acompañaba al grupo, concluyó: “En estos días mis ojos se llenaron de la luz de “mamá Chiara”, y quisiera llegar hasta donde está mi gente para llevársela a cada uno”. Leer también: Historia de Fontem
Chiara Lubich y las religiones: Religiones tradicionales
Fontem: un Jubileo de acción de gracias
Sep 28, 2016 | Focolare Worldwide
El maná desde el cielo «Soy iraquí y de profesión veterinario. En el dramático momento histórico que está viviendo nuestro país, también mi trabajo se vio perjudicado: ya me quedaban pocos clientes. Seguía buscando alguna solución para apañármela, cuando me prometieron un puesto con un buen sueldo, pero lejos de mi ciudad. Una solución favorable para mi familia, que sin embargo me alejaría de todos. Los familiares insistían para que aceptara esa propuesta que parecía un maná bajado del cielo. Hablé largo y tendido con mi esposa y finalmente decidimos que no era oportuno partir en ese momento, tanto por nuestro hijo como por algunas familias de amigos que necesitaban de nuestro apoyo, aunque fuera sólo moral. Así renunciamos a ese proyecto, confiando ciegamente en el amor de Dios. Increíblemente, ya desde el día siguiente a esta decisión tan sufrida, mi trabajo registró una mejoría. Ahora logro ganar cuatro veces más de lo que ganaba antes». (Y.K. Irak) Lo imprevisto «Llevábamos poco tiempo de casados, cuando, en vísperas de una mudanza, descubrimos que estábamos esperando a nuestro primer hijo. A esto se agregó algo absolutamente imprevisto: un pequeño nódulo en el seno. Los exámenes revelaron que se trataba de un tumor. Para mí y para mi esposo, que es médico, fue un duro golpe, el primero de esta envergadura desde el matrimonio. Apenas tres días después del coloquio con el especialista, éste me operó. Según él y sus colegas, tener al bebe constituía el factor agravante de la enfermedad. Me aconsejaban proceder en seguida a un aborto terapéutico para empezar la quimioterapia. Sin embargo nosotros no queríamos resignarnos a dar este paso. Confiando en Dios, consultamos a otros médicos, buscando soluciones alternativas. Finalmente decidimos optar por un parto con cesárea al séptimo mes de embarazo, cuando el niño sería perfectamente capaz de sobrevivir. Sólo después yo empezaría la quimioterapia y la radioterapia. Desde entonces han pasado ya 8 años. Ahora estamos en espera de nuestro tercer hijo». (M.D. Francia) Más alegría en dar «Buscaba la felicidad de forma equivocada: pésimas amistades, discoteca, alcohol y cigarrillo. Mi novio consumía y traficaba drogas. Malhumorada y rebelde en la escuela como en casa, me vestía de manera extraña, siempre de negro y con ropa llena de broches. Era totalmente indiferente a lo que a Dios se refería. Cuando me di cuenta de que había tocado fondo, con la fuerza de la voluntad, dejé a ese chico y abandoné las viejas amistades. Pero ¿cómo resolver la tristeza y el sentido de vacío que experimentaba? Al recomenzar el año escolar, conocí al nuevo profesor de religión que me inspiró confianza. Gracias a los coloquios con él, recibí el don de la fe. El encuentro con Dios misericordia me ha cambiado totalmente, saciando mi necesidad de amor. Empecé a orar y a buscar al Señor, a dedicarme al voluntariado, experimentando que “hay más alegría en dar que en recibir”. Vivo una vida normal: estudio y hago todo lo que hace una chica de mi edad, con la diferencia que ahora tengo a Dios en el corazón». (A.R. Italia)
Sep 26, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
John: «Comienza el año escolar. Nuestro hijo está entrando en el penúltimo año de secundaria, pero ya desde el primer día le dice a mi esposa Claire que no iba a volver más a clase porque no soporta a la gente. Desde entonces permanece encerrado en su dormitorio, y sale sólo después de advertir que nosotros ya nos fuimos a dormir. Conmigo no habla. Lo hace esporádicamente sólo con su madre. Confieso que no es fácil aceptar el rol de verse rechazado por el propio hijo. Lo que me ayuda a ir adelante es la frase del Evangelio: “Como yo los amé a ustedes, así ámense unos a los otros” (Jn 13, 34). Una noche, él toma la desesperada decisión de suicidarse pero, mientras llamamos a la ambulancia, se escapa por la ventana sumergiéndose en la oscuridad. La policía coordina una búsqueda en la zona, pero no lo encuentran. En determinado momento vuelve espontáneamente y así podemos internarlo en el hospital. Una semana en cuidados intensivos para una persona que sufre de pánico y con el terror de las personas y de los espacios cerrados ¡es muy larga!. Noche tras noche, día tras día estamos con él. Dormimos por turno, a fin de que cuando se despierte nos encuentre a su lado. Es el único modo que se nos ocurre para amarlo concretamente. Cuando sale logramos convencerlo de que ingrese en un programa de terapia diurna. No pudiendo hacer otra cosa, con mi esposa lo asistimos en todas las cosas prácticas, confiando nuestro hijo a Dios y pidiéndole a El que haga el resto. Y nos damos cuenta de que Él lo hace de verdad, incluso en el hecho de que le pone cerca a un grupo de jóvenes que, aún dentro de su malestar, se apoyan viviendo el uno por el otro » Claire: «Con una de las chicas del grupo nace una amistad y pronto también ella comienza a integrarse en nuestra vida familiar. Ella tiene varias problemáticas, no siendo la última la de la drogadicción, pero demuestra que sabe comprender a nuestro hijo. Lo ayuda a superar los momentos de ansiedad, mientras que él la apoya en los duros intentos de abstinencia de la droga» John: «Pero pronto la relación se interrumpe, porque nuestro hijo es contrario al uso de cualquier tipo de droga. La chica pasa un período de hospitalización forzada en la cual parece que logra recuperarse. Y cuando sale tratan de reconstruir su relación sobre una base más sólida: “nada de drogas”. Después de un período deciden casarse» Claire: «Un mes antes del matrimonio nuestro hijo me llama muy alarmado: “Mamá, ella está otra vez drogándose, ¿qué tengo que hacer?” No es fácil responder. Podría aprovechar para convencerlo de que la deje, pero no me parece que sea el camino justo. Así es que le sugiero que mire bien lo que le dice su corazón: “Si ves que has amado con sabiduría y hasta el fondo, entonces éste es el momento de decir que tu parte está concluida, pero si ves que en ti hay todavía amor lleno de sabiduría que puedes darle, entonces sigue probando”. Se hace un largo silencio, después dice: “Creo que puedo amar un poco más”. Después del matrimonio logran encontrar un óptimo centro de recuperación con un apoyo ambulatorio externo. Pasan 14 largos meses, en los cuales ella logra mantener el compromiso “nada de drogas”. Es un camino largo para todos, pero el amor evangélico que tratamos de tener entre nosotros dos –también entre las lágrimas- nos da la fuerza de amar a nuestro hijo en esta delicada situación. Un amor que tal vez ayuda también a él a comprender cómo amar a su esposa»
Sep 22, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Después de seis años desde el inicio de la guerra en su país y en la región, ¿cuáles son según Vd. los efectos más duros sobre la sociedad? Seis años de guerra han acabado por hacer tambalear el baluarte de la sociedad siria: la familia, la célula base que ha absorbido los golpes y las desgracias de esta violencia sin fin y que ha sido el salvavidas del país y de la Iglesia hasta el 2014. Pero la falta de seguridad, la intolerancia, la violencia y la destrucción caótica ya han arrancado de cuajo a dos millones de familias. Carentes de una vivienda y dispersas por todo el mundo, ¿cómo podrían llevar todavía a cuestas este calvario tan gravoso? Desde el principio de la guerra (15 de marzo del 2011) resulta bastante normal ver que la familia gravita sobre una mamá. Los hombres van a la guerra y allí a menudo mueren. Un dicho popular dice así: “un huérfano sin padre no es un huérfano”. La familia sigue reuniéndose alrededor de la madre que asegura la unidad y la sobrevivencia del hogar. En este largo y pesado sufrimiento, las madres heroicas viven en la pobreza y entre lágrimas. Ellas han hecho honor realmente a su vocación, viviendo en tiendas de campaña y muriendo ahogadas. ¿Existe un sacrificio mayor que éste? Destrucción de la célula natural de la sociedad, ¿y los jóvenes? ¿Se puede contar con ellos para mirar al futuro? La movilización general decretada en el mes de octubre del 2015 invitó a todos los hombres menores de 45 años a enrolarse en el servicio militar. Ésta es una decisión que ha turbado también a los demás miembros de la familia que por ello ya no podían partir y que se quedaron en el lugar, a la espera del final de esta guerra interminable. Esta franja de edad que ha desaparecido, representaba la columna vertebral de las actividades económicas que todavía quedaban. Algunos se han ido a los cuarteles y otros han preferido huir siguiendo el camino de la emigración clandestina, muchas veces irreversible, desestabilizando el mercado laboral y la modesta vida familiar a la que se privaba de recursos. ¿Qué futuro existe para una comunidad sin jóvenes? ¿Cuáles han sido los efectos de la guerra por lo que se refiere a la Iglesia? Estas situaciones han debilitado a la Iglesia. Las familias a menudo deciden alcanzar al hijo que se fue. De aquí viene el éxodo de las familias con la consecuente vertiginosa disminución de fieles en todas las parroquias. Desequilibrio demográfico: en ausencia de jóvenes, nuestras muchachas, al quedarse solas, se casan con musulmanes polígamos. Por lo tanto, menos matrimonios, menos bautismos. Por primera vez la Iglesia se ve obligada a enfrentar otro problema crucial: un sacerdote de cada tres presentes en Damasco ha decidido trasladarse a otro país más tranquilo. ¿Cómo hacer para que los sacerdotes se queden en Damasco? ¿Qué sucederá a la Iglesia sin sacerdotes? Según Usted, ¿cuál es el desafío y la esperanza de los cristianos hoy en Siria? Las ciudades muertas en el norte de Siria son la inquietante fotografía de lo que podríamos llegar a ser. ¿Cómo evitar que nos reduzcamos a ser guardianes de piedras? A los cristianos de Oriente les queda la tarea de reconsiderar su vocación y vivir siguiendo los pasos de la pequeña y minoritaria Iglesia primitiva que vivía sin garantías ni protección. ¿Estaremos dispuestos a responder a este desafío apostólico? El Evangelio nos reconforta: “No temas, pequeño rebaño” (Lc 12, 32).