¿Se imaginan un torneo de fútbol en el que quien gana no es un equipo sino dos y además procedentes de puntos del planeta a veces muy lejanos entre sí? ¿En el que se practica y se premia el Art Play? ¿En el que los patrocinadores están dispuestos a donar por cada gol marcado una contribución para financiar becas a favor de chicos de países menos favorecidos? ¿Un sinnúmero de iniciativas y proyectos de solidaridad? ¿Un “tercer tiempo”…?
«Esto y mucho más fue el Super Soccer World 2014 – nos cuenta Federico Rovea, uno de los organizadores del evento –. La manifestación deportiva fue promovida por “Chicos por la Unidad” del Movimiento de los Focolares e involucró 56 equipos de futbol de varias ciudades del mundo».
Ganan dos equipos. Una característica del torneo es que los que ganan son dos equipos de ciudades hermanadas, que simbólicamente juegan juntas a distancia, dándole una dimensión planetaria a la competición.
Entre los 14 hermanamientos: los chicos de Bečej, un pueblo de Serbia, estaban vinculados con los de Tlemecén en Argelia; los de Loppiano (Italia) con los chicos de Florianópolis en Brasil, la ciudad italiana de Rieti jugó simultáneamente con Buenos Aires (Argentina).
Este último hermanamiento, igual que los demás, no fue sólo “ideal”. De hecho, a lo largo del torneo se realizó una conexión telefónica con Argentina para compartir, con los participantes sudamericanos el mismo espíritu de amistad y fraternidad. Los chicos de Rieti comunicaron – además de la experiencia de la jornada – también algunos proyectos de solidaridad nacidos precisamente gracias al Súper Soccer. Es decir: la organización de una actividad deportiva para chicos discapacitados y una recolección de fondos para los necesitados, con una venta de dulces. Los padres de familia presentes, entusiasmados por la iniciativa, se involucraron por completo.
Art Play. En las canchas, los chicos pusieron en marcha – además de la pasión por el deporte – el espíritu del Art Play. Se trata de cuatro reglas fundamentales:
• el respeto hacia los demás
• la cooperación
• la responsabilidad
• la relación
Estas reglas eran verdaderos puntos fundamentales del torneo que contribuían al puntaje de los equipos tanto cuanto los goles marcados. Los árbitros vigilaban, por lo tanto, no sólo el cumplimientos de las reglas del futbol, sino también el espíritu que animaba a los participantes, dando un puntaje positivo a quien sobresalía en el vivirlo. «Los chicos se cuidaban tanto de cumplir estas reglas como de marcar los goles. Según mi opinión, habría de incluir este reglamento entre las normas de los campeonatos mundiales», afirmó uno de los profesores de educación física involucrados en la organización.
Becas. Se vinculó al torneo también el proyecto “Schoolmates”, con la propuesta de encontrar en cada ciudad a un patrocinador que estuviera dispuesto a donar, por cada gol marcado, una contribución económica para financiar becas a favor de chicos de países menos favorecidos. Los 367 goles marcados han permitido recoger € 2.370, para un total de 22 becas.
El “tercer tiempo”. Un momento de fiesta que compartieron los participantes al evento deportivo y los jugadores, y que contribuyó a llevar el espíritu de la competencia deportiva también fuera de las canchas.
Super Soccer World, una fiesta más que un torneo, caracterizada por la mundialidad y el compartir, la solidaridad y el respeto de los demás, que los chicos tienen la posibilidad de experimentar dentro y, sobretodo, fuera de las canchas. ¡La cita es para el próximo año!
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