Movimiento de los Focolares

Desde Ruanda en el Sínodo sobre la Familia

Oct 20, 2014

Dieudonné y Emerthe Gatsinga, procedentes de África, son laicos invitados al Sínodo. Compartieron con el Papa Francisco y los padres sinodales su experiencia como formadores de jóvenes parejas africanas.

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Dieudonné y Emerthe Gatsinga (Rwanda)

«Hicimos un curso en Goma, en el Congo (RDC). Una pareja nos contó que, teniendo que huir por la erupción de un volcán, él vendió rápidamente el mobiliario de la casa, sin saber que dentro de un sofá ¡estaban escondidos los ahorros de su esposa! Y estos malentendidos ocasionados por la falta de comunicación en la pareja no son esporádicos». Los que hablan son los esposos Dieudonné Gatsinga, ginecólogo y Emerthe, economista, quienes viven en Kigali, en Ruanda. Fueron invitados a participar en el Sínodo extraordinario sobre la familia, como responsables de las jóvenes familias del Movimiento de los Focolares de su país, de Burundi, Kenia y Uganda. Desde jóvenes se reunían con un grupo comprometido en vivir con radicalidad el Evangelio, formándose en la espiritualidad de los Focolares. «Adoptamos este ideal como propio, también como pareja – cuenta Emerthe-. Al casarnos nos prometimos que no íbamos a quedar encerrados en nosotros mismos sino que nos donaríamos a los otros. Desde ese día han transcurrido 26 años. Tenemos 8 hijos de los cuales 4 son adoptados como consecuencia del genocidio de Ruanda. No fue fácil educar a 8 hijos en un momento de gran crisis social y económica para nuestro país y con experiencias muy dolorosas del pasado. Pero Dios nos ayudó y ahora ya crecieron todos: dos de ellos nos hicieron abuelos de tres niños». Juntos administran una clínica que tiene unas veinte camas. «Por motivos de trabajo – cuenta Dieudonné- me encuentro a menudo con madres que frente a un embarazo difícil quisieran abortar. Si bien mis jornadas están siempre llenas de trabajo, siento que a estas personas debo destinar todo el tiempo necesario para escucharlas hasta el fondo, darles confianza, hablar con ellas de la sacralidad de la vida. Soy padrino de muchos niños, nacidos gracias a estos diálogos». En su región los problemas de la familia no faltan. Durante muchos años las mujeres vivieron en situación de sumisión, ahora desearían afirmarse a sí mismas. «Hoy también en África – subraya Emerthe- muchas chicas han llegado a un alto grado de instrucción y no toleran más el tener que ser sometidas totalmente al varón. Pero los hombres todavía no están preparados para una relación de paridad con la mujer y no saben cómo enfrentar con serenidad este cambio y terminan por resignarse a vivir en dos niveles». «Cuando encontramos familias jóvenes – cuenta Dieudonné- les llevamos la buena noticia del matrimonio cristiano. Recordamos las promesas realizadas el día del matrimonio, es decir la promesa de ser los dos una sola cosa, de caminar juntos siguiendo cuatro directrices: la comunicación profunda en la pareja, el compartir la economía familiar, la coparticipación en la educación de los hijos, la oración en familia. Este anuncio, llevado a través de la experiencia del Evangelio vivido, hace florecer la esperanza en una relación más compartida, más alegre, sea para los dos esposos como para los hijos. Recuerdo a un hombre que construyó una casa sin hacérselo saber a su esposa. Él quería demostrarle a su esposa que sabía hacer algo. Ella sin embargo – dado que entre los dos no se hablaban- ignoraba este propósito y seguía juzgándolo. Cuando descubrieron esta visión del matrimonio que les proponíamos, se reencontraron y se reconciliaron» «Es una alegría ver que aquellos jóvenes que recorrieron un itinerario de fe consciente – subraya Emerthe-, se deciden por el matrimonio cristiano, eligiendo una fiesta nupcial sobria, en general ayudados por la comunidad. Cuando ocurre, que, a pesar de la preparación cristiana, no logran renunciar al estilo de vida anterior, tratamos de mantener una relación abierta. Y cuando se sienten preparados para celebrar el sacramento, es natural para ellos reinjertarse en la comunidad y volver a caminar juntos» Video: Voces desde el sínodo. En la familia, la fuerza de la fe.

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