¡Estimados lectores!

Está a punto de concluir, con el mes de septiembre un “año focolarino”, dedicado en particular a la profundización espiritual de la Iglesia y el Espíritu Santo. Por lo tanto, no es de extrañar que este número de Mariápolis esté lleno de una vitalidad típica del Espíritu de Jesús.

Es la vida que se ha concentrado, entre otras cosas, en el proyecto de una Mariápolis europea (pp. 2-6) realizada precisamente en Fiera di Primiero (norte de Italia), donde nació la Mariápolis hace 70 años. Y después de 60 años, esta experiencia ha reactualizado aquel famoso “pacto de los pueblos” lanzado por Chiara en 1959, es decir, un compromiso de amar la patria de los demás como propia.

En una época en la que las soberanías parecen prevalecer cada vez más, esta iniciativa tiene una gran actualidad. Porque invita a los pueblos a trabajar para que no solo nos amemos entre las personas, sino también entre las naciones y tratemos de conocer y valorar todos los aspectos positivos de otros países y culturas. Es una unidad entre los pueblos que mantiene, es más, aumenta, la diversidad porque cada pueblo debería preocuparse por contribuir al crecimiento y la realización de otros pueblos.

¿Un sueño? ¡Por supuesto! Pero en todas las naciones ya hay personas que viven para su realización.

Joachim Schwind
Oficina de Comunicación de los Focolares

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Noticiario Mariápolis 4/2019

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