
Padre Kentenich
El 18 de octubre de 1914, el Padre Kentenich – sacerdote alemán que estuvo prisionero en el campo de concentración de Dachau – es protagonista, junto con un grupo de estudiantes, de una profunda experiencia espiritual: : hacen una “Alianza” de amor con María, la madre de Jesús, poniéndose al servicio de toda la humanidad. El hecho ocurrió en Schönstatt – de aquí proviene el nombre del Movimiento – cerca de Koblenz en el Rhin (Alemania), en un santuario, definido como “originario”, y luego reconstruido de forma similar en diversas naciones.
El pasado 18 de octubre, el Movimiento de Schönstatt lanzó, en el lugar de su fundación, el año de la conmemoración de los 100 años de su nacimiento. La fiesta se celebró el 20 de octubre, y de ella participaron más de 3000 personas pertenecientes al Movimiento de Schönstatt en Alemania. La conmemoración se desarrolló simultáneamente en otros santuarios marianos. En Portugal, en Paraguay y en otros más.
“Schönstatt en diálogo” era el título de una de las sesiones, con el fin de indicar el camino que hay que recorrer en el futuro, recordando el objetivo primario: reavivar la alegría misionera para la evangelización y refrescar la Alianza en beneficio de los hombres en el propio país. Se dio gran espacio a los testimonios de varios Movimientos de distintas Iglesias y en particular a los de la red “Juntos por Europa”, de la que Schönstatt participa desde el comienzo.
En este evento se recordó la visita que Chiara Lubich y Andrea Riccardi con algunos dirigentes de los Focolares y otros miembros de la Comunidad de Sant’Egidio realizaron en el año 1999 a Schönstatt. En aquella ocasión los dos fundadores, junto con el Padre Michael Marmann y Sor Doria por parte de Schönstatt, hicieron un pacto en nombre de los respectivos Movimientos, con el compromiso de estimarse y amarse recíprocamente.
Entre los Focolares y Schönstatt existe una amistad profunda. Uno de los momentos más intensos de esta amistad fue cuando en Mollens, Suiza, en el 2001, un grupo de sacerdotes junto con el P. Marmann, sucesor del P. Kentenich, realizaron una serie de preguntas a Chiara. Eran preguntas sobre uno de los puntos centrales de la espiritualidad de comunión: la figura de Jesús Abandonado. También preguntaron sobre el rol de los sacerdotes frente “a la crisis del ministerio sacerdotal”. ¿Cómo salir de la crisis? «Es necesario que el sacerdote mejore su vida de cristiano – sugiere Chiara- porque su ser cristiano significa vivir el Evangelio, porque éste es el camino del Espíritu Santo….Con el Evangelio se re-aviva la Iglesia. Y se despierta la vida de la Iglesia ya sea en los laicos, como en los sacerdotes, en los obispos y en los Papas. Por lo tanto, la línea del Espíritu Santo para salir de la crisis es la de poner el Evangelio en acción, de modo perfecto, auténtico»
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