Movimiento de los Focolares

Focolarina uruguaya, consultora del PCCS

Feb 3, 2012

Benedicto XVI ha nombrado, entre los consultores del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, a la Dra. Susana Nuin, miembro permanente del CELAM. Nuestra entrevista.

¿Cómo recibió la noticia?

Estaba de vacaciones en Uruguay cuando me avisaron del nombramiento. La noticia me sorprendió, pero me alegró sin duda el reconocimiento del Santo Padre y del PCCS a mi persona y a cuanto represento, y al  mismo tiempo sentí en mi corazón un profundo desafío del Espíritu Santo. La palabra que inmediatamente me nació en el corazón fue “servir”. Siempre quise servir a los demás, según la escuela de Jesús. En este caso a la Iglesia y, a través de ella, a toda la sociedad.

¿Sus primeras impresiones?
Tres impresiones o expresiones de alegría: una primera, la posibilidad que esta composición permite constituir el trabajo de consultores sobre una dimensión de comunicación en diálogo.
Una segunda impresión fue que el equipo de consultores nombrado por el Papa está compuesto por sacerdotes, una religiosa, religiosos, una laica y varios laicos. Creo que esta composición expresa la Iglesia, que se enriquece de las distintas vocaciones y de los distintos carismas que la constituyen.
Una tercera fue la alegría por los nombramientos y composición del PCCS realmente intercultural, esto da a la Iglesia una posibilidad única en el ser Casa y Escuela de comunión entre los pueblos y las culturas.
¿Cuál es su formación y su experiencia en el campo de la comunicación social?
Mi formación es en Comunicación Social, Ciencias Sociales y Doctrina Social de la Iglesia. Mis primeros estudios fueron en Magisterio Pedagógico en Montevideo mi ciudad natal, posteriormente hice un Itinerario de Formación en Comunicación Popular en “La Crujía” un centro especializado de los Hermanos de Lasalle en Buenos Aires, y contemporáneamente hice la carrera de Analista en Comunicación Social de la Universidad del Salvador en Argentina. Tuve la oportunidad de hacer una Licenciatura en Sociología en la Universidad Gregoriana en Roma, mientras cursaba el Master de la Universidad Lateranense en Doctrina Social de la Iglesia. Después pude completar, siempre en la Universidad Gregoriana, el doctorado en Ciencias Sociales con especialización en Comunicación.
El trabajo ha sido en comunicación no solo desde lo teórico, sino también desde las prácticas sociales, en esa construcción recíproca entre teoría y praxis.
¿Cual es hoy su experiencia en el CELAM?
Participo desde hace 6 años como asesora en Comunicación en el CELAM y estuve como tal en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que se realizó en Aparecida, Brasil. Experiencias que me marcaron profundamente al constatar personalmente esa dimensión siempre latente y constitutiva del pueblo latinoamericano de la socialidad.
En los meses que llevamos trabajando allí, nos propusimos como conjunto de la dirección del CELAM ser en primer lugar, una comunidad de Vida y de Comunión, conscientes que en ese ejercicio vital de comunidad entre todos nosotros como discípulos misioneros, podremos ofrecer a la Iglesia que nos toca servir, no solo el testimonio de nuestro hacer, sino el testimonio de nuestro ser.
El Dpto. de Comunicación y Prensa esta conformado por el Presidente Mons. Adalberto Martínez Flores Obispo de San Pedro, Paraguay, y por cinco obispos más (de República Dominicana, Costa Rica, Brasil, Argentina, y Perú), representando las regiones. El trabajo es en comunión y comunicación con ellos, y el mayor objetivo de nuestra política de Comunicación en el Dpto. es responder a una de las principales funciones del CELAM: Promover la Colegialidad episcopal, la comunión y la comunicación entre las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe. Los programas que desarrolla el Departamento son numerosos, y tienen que ver con la relación CELAM y Conferencias Episcopales, y también con distintos frentes de la sociedad a los cuales el CELAM con otras instituciones e iniciativas colabora en el compromiso y el desarrollo.
Creo que esta posibilidad de ser Consultora del PCCS estando en el CELAM hace un puente significativo aun si ya existe una importante comunión entre estas dos realidades de la Iglesia.
¿En que modo ha influido en su actuar la espiritualidad de Chiara Lubich?
Conocí  la espiritualidad de Chiara Lubich en los años setenta, cuando como toda joven latinoamericana de ese momento, buscaba un proyecto de vida desde donde transformar la realidad. Dos elementos incidieron profundamente, en primer lugar aprender de la espiritualidad de la unidad la encarnación del Evangelio, el encuentro con Jesús vivo. Soñaba en esos años con el “hombre nuevo latinoamericano” y encontré en Jesús la respuesta existencial y transformadora. El segundo elemento fue haber vivido el Evangelio con otros muchos jóvenes en una comunidad, abierta a todos, y haber soñado juntos construir una ciudadela, un proyecto concreto que dijese a la comunidad social: el Mandamiento Nuevo de Jesús se puede encarnar, la presencia de Jesús entre las personas prometida en el Evangelio es una realidad vivible, es capaz de transformar la realidad. En una palabra haber sido de la partida de los jóvenes que en el cono sur de nuestra América Latina, pudieron construir la ciudadela denominada Mariapolis Lía, fue para mi un privilegio. Allí soñaba con y desde Jesús los cielos nuevos y las tierras nuevas, mientras cultivaba la huerta, hacía teatro, o estudiaba. Después en el correr de los años siguió esta experiencia en las distintas comunidades del Movimiento donde me encontraba, hasta el día de hoy aquí en Bogotá donde me encuentro, compartiendo esta misma aventura de vida, con el afable pueblo colombiano.
Me emociona siempre que debo decir que es para mi la espiritualidad que emana del carisma de la unidad. Allí se funda mi primer vocación,  compartir con Jesús Su sueño: “Que todos sean uno”, amar y construir la unidad con todos, sin exclusión alguna, sabiendo que esa unidad es multiplicidad, es unidad en la diversidad, es capaz de contener los opuestos en una dinámica constructiva y en armonía.
Sin duda no puedo dejar de mencionar algo que considero clave en la experiencia que vivo en el CELAM y ahora se abre en este servicio al PCCS, y es el testimonio que tengo del amor, y de la pasión por la Iglesia de nuestra fundadora Chiara Lubich. Su vida, su adhesión a la Iglesia, su profecía que por momentos hasta precedió el Magisterio, como dijo el Papa Benedicto XVI con motivo de su partida al cielo, nos ha llevado siempre a amar y construir la Iglesia en su historia, en su tradición patrística,  en sus pastores, en los carismas de todos los tiempos, que han embellecido el jardín de la Iglesia -como ella amaba llamarla-, nos ha permitido contemplar la presencia de Cristo desplegado en los siglos. Con este patrimonio y con esa pasión por la Iglesia de Jesús, asumo este servicio.

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