Una ciudad al sur de Hungría, Szeged, aloja en el parque central “la mayor manifestación del año, gratis y al aire libre”. Es el Festival “Espacio Abierto” como lo anuncia el comunicado de prensa. El Festival se caracteriza por el gran número de participantes y por las representaciones. Pero, ¿cuál fue la novedad de este acontecimiento? «Cuando hace algunos años se anunció por primera vez que habría una posible manifestación cristiana a nivel ciudadano, nadie creía que un proyecto tan ambicioso pudiera realizarse en nuestro país», escribe Uj Város, la revista de los Focolares de Hungría. «No era el sueño de una sola persona, sino del grupo ecuménico de pastores de esta ciudad. Un sueño que hace un año y medio comenzó a concretarse, involucrando distintas asociaciones religiosas, civiles y políticas», hasta que este Festival pudo realizarse desde el 25 al 27 de septiembre pasado. Como afirma Orsolya Szlaukó, pastora evangélica: «En Szeged, el grupo ecuménico de los pastores lanzó la idea de organizar algo que anuncie el cristianismo. El logo, escrito en cuatro colores, se inspiró en un Salmo así como todo el Festival: “El Señor me sacó a campo abierto” (Sal, 18). Lo soñamos y lo realizamos para ofrecerle un regalo a los habitantes de Szeged, mostrar que las iglesias cristianas están unidas y mostrar también los valores de estas comunidades». «Nuestra misión se dirige a la ciudad y no sólo a nuestras comunidades», afirma uno de los organizadores. «Nuestro rol era el de asegurar que todo funcionara bien, no tanto el de estar en primer plano», afirma Sándor Tari, otro de los organizadores. «Durante el Festival cada uno encontró el programa adecuado para su persona, tanto los jóvenes como los mayores», continúa diciendo la pastora. «Hubo momentos para los conciertos, mesas redondas, juegos lúdicos y stands de distintas organizaciones». «Los 60 stands estaban diseminados como casitas a lo largo de la avenida del parque, formando cuatro barrios de la ciudad en donde se mostraban a los visitantes las iniciativas en acción: un electricista que ofrecía un laboratorio para niños, un stand sanitario por el cual pasaron 700 personas, donantes de sangre, profesores universitarios que ofrecían alguna lección. Las parroquias y las comunidades eclesiales entretenían a los transeúntes con una gran variedad de iniciativas creativas».
Sándor Tari trabajó durante un año entero preparando la zona de los stands. «El objetivo era que estuviera presente cada sector de la ciudad: los agricultores, los obreros, la cultura, la salud…. La condición que se les pedía a los expositores era que estuvieran abiertos a la amistad con los organizadores y entre ellos. Participaron también la Policía y los Bomberos». Sándor cuenta que entre los proyectos consideran también la continuación de este acontecimiento y probablemente una iniciativa semejante se podrá repetir dentro de dos años. «Me gustó mucho el clima de familia, con tantos padres y niños» dijo un padre de familia. Pero también los jóvenes tenían a su disposición un amplio abanico de bandas que se alternaron en el palco, entre ellos el Gen Verde, Hillsong y otros grupos musicales húngaros. «Aquí hay un clima que no se encuentra todos los días y escuchándolos tocar se puede advertir la paz en el fondo del corazón», decía un joven. TV Duna entrevistó al obispo evangélico Péter Gáncs, y ante la pregunta sobre porqué había considerado importante su participación respondió: «Me gustó el título del Festival, Espacio Abierto. A veces tengo la impresión de que las iglesias tienen miedo a salir. Hace 25 años que cambió el régimen y vemos que las personas no entran fácilmente a la iglesia. Debemos salir nosotros. Es por esto que aprecio mucho el hecho de juntarnos de forma ecuménica para salir a las plazas, a las calles». Fuente: Új Város n.1/2016
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