Junto con el Shanti Ashram, movimiento hindú de inspiración gandhiana, Udisha lleva adelante y sostiene distintas actividades, entre éstas, la Piggy Bank, que tiene como lema: “Más se da, más se recibe”. «Comenzó en marzo de 2014. El proyecto se inspira en la “cultura del dar” – escribe Valentino Agri, uno de los coordinadores- según una definición muy amada por Chiara Lubich. Es el fuerte deseo de compartir con los niños y sus familias el descubrimiento del inmenso amor de Dios hacia cada uno de nosotros».
La iniciativa se preocupa de promover la importancia del ahorro para socorrer las necesidades de los más pobres. En la práctica se trata de una pequeña alcancía personal, llamada, justamente, Piggy Bank, donde cada niño puede poner sus propios ahorros. Al final, lo recaudado se subdivide en dos partes: una es para los niños que están por debajo del umbral de pobreza, la otra parte va para la familia del niño que es dueño de la Piggy Bank.
«Hace algunos meses tuvo lugar un encuentro interactivo sobre el problema de la pobreza con Mr. Vijay del Shanti Ashram–cuenta Valentino-, quien nos abrió un panorama sobre la situación de pobreza en la que se encuentran muchos niños de los pueblos de India, pertenecientes a un contexto distinto del de los de la ciudad. Se puso en evidencia que nuestros niños de Mumbay, aún si tienen dificultades de la vida cotidiana por vivir en barrios pobres, pueden considerarse afortunados por tener una familia, por asistir a la escuela y otras cosas más. En cambio, existen miles de menores que no tienen a nadie que se ocupe de ellos y a menudo no tienen comida, agua, ni pueden estudiar, ni recibir asistencia en un hospital. En cambio, Mr. Vijay explicó a los chicos que su propia contribución, aunque sea pequeña, puede marcar una diferencia para otros que no tienen nada. “Nuestro país será un lugar mejor para cada niño, si compartimos lo que podemos”, afirmó».
Los muchachos se esforzaron aún más por conservar sus ahorros en la Piggy Bank: «En la conmemoración del cumpleaños de Gandhi – escribe Valentino- abrimos las alcancías y vimos que habíamos recaudado casi 3000 rupias, equivalentes a 45 euro». En ese contexto y considerando que se trata de niños, ¡es una verdadera fortuna!
«Como de costumbre, cuando es mi cumpleaños, mi mamá me compra una torta. Esta vez le pedí que me diera el dinero correspondiente, y esto lo pude poner en mi alcancía. Me sentía feliz….», cuenta Alisha de 10 años.
«A veces mi madre me da plata para tomar la ‘bicitaxi’ para ir a la escuela, algunas veces fui a pie
«Es una pequeña gota en el mar, pero siempre es una gota – concluye Valentino-. Les aconsejamos que propongan esta iniciativa también en los ambientes de ustedes, ¡para que la gota se convierta en un rio!».
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