En el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud, el conjunto internacional Gen Rosso se presentó, el 13 de agosto, delante de más de 30.000 jóvenes que llegaron a España de todo el mundo para la preparación de la XXVI edición del gran evento juvenil en curso, junto a los jóvenes catalanes y de toda España. “La mayoría de los jóvenes que transcurrieron estos días de convivencia en Barcelona –escriben los músicos del Gen Rosso- provienen de Francia, Italia, Alemania, República Checa, Polonia, Bélgica…; pero también de Australia, Indonesia, Brasil, Canadá, Uganda, Siria…”. El cardenal de Barcelona, Luis Martínez Sistach acababa de lanzar un reto a los jóvenes: “Estar presentes en todas partes, amando a todas las personas sin distinción alguna, pero con un amor preferencial por los pobres”, ayudándolos a amar a Jesús según el ejemplo de María. «Amar a las personas sin hacer ningún tipo de distinción – dicen los del Gen Rosso- nos pareció el mejor boleto de entrada para nuestro concierto de la noche» Para el conjunto no son nuevas en las Jornadas mundiales de la Juventud, les preguntamos qué esperan de esta de Madrid: “Hoy muchos jóvenes reaccionan contra un sistema que no piensa como ellos; la JMJ es otra expresión de rebelión, pero no contra algo o alguien sino a favor de los valores evangélicos que Jesús nos dejó”.
Al regreso de una gira por Cuba, Jamaica, China y Marruecos… les pedimos que dieran una breve impresión: “Habría mucho que decir… ¡pero damos sólo un msj! Un denominador común que hemos encontrado, también aquí, es el constatar que un mundo unido es posible, que no es utopía. Hemos encontrado jóvenes, en estos países tan distintos, muy disponibles a compartir nuestros valores, a sumarse al ideal de la fraternidad universal”. El concierto que presentaron es nuevo: “Dimensión indeleble”. ¿De qué se trata y que querrían transmitir a los espectadores? «Como siempre, el Gen Rosso trata de donar su identidad mediante los conciertos. “Dimensión indeleble” tiene algo más: quiere transmitir los mil signos que han quedado en nuestra alma al entrar en contacto con tantísimos jóvenes de todo el mundo. Muchos de ellos han entrado a formar parte de nuestra vida y nosotros en la de ellos. Esta “dimensión” también llega al corazón del espectador». Un periódico catalán, el día después del concierto del 13, subrayó la internacionalidad del grupo, vivida en la fraternidad, como el elemento más necesario en estos tiempos para construir una sociedad cohesionada. “Nos dejaron el corazón lleno de gratitud a Dios –concluyen los ‘genrossinos’- por habernos donado este primer momento tan bello con los jóvenes de Barcelona. ¡Hemos encontrado una Iglesia joven y viva! Ahora nos espera Madrid”.
Aprender y crecer para superar los límites
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