Movimiento de los Focolares

La economía del don llama a las puertas de Europa

May 22, 2012

Los movimientos que forman “Juntos por Europa” plantean propuestas concretas de carácter económico: una moratoria para la publicidad dirigida a los niños y otra relativa a los juegos de azar, una Tobin Tax para las finanzas y leyes adecuadas para la economía social y civil.

120512_Bruxelles_Bruni_ridLa economía no podía estar ausente de “Juntos por Europa”. En efecto, en la prestigiosa sede del Parlamento Europeo de la plaza de Luxemburgo, en la sala dedicada a Alcide De Gasperi, padre y cofundador de lo que después se convertiría en la Unión Europea, se ha dado cita una multitud de expertos, políticos, empresarios, jóvenes y ciudadanos para debatir sobre el tema: “Economía: cuestión de dar”. No se trata de un tema menor, ya que las finanzas, debido al alocado curso que han tomado en la actualidad, han perdido la dirección del Bien Común.

Hendrik Opdebeeck, profesor de Filosofía y de Economía de la Universidad de Amberes y miembro del Centro de Etica, durante la apertura de los trabajos ha desglosado en siete puntos el concepto de responsabilidad: libertad, alteridad, encuentro con los otros, responsabilidad de las instituciones globales, justicia, límites de la economía de mercado y globalización.

Las recientes elecciones en Francia y Grecia, con sus distintas tensiones sociales, según el profesor, plantean una pregunta: ¿distribuir cuotas de renta según el mérito, de acuerdo con la visión del liberalismo o dar a cada uno su parte según su necesidad, de acuerdo con la lógica socialista? En la sociedad europea actual, existe el peligro de que los aspectos económicos, sociales, legales y financieros adquieran la forma de estructuras organizadas egocéntricas e irresponsables, tanto a nivel nacional como internacional y global. Desde este punto de vista, la Europa en crisis debe mirar en el futuro hacia otro paradigma importante: el de la responsabilidad.

Luigino Bruni, profesor de Economía de la Universidad Bicocca de Milán y del Instituto Universitario Sophia de Loppiano, ha ofrecido un análisis lúcido y sin concesiones a la crisis actual, así como una propuesta: la Economía de Comunión. Ha puesto de manifiesto que la economía, desde su nacimiento, encontró inspiración y fuerza en los carismas, en las comunidades monásticas que supieron crear laboratorios vivos de los que surgieron las primeras categorías y las primeras instituciones que dieron vida a la economía de mercado. «Es innegable que el humanismo, también el humanismo cristiano con su charitas y su charis, ha desempeñado un papel decisivo». Pero más que de un proceso a la economía, son las finanzas especulativas las que están en el banquillo de los acusados. Para Bruni es urgente «hacer algo» para que la acción pública de los carismas, hecha de reciprocidad, gratuidad-don y bien común, deje de ser marginal. ¿Cómo? Volviendo a sacar a la economía y a las finanzas a las plazas, porque «es demasiado arriesgado dejarlas en manos de los expertos». Recomenzar desde los pobres, relanzar la idea de un nuevo pacto social y confiar en que los cambios de época pueden ser también fruto de una minoría profética, como ya ha ocurrido otras veces. Finalmente, los jóvenes pueden dar nueva vida a la economía y a las finanzas.

De las propuestas se pasa a definir acciones puntuales que pueden realizarse a nivel europeo: una moratoria para la publicidad dirigida a los niños que no deben estar en manos de los buscadores de ganancias, otra moratoria para los juegos de azar, una Tobin Tax o algo parecido para que también las finanzas de alto riesgo especulativo paguen un justo precio y finalmente un fortalecimiento, mediante instrumentos legislativos adecuados, de la economía social y civil europea.

Ante la presencia del vice-presidente del Parlamento Europeo, el húngaro Laslo Surjan, responsable del diálogo con las Iglesias, se han explicitado algunas “buenas prácticas” económicas. Tres empresas, una belga y dos croatas han contado cómo traducen estos principios del don en un intercambio comercial, donde los “inversores”, socios y trabajadores, incluso manteniendo distintos roles, tienen un valor paritario. Jan De Volder,  miembro belga de la Comunidad de San Egidio, ha hablado de la “revolución de la gratuidad” y Claude Matz, de Acción por un Mundo Unido (AMU) de Luxemburgo, ha mostrado las acciones de desarrollo llevadas a cabo a lo largo de los años.

Steve Vanackere, vice primer ministro federal y ministro de economía de Bélgica, ha concluido los trabajos poniendo de manifiesto algunos puntos críticos de las propuestas para estimular un diálogo aún más estrecho con el actual sistema económico y desafió a la política a dar «no sólo respuestas, sino respuestas adecuadas». Dirigiéndose después al profesor Bruni, en relación con la importancia de las minorías proféticas, ha afirmado: «esta sala lo es».

por Paolo De Maina

publicado en Cittanuova.it el 13/05/2012

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