«He descubierto el Evangelio bajo una luz nueva.
He descubierto que no era una cristiana auténtica porque no lo vivía profundamente.
Ahora quiero hacer de este magnífico libro mi único objetivo. 
No quiero y no me puedo quedar analfabeta ante un mensaje tan extraordinario.
Como para mí es fácil aprender el alfabeto, así también debe ser vivir el Evangelio”.

(Chiara Luce Badano)
 
«¡Chiara Luce! ¡Cuánta luz se lee en tu rostro, cuánta luz en tus palabras, en tus cartas, en tu vida toda propensa a amar concretamente a tantos!…
La suya es una elección radical de Jesús crucificado y abandonado, elección de lo que hace daño y que, si no se ama, puede arrastrar el espíritu en una galería oscura.
Con Él ha vivido, con Él ha transformado su pasión en un canto nupcial «.

(Chiara Lubich)      

«El suyo es un testimonio significativo en especial para los jóvenes.
Basta considerar cómo vivió la enfermedad, ver el eco de su muerte.
No se podía dejar pasar por alto un ejemplo de este calibre.
Hay necesidad de santidad también hoy.
Hay necesidad de encontrar una orientación, una finalidad a la vida, de ayudar a los jóvenes a superar su inseguridad, su soledad, sus enigmas ante el fracaso, ante el dolor y la muerte.
Los discursos teóricos no los conquistan, es necesario el testimonio”.
«En los coloquios con ella notaba una madurez muy superior a la de los jóvenes de su edad.
Había captado lo esencial del cristianismo: Dios en el primer lugar.
Jesús, con quien tenía una relación espontánea, fraterna; María como ejemplo; la centralidad del amor; la responsabilidad de anunciar el Evangelio.
Todo esto, avalado por la experiencia del sufrimiento y de la muerte, no temida sino esperada, ha hecho su experiencia algo realmente singular».

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