Hemos recibido de la comunidad del Movimiento en Líbano un nuevo testimonio: un retazo del drama que vive la población cristiana y musulmana de ese pequeño país, y del compromiso de paz y solidaridad que vence el temor, el odio y la violencia.

Quien desee contribuir con ayudas en efectivo, puede enviarlas enseguida a la AMU (ver página al final)

El testimonio

Me encuentro en el automóvil. La circulación es muy lenta. Por doquier hay concentraciones alrededor de los supermercados, de los grandes negocios. La gente tiene una mirada apagada o de rebelión. Sola en el auto, vuelvo a ver aquello que creía haber olvidado.

Pegada a la radio que advierte del peligro que puede surgir de un segundo al otro, escucho nuevamente la música de Flash Information Radio Liban, aquella que escuchábamos en los momentos más difíciles y más graves de la larga guerra, aquella que se ha grabado para siempre nuestros oídos, aquella que siegue haciéndonos erizar la piel. «Aquí la redacción: las aldeas de Sur Kleya, Debl, Marjehyoun y tantas otras localidades están en una situación muy crítica. La gente se agolpa en las iglesias, en los salones de los municipios en una situación de extrema precariedad. Hacen un llamamiento para ser ayudados a evacuar enfermos, discapacitados, ancianos, heridos… No tienen víveres ni medicinas, están sin agua y sin electricidad. Es una emergencia humanitaria, la situación no se puede prolongar…».

Después de algunos segundos, otra vez, la misma música, la misma voz grave: «La periferia de Zahlé ha sufrido un intenso bombardeo, la central eléctrica fue dañada…. hacemos un llamado a todas las personas: no circulen si no en caso de extrema necesidad».

Suena el celular (móvil): es una amiga que vive en Achrafieh, Beirut. Me pide que la ayude a encontrar un rincón seguro para su madre…

Sí, la guerra esta vez presenta un nuevo peligro: aniquilar un país, un pueblo… La batalla se combate destruyendo los puentes, las calles, todas las infraestructuras públicas y privadas. Todas las regiones están en el objetivo. Ninguna se salva: el sur, la Békaa, el norte, la costa, Beirut. El peligro está en todas partes. La gente está extenuada. Nos han hecho entender que el final no será mañana.

Pero… 
… en este infierno y en este estado de desolación general, hay siempre un rayo le luz, de nuevas energías, para dar esperanza, para motivar y animar…

Como sucede en la IRAP (Escuela de Rehabilitación para sordomudos): la gente llena completamente el salón, los pasillos, las aulas se transforman en campamentos.

Tratamos de establecer contactos para coordinar las ayudas con las instituciones sociales. Rollos de papel higiénico, cobijas (mantas), stock de víveres, medicinas para los pequeños víctimas de violentas diarreas están en camino hacia un centro de acogida en Bourg Hammoud. Colchones, vestidos llegan desde los mismos libaneses para sostener a las familias con niños pequeños.
 
Intentamos ponernos en contacto con nuestros amigos del sur, aislados sin ninguna ayuda. Pero muchas veces las líneas telefónicas han sido destruidas.

La voluntad de vivir y de hacer vivir no se apaga. También si las posibilidades son limitadas.

Cristianos, Musulmanes, Chiítas y Sunitas, todos corren la misma suerte, y están unidos debido a la violencia que indistintamente se desencadena sobre ellos, están unidos porque son libaneses, porque aman su tierra, porque son fieles a sus raíces.

Es este espíritu de solidaridad que mantenemos vivo. La paz, por la que nos hemos movilizado, sostenidos por la oración, debemos construirla en nosotros a cada momento y recomenzar, recomenzar. Para vencer los sentimientos de temor, odio y violencia que quisieran abatirnos.

Un grupo de jóvenes ha dejado nuestro Centro para ayudar otros. Una de ellas decía: «Aquí hemos vivido ‘momentos de cielo'». Le respondí: «Que cada uno de ustedes lleve el cielo allí donde va».

Es éste el bien más grande que tratamos de donar a quien está a nuestro alrededor. Tenemos necesidad de todo. Muchos han perdido lo que tenían. Pero sobre todo tenemos necesidad de amistad, de solidaridad, de oración.

El ‘País de los cedros’ renacerá una vez más, ¡vivirá! La esperanza de Claudel y la fe de los grandes santos está viva en nosotros. Nuestra señora de Harissa vela sobre este pequeño país, jardín de Dios «pedazo de cielo en la tierra», que cada uno quisiera poseer, como repite el cantor de Líbano.

Nosotros lanzamos un llamamiento a todos nuestros amigos, a los organismos que ya han colaborado con nosotros: pongan en movimiento una cadena de oración, una cadena de ayuda. Movilicen la opinión pública a favor de la soberanía de Líbano. ¡Cada gesto de solidaridad será bienvenido!

Del equipo de la IRAP: Janine y Mona

Como ayudar:
Asociación «Acción por un Mundo Unido»

Ong – Via Frascati, 342 – 00040 Rocca di Papa (Roma) – Italia
c/c bancaria n. 640053 en Sanpaolo IMI, Agencia de Grottaferrata (Roma) ABI 01025 CAB 39140 CIN M
Coord. Bancarias internacionales para depósitos desde el extranjero:
IBAN IT16 M010 2539 1401 0000 0640 053 BIC IBSPITTM – Causa: » Emergencia Líbano «
En Italia se puede usar también la cuenta corriente postal 81065005,  siempre a nombre de AMU, indicando la dirección de la ONG y la causa.
La Asociación «Acción por un Mundo Unido» (AMU) es una organización no gubernamental (ONG) que se inspira en la espiritualidad de la unidad del Movimiento de los Focolares y se propone favorecer la fraternidad entre los pueblos, promoviendo proyectos de cooperación para el desarrollo, en el respeto de las realidades sociales, culturales y económicas de las poblaciones.

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