«…Este mundo rico se ha “acaparado” la Navidad y todo su contorno, y ¡ha desalojado a Jesús! De la Navidad ama la poesía, el ambiente, la amistad que suscita, los regalos que sugiere, las luces, las estrellas, los cantos. Apunta a la Navidad porque es la mayor ganancia del año. Pero no piensa en Jesús ».

A partir de estas palabras de Chiara Lubich, de la meditación “Han desalojado a Jesús”, ha nacido una singular iniciativa, promovida por los más pequeños del Movimiento de los Focolares: los y las gen 4. Todas las Navidades, desde 1996, desafiando el frío del invierno y del consumismo desenfrenado, ofrecen el Niño Jesús en las plazas principales, en los centros comerciales de las grandes ciudades.
Este año para la acción “Han desalojado a Jesús” fueron a la conquista del Central Park de Nueva York, en Roma fueron a la Piazza del Popolo, a la centralísima Avenida Po en Turín…
Del Centro Gen 4 mundial han salido más de 8.000 cestitas, destinadas a ser la cuna del pequeño Jesús que encontrará una casa de España a Japón, de África a Suecia.

He aquí algunos flash de varias partes del mundo:

Turín – Llevar tantos Niños Jesús
Habiendo escuchado en las noticias que algunas cadenas de supermercados habían eliminado de sus ventas los pesebres porque eran “poco comerciables”, Margherita, una niña de Turín, exclamó: «Este año debemos llevar tantos, tantos Niños Jesús!».

Alemania – Y regresa con dos sobres
Las y los gen 4 de Alemania tiene un puesto en un mercadito navideño. Un hombre se acerca y toma una imagencita del Niño Jesús, lo mira… pero después se aleja sin llevar nada. Los gen 4 deciden regalárselo. Rápidamente lo alcanzan: «¡Te queremos regalar esto!». Sus ojos se iluminan. Cuenta que perdió el trabajo y que por ello no tiene dinero para llevar la imagencita, después les saluda y va a casa. Más tarde regresa con dos sobres. También él quiere regalar algo a los gen 4. En el primer sobre encuentran una oración que copió para ellos, y en el segundo, una carta que dice: «¡Hola queridísimos niños! Quiero agradecerles por el más grande don que exista. No lo olvidaré nunca. ¡Me han dado una gran sorpresa! Les deseo a todos una feliz Navidad y lindos regalos!”.

Dallas (Texas) – Ni siquiera el tiempo de detenerse
Delante de un alto rascacielos lleno de edificios, las y los gen 4 de Dallas logran obtener, por primera vez, el permiso de ofrecer el Niño Jesús. Pero no es fácil: las personas pasan de prisa, murmurando: «No, thank you!» o preguntan: «¿Qué son? ¿Galletas?».
«¿Cómo es posible que ninguna de estas personas tenga el tiempo para detenerse y llevar a Jesús a casa?», se preguntan desilusionados los gen 4. Y piden a Jesús que los ayude a hacer llegar a todos su amor: no importa que no llegue el dinero para los pobres, saben que están allí para llevarlo a Él al mundo. No se dan por vencidos: preparan carteles coloridos que muestran a las personas, ofreciendo el Niño Jesús y cantando canciones navideñas.
Ahora las personas se detienen y llevan el Niño Jesús. Una señora que quería llevarse una imagencita se da cuenta de que dejó en casa la billetera. Sin dudarlo, los gen 4 enseguida se lo regalan, y ella se va conmovida y felicísima. También los gen 4 se sienten felices: una vez más Jesús ha encontrado una casa. Al momento de contar el dinero, se recuerdan que le tienen que dar el 10% a la empresa frente a la cual ofrecieron el Niño Jesús. Van todos juntos a la oficina del director que, impresionado, no quiere nada: también él quiere dar su aporte para que a través de los gen 4 llegue una ayuda a quien tiene necesidad.

Trento – Están invitados a mi casa
Silvia y Mónica se ponen a fabricar Niños Jesús de yeso: ¡por qué no invitar también a sus amigos? Silvia prepara las invitaciones: “El sábado en la tarde están todos invitados a mi casa para hacer Niños Jesús” y al día siguiente las distribuye a todos sus compañeros. ¡El sábado son 10 los que trabajan! Antes de empezar, Silvia y Mónica les hacen ver un vídeo donde los gen 4 explican cómo nació la iniciativa “Han desalojado a Jesús”. Ninguno quisiera regresar a casa, se dejan con la promesa de volverse a encontrar pronto.

Pisa – ¡Un acto de amor también lo puedo hacer yo!
Un distinguido señor, encontrándose delante de Lorenzo quien le ofrece el pequeño Jesús, responde: «No me interesa, yo soy ateo». Y Lorenzo: «Yo soy un gen 4. ¿Qué quiere decir ateo?». «¿Qué quiere decir gen 4?» replica el señor. «Los gen 4 son aquellos que hacen actos de amor». «Aunque yo no crea, ¡un acto de amor lo puedo hacer también yo!», concluye el señor, y se lleva el Niño Jesús dejando una cuantiosa ofrenda.

(Otros episodios se han recogido en el libro “Han desalojado a Jesús”, Città Nuova 2005)

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