Cuando un emigrante se traslada a un país lejano,
Ciertamente, se adapta al ambiente,
Pero, a menudo, lleva consigo sus propias usanzas y costumbres.

Así, cuando el Verbo de Dios se hizo hombre,
se adaptó al modo de vivir del mundo,
y fue niño, hijo ejemplar y hombre trabajador,
pero trajo consigo el modo de vivir de su patria celestial;
y quiso que los hombres y las cosas
se recompusieran según la ley del Cielo:
el Amor.

Chiara Lubich

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