El domingo 23 de mayo tuvo lugar la tercera fase de las elecciones municipales, en Líbano. Un momento importante para la estabilidad política y social de la nación, también se han comprometido con el trabajo a favor del bien común algunos miembros del Movimiento de los Focolares, en varios lugar del país. Trece de ellos han sido elegidos.

El compromiso en llevar el carisma de la unidad también a la política siempre formó parte de la historia del Movimiento de los Focolares, sobre todo por la presencia –al lado de Chiara Lubich – de un parlamentario italiano, Igino Giordani.

El 2 de mayo de 1966 nace, el “Movimiento político por la unidad”, al que adhieren políticos, parlamentarios, alcaldes y administradores locales, de todo el mundo.  Aún formando parte de partidos distintos, se reconocen en un fin común: hacer de la fraternidad universal una categoría fundamental de la política, traducirla en hechos, en derechos y deberes, dar espesor a la participación política, revisando bajo esta luz las estructuras institucionales e internacionales.

También en Líbano, los miembros de los Focolares han vivido las etapas de preparación a las elecciones como una “ocasión –escriben- para establecer relaciones sinceras y desinteresadas con gente de todos los partidos políticos”. Lo que los ha empujado a lanzarse en la contienda electoral ha sido “el deseo de comprometerse a favor de sus ciudades o pueblos y llevar sobre todo un estilo nuevo de relación en el propio municipio”. Salieron electos un alcalde, un vice alcalde y varios miembros en distintas juntas comunales, todos comprometidos a “poner en primer lugar el bien común y a ayudarse recíprocamente a ser fieles a esta finalidad; hoy tenemos una posibilidad más para actuar la Exhortación Apostólica de Juan Pablo II”.

De hecho, en 1997, Juan Pablo II hizo un viaje inolvidable a ese país, y hablando a los jóvenes en la Basílica de Nuestra Señora de Líbano en Harissa, les lanzó un reto: “Es tarea de ustedes –dijo-construir puentes entre las personas, entre las familias y entre las distintas comunidades. En la vida cotidiana, les auguro que tengan gestos de reconciliación, para pasar de la desconfianza a la confianza!  Es tarea de ustedes también hacer que cada libanés, en especial cada joven, pueda participar de la vida social, en la casa común. Así nacerá una nueva fraternidad si se entrelazan relaciones sólidas, porque para la construcción de Líbano el arma principal y determinante es el amor”.

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