Umbria, Veneto y Sicilia son las regiones que acogen los proyectos premiados por la segunda edición del premio Chiara Lubich por la Fraternidad. Mirada que se extiende al mundo con el premio internacional a la ciudad de Catamarca, y a la lucha contra la criminalidad con una mención especial para la Municipalidad de Pollica.

La entrega de los premios a tres territorios italianos tuvo lugar ante la presencia de autoridades civiles y religiosas, numerosos alcaldes y la ciudadanía. Fueron premiadas la Municipalidad de Massa Martana, junto a las Municipalidades de Deruta, Montefalco y Spoleto, por el proyecto Ciudades en red en tierra Umbra; la Municipalidad de Marsala, por un proyecto de desarrollo de redes entre los ciudadanos, y el tercer lugar  fue para el proyecto de tres Municipalidades de Berice Vicentino, Castegnero, Longare y Nanto, por una nueva asociación que desarrolla formas de intervención ante emergencias ambientales y de pobreza.

Incisiva la intervención de Daniela Ropelato, docente de Ciencias Sociales del Instituto Sophia y representante del Mppu internacional, sobre “Participación, ciudad, fraternidad”. Temas de gran actualidad y de difícil actuación. Señaló con pasión algunos puntos: escucha de las instancias de los jóvenes; equilibrio entre derechos individuales y bien común; administración participativa del territorio; responsabilidad de los políticos y de los ciudadanos.

En la edición precedente fue premiada la ciudad anfitriona, Ascoli, por el participativo proyecto “Amo a mi ciudad”. Y fue precisamente la sala conciliar medieval del Palacio Municipal la que acogió la segunda asamblea anual de la asociación Ciudades por la Fraternidad, promotora de la iniciativa. La Asociación, ideada en el 2008, reúne unas setenta municipalidades de Italia que se inspiran en la categoría de la fraternidad para la acción política.

Las novedades de este año: la entrega de un premio especial al Municipio de Pollica, en respetoso homenaje a Angelo Vassallo, su “alcalde mártir, que dio la vida por su gente”, y un premio internacional a la ciudad de Catamarca (Argentina), por su compromiso en el campo educativo en los estratos menos favorecidos de la sociedad, mediante proyectos de apoyo escolar esparcidos en su territorio. La asamblea de la Asociación Ciudades por la Fraternidad, además, promovió la idea de “regionalizar” su actividad, con encuentros periódicos de las ciudades involucradas de una misma región, con el objetivo de coordinar y hacer más eficaz su actividad en el territorio.

De Ascoli a Catamarca, o de los Apeninos a los Andes, dado que la ciudad del travertino se encuentra rodeada de las Montañas Apeninas y Catamarca surge a los pies de los Andes  del noroeste argentino. Todas ciudades unidas por un hilo ideal, el de los valores de la fraternidad propuestos por Chiara Lubich para la actividad política, “el amor de los amores”, como le gustaba definirla.

El premio internacional ha sido una clara señal de apertura al mundo, con la convicción de  los Municipios asociados, que –después de haber actuado con eficacia en respuesta a las necesidades del propio territorio- “una ciudad no basta”, retomando así una vez más el ideal de Chiara Lubich abierto a la fraternidad universal.

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