Nace en Tívoli, en 1894, en una familia de origen humilde, profundamente católica, que no puede asegurarle estudios regulares, y lo encamina hacia el trabajo manual. Pero el pequeño Igino se hace notar por su inteligencia, y el hombre rico para quien trabaja, conmovido por su perspicacia, le paga los estudios en el Seminario, donde Igino no estudia para ser sacerdote sino para ser uno de los más brillantes graduados de su tiempo.

Al finalizar la escuela, estalla la Primera Guerra Mundial, e Igino la transcurre en la trinchera. No dispara ni siquiera un tiro contra el enemigo, porque el cristianismo prohíbe matar, y por esta elección valiente sale gravemente herido. Estando en el hospital militar se gradúa en Letras y en Filosofía.

En 1920 se casa con Mya y tiene 4 hijos, empieza a trabajar por el recién nacido partido político cristiano, fundado por Luigi Sturzo. El régimen fascista destruye las libertades y los derechos, y también Igino es perseguido. De este período son famosos algunos de sus escritos donde denuncia la violencia fascista.

Después de un período en los Estados Unidos, regresa a Italia y se convierte en director de una parte de la Biblioteca Vaticana. Desde allí dirige también la revista Fides, muy difundida en ambientes católicos de todo el mundo. Se encuentra entre quienes preparan el renacimiento del partido católico después del fascismo, la Democracia Cristiana, y es elegido para el Parlamento en las primeras elecciones después del final de la Segunda Guerra Mundial.

1948 es un año decisivo para su vida: tiene 54 años, es un hombre afirmado en campo político y cultural, encuentra a Chiara Lubich, una señorita de 28 años en quien él reconoce una inspiración espiritual extraordinaria. Adhiere plenamente al Movimiento de los Focolares y junto a Chiara ocupa un papel muy importante en la construcción del Movimiento y la profundización espiritual de la doctrina, hasta el punto de ser considerado por Chiara como un co-fundador.

En especial, la relación de unidad espiritual con la fundadora es la base de un intenso período místico de Chiara conocido como “Paraíso ’49″. Es decisiva la visibilidad de su perfil humano que ante los ojos de Chiara se traduce en la confirmación de que el ideal de la unidad está hecho para todos, es un don para la humanidad entera. En especial, Igino es el primer focolarino casado del Movimiento de los Focolares.

Por algunas de sus valientes elecciones políticas presentadas en el Parlamento (el pacifismo y la unidad a pesar de las diferencias ideológicas, sobre todo), es considerado un democristiano demasiado fuera de los esquemas, y por este motivo no es reelegido. Es el momento para dedicarse más al Movimiento de los Focolares, para intervenir en el debate en la Iglesia presentando tesis que serán consideradas en el Concilio Vaticano II (sobre todo por lo que respecta a la misión de los laicos). Se convierte en el director de la recién nacida revista Cittá Nuova (Ciudad Nueva) en 1959, a partir de 1961 se le confía la guía del Centro Uno, organismo del Movimiento de los Focolares que se ocupa del ecumenismo. En 1965 es nombrado presidente del Instituto Internacional Mystici corporis de Loppiano. Después de la muerte de su esposa y con el consenso de sus hijos, vive los últimos siete años de su vida en un “focolar”. Deja este tierra el 18 de abirl de 1980. Actualmente está en curso su causa de canonización.

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