Una semana intensa, con la conciencia de haber vivido, juntos, una fuerte experiencia espiritual en plena comunión con la comunidad local de los Focolares, que ha renovado su compromiso de construir puentes de diálogo con todos en el espíritu de la fraternidad universal, mediante su presencia en esta tierra, en cuya edificación todo el Movimiento está comprometido.

25 de febrero – Después de la visita a la Montaña de las Bienaventuranzas y al Tabor, una etapa en Nazaret.El Consejo General fue recibido por una numerosa representación de la comunidad de los Focolares de Haifa, Jerusalén y Belén. En la Basílica, ante la Gruta de la Anunciación, el Card. Miloslav Vlk, obispo emérito de Praga, Mons. Giacinto Marcuzzo, obispo auxiliar del patriarca latino de Galilea, junto con los 17 sacerdotes del Consejo General y dos sacerdotes del patriarcado, concelebraron la misa en un clima solemne y sencillo al mismo tiempo. Mons. Marcuzzo, en el curso de la homilía, recordó que, con ocasión de la visita de Benedicto XVI en el 2009, la pancarta de bienvenida al Papa tenía un título significativo: Bienvenido a Nazaret donde todo volvió a empezar. El Sí de María –subrayó- fue el primer paso de este nuevo inicio de la historia de la humanidad. En la conclusión María Voce, agradeciendo a todos, obispos y comunidad de los Focolares, renovó el compromiso que todo el Movimiento, así como Chiara quiso fijar en los Estatutos, ¡reviva a María para ser una presencia suya en el mundo!

26 y 27 de febrero – Dos días en Jerusalén. El sábado en la mañana, una cita en el Kottel, el muro occidental, conocido como el Muro de las Lamentaciones, muy frecuentado debido al Shabbat, que permitió dar una explicación sobre varios aspectos del Hebraísmo y sobre el significado del Shabbat. Después el grupo se dirigió a pie al terreno que se encuentra al lado de la escalera romana que une el Valle de Cedrón a la zona donde se encontraba el templo. Se trata del lugar donde, según la tradición, Jesús rezó al Padre por la unidad de todos los hombres.

Chiara Lubich, ya en 1956, con ocasión de su única visita a Tierra Santa, había expresado el deseo de que algún día pudiese haber un focolar en las cercanías de la escalera. Los dirigentes locales del Movimiento de los Focolares explicaron el desarrollo que ha tenido la adquisición de un terreno precisamente al lado de la escalera y los pasos que se están dando para obtener los varios permisos para poderlo transformar, en tanto, en un jardín-parque apropiado para momentos de reflexión y de encuentro. Después de haber leído le pasaje del Evangelio de Juan con la oración sacerdotal y lo que Lubich escribió en 1956, una foto de grupo en la escalera sello un momento de fuerte intensidad espiritual.

Domingo 27, jornada conclusiva con la misa celebrada en la pequeña Gruta de los Apóstoles por el Card. Vlk y Mons. Antonio Franco, Delegado Apostólico de Tierra Santa, quien dirigió a los presentes una meditación sobre el significado de la visita de María Voce y del Consejo General a Tierra Santa a la luz de la espiritualidad de comunión de Chiara Lubich.

Al concluir la visita a los lugares de la pasión y muerte de Cristo, tuvo lugar una recepción en el Centro de Notre Dame que reunió junto a la Presidente, al Co-presidente y a todo el Consejo, a 150 miembros de Movimientos Eclesiales, personalidades de las varias Iglesias presentes en Jerusalén, hebreos y musulmanes cercanos al Movimiento. María Voce presentó a los miembros del Consejo, y agradeció por todo lo que hicieron por esta visita y por las actividades que la acompañaron. Aseguró que llevaba en su corazón los momentos vividos y las personas y que estaba segura que permanecería en el corazón de cuantos había encontrado en Tierra Santa.

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