“Redescubrir los designios de Dios hoy” ha sido el tema conductor de los tres congresos internacionales de los Obispos amigos del Movimiento de los Focolares en el mes de mayo y junio. El deseo de vivir la comunión fraterna entre los obispos y la profundización en la espiritualidad y en la vida de comunión ha sido el argumento central que se puso en evidencia, con características y matices diferentes en cada país.

En Nairobi, en la ciudadela de testimonio de los Focolares de Kenia, llamada tambiénMariápolis Piero”, del 23 al 27 de mayo, se reunieron dieciséis Obispos católicos, provenientes de Sudáfrica, Angola, Tanzania, Uganda, Burundi y Kenia. Fueron varios los momentos de intercambio de experiencias, algunas personales y otras pastorales, con una mirada a algunos de los desafíos que el continente africano está afrontando. Para saber más cobre el congreso keniata lee: Nairobi: congreso de obispos amigos de los Focolares.

En Moramanga, Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo, del 31 de mayo al 3 de junio, se realizó una muy participativa la cita con nove Obispos venidos de todas partes de la Isla. Entre ellos Mons. Antonio Scopeletti, quien llegó al lugar siendo un joven misionero y que desde hace muchos años es obispo de Ambatondrazaka y promotor de la comunión entre los obispos, con sacerdotes y laicos, pero también había varios obispos originarios de Madagascar, como Mons. Michel Malo (Arzobispo de Antsirananaa) y el Nuncio Apostólico Mons. Eugene Martin Nugent.

La última cita fue en Camerún: empezó en Bamenda el 7 de junio y se concluyó el 11 de junio en la ciudadela de Fontem. Fueron a acoger a los obispos el prefecto y dos “Chiefs” (jefes) de la tribu de los Bangwa, quienes expresaron su alegría de recibir a los ilustres visitantes en una tierra que es testimonio de la “nueva evangelización”, encaminada a partir de la experiencia de unidad entre su pueblo y los Focolares. A través de la visita al hospital, al colegio y a la carpintería los obispos pudieron darse cuenta de la vida evangélica de cada día, apreciando sobre todo “el amor con el que se llevan adelante todas las actividades”.

Está vivo en ellos es recuerdo de Mons. Paul Verdzekov, fallecido el año pasado, quien durante su vida dio un fuerte testimonio, con raíces en la espiritualidad focolarina. “Ha sido un padre para todos nosotros” comentaba Mons. Ntep, obispo de Edéa (Camerún). En la catedral, después de haber visitado su tumba, celebraron la Santa Misa con la participación de muchos cristianos para quienes su memoria está siempre presente. Los obispos aprovecharon estos días para profundizar en temas de gran interés para ellos: los efectos de la Economía de comunión en África, la Formación de los Formadores, la Exhortación Apostólica “Verbum Domini”.

Fue también importante el tema de la Inculturación. Al respecto, Mons. Ntalou, obispo de Garoua (Camerún) dijo: “Así como es necesario hacer el esfuerzo para conocer las ‘semillas del Verbo’ en nuestras culturas, de igual forma tenemos que esforzarnos en conocer la luz del Evangelio, porque es en Jesús y sólo en Él donde encontramos la plenitud de la salvación”.

En el saludo final Mons. Bushu, obispo de Buéa (Camerún) pareció expresar el pensamiento de todos: “Agradezco a Dios por esta semana, por haber vivido ante Su presencia…”.

“La santidad es un don, no una actividad”- concluyó el cardenal, subrayando como todo es don de Dios: “Nuestra identidad es vivir en armonía con el don recibido”.

En los tres Congresos el ápice fue el “Pacto del amor recíproco”, realizado entre los obispos presentes durante la concelebración eucarística.

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