Esta invitación lanzada por Jóvenes por un Mundo Unido (JMU) de Japón, el domingo 9 de octubre en Tokio, durante el concierto “The Power of Smile” (la fuerza de la sonrisa), para recordar el grave tsunami que ha golpeado las costas del norte del país.

«La idea del concierto – cuentan – nos vino al constatar cuanto el sisma ha movilizado y asustado a la gente. Con “The Power of Smile”, hemos querido donar a nuestros amigos un momento de serenidad que después pudieran llevar a todos».

El mensaje lanzado a los 170 participantes y resumido en el estribillo de la canción conclusiva decía “Con la potencia de mi sonrisa quiero creer en la posibilidad de amar este país”.

«En estos meses –continúan- muchos grupos de JMU del mundo se han prodigado en mil modos para hacernos llegar su solidaridad y estas acciones nos han animado a hacer nosotros mismos algo concreto. Apenas, se verificó el desastre, el 11 de marzo, hemos organizado una recogida de fondos en el metro de Tokio, algo inusual para nuestra cultura, pero que ha despertado un fuerte espíritu de solidaridad y altruismo en muchos viajeros. Sucesivamente, algunos de nosotros estuvimos en el distrito de Fukushima durante algunos días, calentando a los refugiados con una taza de café y nuestra escucha».

Al final, con un unos cuatro grupos que se alternaban en el palco, el esperado concierto. «Antes de iniciar nos reunimos en un círculo y nos prometimos que aunque sintiéramos que nuestra organización había dejado muchos “agujeros”, aquello que deseábamos quedase en todos fuera la luz de nuestra unidad. Poco a poco, mientras el espectáculo iba adelante –recuerda uno de los presentadores- ¡veía las caras ante mí cambiar!»

Muy distinto de los conciertos tradicionales, lo que los Jóvenes por un Mundo Unido de Tokio habían preparado fue un café-concierto, con los grupos sobre el palco que interactuaban continuamente con el público y la posibilidad para todos de poder relajarse, encontrarse y conocerse ante una taza de café y un trozo de tarta.

Al final del concierto, algunos de los participantes escribían: “Quería ir a hacer voluntariado a Fukushima, pero no pude. ¡Qué alegría haber descubierto que donando mi sonrisa a todos puedo hacer algo concreto para serenar nuestra sociedad!”, “¡No me esperaba tantas sonrisas!, ¡me han llenado de amor!”, “¡Dar una sonrisa es una potencia que vence todo!”; “¡También tú, también yo… todos juntos creamos la posibilidad de amar este país!”.

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