En estos momentos de dolor y desánimo, queremos asegurar nuestra sentida cercanía a los familiares y a cuantos han experimentado durante estos años la amistad de Marisa y su cálida  acogida hacia todos.

Marisa Baù, nacida el 12 de mayo de 1963 en Asiago (Vicenza/Italia), penúltima de ocho hermanos, se había quedado huérfana de madre a la edad de 15 años y se había dedicado a cuidar de sus hermanos que todavía vivían en casa. Trabajadora y creativa, después de dos años trabajando en una fábrica, inició, junto con dos ex – compañeras, un pequeño taller de confección.

Conoció la espiritualidad del Movimiento de los focolares en 1980, adhiriendo con prontitud y generosidad. Sintiendo al vocación a consagrarse a Dios como focolarina, dejó su familia en el ’91 para ir primero al focolar de Padua, donde concluyó sus estudios de contabilidad, y en el ’92, a la ciudadela internacional de  Loppiano (Florencia/Italia), manteniendo siempre una estrecha relación con todos sus familiares.

Después del periodo de formación Marisa fue al Centro de Montet (Broye), en Suiza, donde trabajó en el taller de confección para niños, del cual desde el ’94 era la responsable del sector de producción. En 1998, por sus cualidades humanas y espirituales, asumió un encargo como formadora en dicho Centro.

Con una personalidad creativa y tenaz, Marisa ha sido estimada por parte de todos por la cualidad de sus relaciones, su sentido de responsabilidad y su altruismo.

Durante estos años Marisa ha conocido y amado a muchísimas personas, lo demuestra la lluvia de mensajes que han llegado desde todo el mundo a través de las redes sociales: “Se ha ido también ella que ha dado tanto a los demás y ¡continuará dándolo desde Allá arriba!”, “Mucha tristeza… solo nos queda rezar por ella, por su familia y por todos los de Montet… ¡he conocido a Marisa, y me queda su sonrisa!”, “¡Para mi, Marisa es muy especial. Hace parte de mi historia!”

La madre de una focolarinaescrib e: “He seguido con inquietud todos los acontecimientos ensimismándome con la familia de Marisa… No dejaré de rezar por ella y por todas las focolarinas del mundo”. Y una persona que ha trabajado con ella: “Estoy con vosotros en este dolor, pido especialmente por la familia, os estoy cerca. He trabajado durante tres años con ella en Montet y doy gracias a Dios por cada minuto pasado juntas”.

Queremos recordarla como «Una persona maravillosa – son las palabras de Marithé Vuigner, co-responsable del Centro de Montet –, siempre dispuesta a acoger a los demás. Una persona con la que siempre se podía contar, agradable y fina. Muy unida a su bella y numerosa familia».

Para mayor información: https://www.focolare.org/area-press-focus/es/news/2012/02/01/marisa-bau-1963-2011/

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