“Esta es Colombia, mi pueblo: negro, mestizo, indio, el que te da la mano, esperanza del pueblo Americano”, con las notas de esta canción tradicional un grupo festivo de jóvenes, niños y adultos acompañado de bombo y guitarra recibe a Giancarlo Faletti, copresidente del Movimiento de los focolares.

Es la primera vez, desde que el Movimiento está presente en Colombia, que reciben la visita del copresidente, mientras que María Voce se encuentra en otro país de América Latina, en Guatemala. “Pero la sentimos muy presente –dicen-, y recibiendo a Giancarlo nos parece que recibimos también a ella”.

Son las 20:30 cuando las puertas automáticas del aeropuerto “El Dorado” de Bogotá se abren para dejar pasar al copresidente y la comitiva que lo acompaña. Es un momento de gran fiesta y emoción para los miembros de la comunidad de los Focolares de Colombia, pero también para la gran cantidad de personas que viajaron para esta ocasión desde Costa Rica, Panamá, Venezuela, Perú y Ecuador.

Un sonoro aplauso acompañado del grito al unísono y en italiano “Benvenuto”, suena en el aeropuerto llamando la atención de los ocasionales pasajeros curiosos de tanta efusión colectiva.

La alegría aumenta cuando Giancarlo Faletti se pone la “ruana” blanca –vestimenta típica colombiana- que lo ayudará a cubrirse del frío de Bogotá.

Es el primer y breve saludo, que anuncia días importantes plenos de alegría.

“Giancarlo nos saludó con una gran sonrisa” – cuenta uno de los presentes, mientras lo acompañan hacia la casa que lo alojará en estos días.

“Nos dejó en un maravilloso clima de amor y unidad” – cuenta otro del grupo de los anfitriones. Una atmósfera de alegría profunda que quedará durante toda su estadía en la tierra colombiana.

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