20120406-giovani-img_3175 Tan explosivos como recogidos. Tan vivaces como profundos. En el palco seis jóvenes cantan derramando alegría y ritmo. Vienen del Ecuador y del Perú, Venezuela y Costa Rica, Panamá y Colombia representando a sus coetáneos comprometidos en el Movimiento de los focolares. Son casi 200 en la sala del Centro Mariápolis de Tocancipá, cerca de Bogotá. Pueden por lo tanto decir, dando comienzo al encuentro: “Buenas tardes, Latino América! Queremos que sea un anticipo del Genfest!”

Parece contradictoria una propuesta de este tipo un Viernes santo. Y en efecto no tienen ninguna intención de bromear. Abrieron la tarde con la liturgia del Triduo, vivida en recogimiento y escuchando la Pasión de Jesús. Ningún salto, por lo tanto, se advirtió, cuando, concluyendo la liturgia, empezaron a contar de sus iniciativas sociales en las que trabajan para aliviar los dolores, la pobreza y la marginación de su gente. Pero sin olvidar el sufrimiento de los millones de hambrientos del Africa.

20120406-giovani-dsc_0263Los relatos manifiestan el compromiso y el coraje de comunicar el espíritu del carisma a todos y en los distintos ambientes, sin ningún tipo de proselitismo pero sin ser timorato, como la fundadora Chiara Lubich propone que se realice en un video que siguen con gran silencio. Giancarlo Faletti, copresidente de los Focolares, lo constata: “Ustedes son la palabra viva de Chiara y le permiten gritar su mensaje aún más fuerte. Se ve que Dios es el protagonista de vuestra vida personal y comunitaria, por lo cual digo que el Genfest ha comenzado hoy”. Se desata un júbilo general.

El Genfest se realizará a fines de agosto en Budapest. Faletti, conquistado por los jóvenes ha lanzado anticipadamente el evento. Podría parece audaz, incluso por sus respuestas. Pero los hechos le dieron la razón. Lo que sucedió luego fue mucho más que un tímido anticipo.

20120406-giovani-dsc_0251La parte fuerte del programa fue el diálogo a distancia con la presidente María Voce. La conexión por Internet funciona enseguida y ya se ve María Voce en la pantalla. Los jóvenes le habían enviado una serie de preguntas, agrupadas por temas. Ella entra enseguida en los argumentos y con su acostumbrada claridad, responde. Las cabezas aprueban respuesta tras respuesta, es mucha la fe que la presidente deposita en ellos.

Después de una media hora abundante, María Voce cierra su intervención. Misión cumplida. No hubo canciones ni pausas. Quedan los saludos finales. Ella pregunta si hay alguna pregunta que surja en ese momento. Es el Genfest que empieza.

La distancia se anula, en espacio y tiempo. La presidente está presente en plena sintonía. Uno tras otro van pasando al micrófono, rostros imberbes o con barba descuidada que sacan sus temas, la marginación y la pereza, la felicidad y el miedo al dolor, la muerte y la rabia por las injusticias. Manifiestan su perplejidad en acontecimientos propios, emblemáticos de su generación.

Estos jóvenes son exigentes: quieren comprender como Dios ve las cosas. María Voce va más allá. Los lleva a ver desde donde Dios ve las cosas: desde el abandono del crucifijo, de ese insondable misterio que esconde la potencia divina y la fragilidad humana. No es la cruz, no es el dolor: “Jesús abandonado es una persona que dio la vida por nosotros. En el sufrimiento Lo encontramos. Todos los dolores, si creemos en Dios Amor tienen un valor de redención” Es Viernes santo y hay luz en los ojos de estos muchachos. Pasó una hora y media. Fue un auténtico Genfest.

Paolo Lóriga, enviado.

No comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *