Mons. Octavio Ruiz

“Estoy contento de estar en Colombia justo en estos días y poder asistir a vuestro encuentro”, dijo mons. Octavio Ruiz, de paso por su País natal, quien se encuentra ahora en el Vaticano como secretario del Consejo Pontificio para la promoción de la nueva evangelización, el organismo creado por Benedicto XVI en el 2010.

En virtud de su reciente cargo mons. Ruiz fue invitado a tener una lección  sobre la nueva evangelización de parte de  los organizadores del convenio internacional de los Focolares, que eran más de un millar de personas provenientes de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panama, Perù, Venezuela Estaba presente en el encuentro de tres días el copresidente de los Focolares Giancarlo Faletti.

El secretario del Pontificio consejo resaltó las dimensiones de la evangelización, de la inculturación y del compromiso a través de las obras sociales, particularmente presentes aquí en América Central y  Sud América. “La característica de la nueva evangelización está en la frescura que nace de la Palabra”, subrayó el prelado, revelando que “sirven hombres nuevos, con corazones nuevos, con nuevas convicciones, con fuerza interior y ardor”. Debido a las múltiples fronteras que se abrieron luego de la secularización “es cada vez más evidente el rol fundamental que deben desempeñar los laicos y entre ellos las familias”

En el saludo final, mons. Ruiz dijo a los presentes que, “siguiendo el carisma de Chiara Lubich, pueden contribuir en la realización de la nueva evangelización. Todos ustedes son protagonistas” Los testimonios presentados durante los tres días de trabajo hicieron hincapié en el centro que es la Palabra vivida y la vocación a estar en primera línea de las personas que viven el carisma de la unidad.

Terminando el convenio de los Focolares intervino el nuncio en Colombia, mons. Aldo Cavalli, italiano de la provincia de Bérgamo, que celebró la solemne Misa de Pascua. En la homilía recordó la urgencia de la nueva evangelización y recordó la reciente reflexión de Benedicto XVI sobre la vida de los cristianos de los primeros tiempos, que se encontraban en una época donde reinaba el politeísmo absoluto con tantas divinidades y tantas verdades.

Sin embargo la Buena Noticia se abrió  rápidamente camino. ¿Cuál era su fórmula?, se preguntó el diplomático de la Santa Sede. Para el papa Ratzinger, la respuesta es clarísima: “Porque los discípulos vivían tan bien y anunciaban tan bien, que quien los encontraba quedaba impresionado e intuía que Jesús era la verdad”

El contexto de hoy se parece mucho al contexto de aquella época. Las dotes de los discípulos no cambian. “Para ser un buen discípulo –aclara mons. Cavalli-, deben comprender a Jesús a través de la Palabra, debo estar convencido para tener la capacidad  de anunciarlo. Si no he comprendido la muerte de Jesús, ¿como puedo anunciar la Pascua?”. Preguntas y perspectivas que hay que atesorar volviendo al propio País para acentuar una presencia comunitaria capaz de testimoniar la familia de un Dios que es Amor.

Paolo Lóriga, enviado

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