Alfonso Di Nicola es el coordinador del Proyecto Siempre Persona que se encarga de los detenidos y de sus familias. Presentamos su historia:

«Estaba reflexionando sobre la Palabra de Vida el miércoles pasado, cuando escucho que me llega un mensaje. Leo. Era de Giorgio que me decía que el viernes le iban a cortar la luz si no pagaba la factura de 450 euros. Había hecho un arreglo de pago y tenía que cancelarlo.

Le había pedido ayuda a su patrón pero no él no había tenido confianza. Había pedido aquí y allá a sus amigos, sin ningún resultado… Como éramos muy amigos, no quería darme una preocupación no me había dicho nada. Pero al final, dato que todas las puertas se le habían cerrado, se había dirigido a mí.

En estos casos sacamos del fondo del Proyecto Siempre Persona pero precisamente en esos días había destinado los pocos medios a disposición para comprar aceite, azúcar y otros víveres para los ex-presidiarios. Además pensaba: “¿Cómo hará para devolvérme los 450 euros, si gana 800 al mes y tiene tres hijos que mantener?”.

Giorgio me aseguraba que al final del mes me iba a devolver el préstamo, pero yo, para decir la verdad, estaba un poco incrédulo, pensé que el fiador sería Jesús. Me venían a menudo a la mente Sus palabras: “Tuve sed y me diste de beber… de comer… me asististe… Porque cada vez que lo hiciste con uno solo de estos hermanos míos más pequeños, a Mí me lo hiciste…” (Cfr. Mt 25, 31 y siguientes).

Entonces, ¿saben qué sucedió? ¡Le di a Giorgio los 450 euros!

Era jueves. El viernes en la noche, cuando regresé de la cárcel después de haber hecho varios coloquios con los detenidos, encendí la computadora para revisar el correo y, con gran sorpresa vi un mensaje que me invitaba a retirar un cheque por 1720 euros, ofrecidos por una señora que había escuchado nuestro testimonio en una iglesia y deseaba contribuir con el Proyecto.

Mi Fiador, no me había hecho esperar un mes para devolverme el préstamo, sino sólo un día, cuadruplicando la cifra que nos podía permitir ayudar a otros».

Alfonso Di Nicola

5 Comments

  • Que hermoso testimonio de vida. Me impacta lo que dice Fernando: el miedo destruye la vida. Tambien la ayuda de los amigos es realmente maravillosa. Gracias

  • Dio è grande e rende il centuplo, Dio è misericordioso. Io ci credo e sono certa della Sua misericordia e della Sua riconoscenza.
    Proprio ieri un «Giorgio» ha bussato alla porta del nostro ufficio, con il disperato e impellente bisogno di una «banconota» e provato dalla vergogna di dover chiedere aiuto a noi che dopotutto non siamo nè parenti, nè amici, ma semplicemente dei conoscenti, persone che si incontrano e si salutano con piacere, persone che non sanno quasi nulla l’uno dell’altro.
    Eppure » Giorgio» era lì davanti a noi come un bambino che disperatamente chiede aiuto al suo papà riponendo in lui la sua unica speranza di essere aiutato.
    Il datore di lavoro, nonostante le difficoltà economiche, le preoccupazioni, i problemi, ….. Non ha avuto nessuna esitazione a mettere le mani in tasca, per aiutare «Giorgio» ………….
    Pur sapendo che «Giorgio» difficilmente restituirà quanto avuto, ………………
    Dio non ha mani, ha le nostre mani, ……….. Lui vede e provvede…….. Io credo!

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