«En el ’78 me fui de misión a Congo. Fue para mí un momento duro. África, la selva ecuatorial, un mundo del todo nuevo por descubrir y amar». Así empieza la historia de Sor Valeria de la Orden de San José de Cuneo. La ocasión fue el Congreso “Carismas para la Nueva Evangelización” que tuvo lugar el pasado 17 de marzo en Turín. La historia de Sor Valeria se entrelaza con la de Sor Nicoletta, también ella de la misma Orden. Llegando a Lolo –una pequeña diócesis a las afueras de la selva ecuatorial R.D.C.-, también Sor Nicoletta “descubre un lugar habitado por gente sencilla”, sobre todo pescadores y agricultores.

Del otro lado del río, Sor Valeria desde hacía algún tiempo había encaminado una serie de encuentros con un grupo de Familias Nuevas de los Focolares. Su forma de ser “serenos, comprometidos, unidos” encanta también a Sor Nicoletta quien decide invitar a Lolo a Sor Valeria y a las familias para que cuenten su experiencia.

«Fue entonces que sentí una fuerte invitación a vivir también yo el Ideal de la unidad», cuenta Sor Nicoletta. También las familias de Lolo empiezan a reunirse, comienzan a traducir la Palabra de vida, su potencia y su poderío es más fuerte que las tradiciones ancestrales que separan la vida del hombre y la mujer.

A pesar de las dificultades, las dos religiosas logran encontrar momentos para compartir: se cuentan los frutos de la vida del Evangelio. El obispo y la superiora general las animan a proseguir. En 1988 tiene lugar en Lolo la primera Mariápolis con unas cien personas.

Hoy en día, a pesar de que se cerró la misión, el obispo hizo saber que muchas de estas familias siguen estando muy comprometidas en la diócesis.

Desde hace pocos meses las dos hermanas están en la misma comunidad, en Italia: «Nos ayudamos a vivir el Ideal de la unidad que da una luz nueva al Carisma de nuestro Fundador Jean Pierre Médaille, quien ya en 1960 invitaba a vivir la comunión con Dios, entre nosotros y con cada prójimo; una comunión basada en la Palabra de Jesús: “Que todos sean uno” (Jn. 17,21)».

«Ésta es la nueva evangelización: amar, y decir con nuestra vida: “¡Dios te ama!- agrega Sor Valeria; y cuenta de “un grupo de muchachas del colegio con quienes nos encontramos todos los meses para avanzar por un camino de vida cristiana basado en la Palabra de Dios”. Lo llevan adelante juntas, ella, una hermana de San José, una Hija de María Auxiliadora y una hermana del Cottolengo. “Hay mucha comunión entre nosotros –concluye- y se pone de relieve la belleza de cada carisma».

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